10.8 C
Zacatecas
viernes, 29 marzo, 2024
spot_img

Poeta calificado [4 de 4]

Más Leídas

- Publicidad -

Por: José Méndez •

La Gualdra 273 / Río de palabras

- Publicidad -

Escuchó un ruido en el sótano, pensó en ratas gatos vecinos muebles que son materia, luego vinieron los pasos, de armas y palabras se vistió su conciencia, continuó escribiendo.

 

Es el grito de los años, el dios y el maíz el dios y la molécula el dios y el universo, la caída y ascenso del sol. La palabra es el asesino, es la antorcha que se clava en los dientes, el fuego, el fénix, Prometeo. Contra eso, el mito. Qué es el mito, la palabra, la realidad, qué realidad, la doble, la que existe, la que hacen del hombre el asesino. La palabra.

 

Los ruidos siguieron como joyas cubiertas, delicados, continuos. Dejó la pluma, tejió su andar, frío, cauteloso, con miedo al robo. La puerta se blindaba de silencio, pensó en la hora, la muerte, el nacimiento devino de la noche, pronto sería la hora de abandonar la casa, de enfrentar a ese público que encierra, que devora con la miraba, su discurso, apenas cuatro líneas palabras secas aisladas. Continuó de pie, sediento, sonámbulo entre su conciencia. Con la rodilla, adelantó la puerta, no vio nada, ahora sólo el silencio hacía su atmósfera. Arriba, el teléfono rompió el trance, abandonó el sótano como una tormenta fugaz, en el escritorio levantó la bocina. La voz se había ido.

 

El estruendo esculpió el silencio, bajo la luz de la sombra se quemaba la desconfianza, sintió caer el sudor sobre la frente la mejilla el cuello, de nueva cuenta. El tono amarillo que desprendía el dorso de la puerta anunciaba el tiempo. Sus huesos crujían provocando el nervio la crisis de nuevo el llanto. Quiso gritar cantar decir cualquier cosa. Su avance fue deletreando cada uno de los cuadros que formaban el piso, iba lamiendo el aire seco olor a sangre, apoyado sobre la puerta, vislumbró una sombra, gritó, el estallido perturbó la casa, su cráneo, el pecho. Reconoció su cuerpo, mismas manos pies cabello rostro espalda, aquélla en la que ahora descansaba el abrecartas vestido de tiniebla y de vergüenza.

 

En el diario se leía:

Poeta es asesinado a sangre fría. Su cuerpo tirado sobre el escritorio no presenta rastros de violencia. En la recámara principal ha sido encontraba un animal con rastros de tortura. No hay pista alguna del asesino ni indicio que los lleve a él, ninguna huella, ninguna ventana o puerta se halló forzada. Las inconsistencias dejan mucho que desear. Sobre las manos del occiso relucía una hoja a medio escribir, la cual dictaba: “El primer ruido vino de la cocina, un rumor se deslizó sobre su cuerpo como un golpe eléctrico…”.

 

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra-273

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -