En la ocasión pasada, que nos leímos, me fuimos a la radiografía de la televisión mexicana, me refiero a la abierta y desde luego a Televisa y a TV Azteca; describimos la grave crisis por la que pasan y dimos a conocer algunos factores que de plano, la desahucian. Por lo mismos y a manera de introducción, me gustaría retomar un par de párrafos de domingo 4 de diciembre, de mi columna en La Jornada Zacatecas, sobre la afirmación del “tigre” Emilio Azcárraga, sobre su dicho:
“México es un país de una clase modesta muy jodida, que no va a salir de jodida. Para la televisión es una obligación llevar diversión a esa gente y sacarla de su triste realidad y de su futuro difícil.”
Y sobre esto, convocábamos a la reflexión, y decíamos:
¿Está equivocado, Don Emilio?
¡A todas luces no! A veces somos susceptibles a la franqueza, no nos gusta, la toleramos poco y más cuando quien la profiere tiene un grado jerárquico, económico, social o educativo superior, o simplemente cuando de manera espontánea surge un enemigo en común, que convoque a la inexistente (casi) unidad nacional. Por ejemplo, Trump. El caso es que somos de piel muy sensible ante expresiones como la del “tigre” Azcárraga, sin embargo analicemos el contexto en el cual la dijo y la realidad nacional actual, para culminar nuestra introducción.
México es un país con una numerosa clase modesta, es decir, la mayor parte de los mexicanos, aproximadamente un 90 por ciento, ósea, unos noventa y tantos millones, viven en la pobreza y de ahí, un gran grupo vive la pobreza extrema o alimentaria, curiosamente de este gran grueso, un gran porcentaje tiene televisión por dos razones, porque el propio gobierno se las dio, por medio de algún programa asistencialista o bien, fruto de un gran esfuerzo adquirieron el aparato, pero al final, millones de mexicanos pobres (o jodidos) tienen televisión. Luego entonces, las televisoras son un negocio, yo diría, fueron un enorme negocio que va en caída libre, sin embargo, de esto nos ocuparemos más adelante, por lo pronto, la ley del mercado, la de la oferta y la demanda en el marco de la célebre frase, dejaba ver que si hay una clase marginal con una realidad tan compleja como la del obrero, con largas jornadas, y lugares de trabajo reducidos, sin luz e insalubres habría que ofrecerles por medio de la antena y de su televisión un producto que aletargara a la conciencia, el opio óptico, por llamarlo de alguna manera, un producto que no significara ningún esfuerzo mental, sencillo, de fácil consumo, que fuera marcando estereotipo y complementando a una sociedad mexicana inculta y con necesidad de ídolos de estudio de televisión.
Pues bien, el tiempo (realmente corto) nos ha dado la razón, de una semana a otra ha habido tal crisis en las televisoras, que para sacar agua del pozo, recurren a una máxima tradicional, que dice que si no puedes con el enemigo, únetele. Las plataformas de Internet, como YouTube o Netflix, fueron los verdugos de Televisa, pero vamos mas allá, estas plataformas supieron ver al mercado, a sus segmentos y crearon un área de oportunidad, aprovechando lo trasnochado de la barra de programación de las televisoras abiertas, lograron observar que la gente padecía un hartazgo y que un gran número de seguidores, buscaban una alternativa diferente a lo ya convencional; así que, particularmente Youtube, por su condición natural de apertura, comenzó a reproducir lo que la gente subía, con una política de restricción muy clara para ciertos contenidos, miles de personas, jóvenes en su mayoría, subían sus videos para dar a conocer su punto de vista sobre algún tema o para compartir dicha información, fue tanto el poder de estas prácticas, que de ahí nacieron los “youtubers” y los hay de todo tipo y para todos gustos, desde los que hacen tutoriales para reparar una tubería tapada, hasta los que de manera graciosa informan a la gente el acontecer político del país, también en esta plataforma permea la banalidad y luego entonces hay chicas que enseñan a otras chicas a vestirse y a maquillarse a la moda; son particularmente los últimos dos, los que le sacaron canas verdes a televisa y a la fecha, se encuentran en negociaciones para “fichar” con la televisora, lo que quiere decir que, televisa no pudo, reparo en el camino y decidió que era más fácil cooptar a la competencia, que luchar contra ella.
Sin embargo, hago del siguiente párrafo mi vaticinio, y afirmo que, no entienden que el problema radica en insistir en un producto agotado, como lo es la televisión, pero además, cambiar a los profesionales de la noticia por improvisados y poco graciosos jóvenes del internet no mejora en absoluto la calidad. Y para no contradecirme debo decir, que es precisamente en la diversidad de contenidos de las plataformas de Internet, donde radica su fuerza, al final uno tiene miles y miles de opciones para escoger. ■
