A muy pocas semanas de terminar el año, podemos decir que Zacatecas en los últimos días se ha visto gratamente engalanada por las actividades culturales que se han programado en días pasados. Tres festivales de calidad indiscutible se han llevado a cabo en nuestra ciudad prácticamente uno tras otro. Primero el de Manuel M. Ponce y al terminar éste el Festival Otoño Musical y el Internacional de Poesía Ramón López Velarde. Vamos bien, por lo visto la política cultural se está encaminando a que existan actividades artísticas durante todo el año. Y cuando hablo de política cultural me refiero no sólo a lo implementado por el Instituto Zacatecano de Cultura sino también a lo que está realizando la Universidad Autónoma de Zacatecas.
Nuestra universidad es la institución responsable de que durante 34 años el festival de poesía anteriormente señalado se organice en Zacatecas. Este año, el premio internacional fue para el poeta italiano Emilio Coco y el nacional para León Plascencia Ñol. Por lo menos 40 poetas de Italia, Honduras, Panamá, España, Guatemala y México participaron en la fiesta más importante de poesía que se celebra año con año en honor a Ramón López Velarde. Todos, gracias a la puntual y atinada coordinación de José de Jesús Sampedro, se dieron cita en el patio de rectoría jueves y viernes pasado para compartir su trabajo poético con los espectadores que asistieron a las lecturas en voz alta.
Ramón López Velarde falleció en la Ciudad de México en 1921; en aquel entonces, pocos en nuestro Estado reconocían en su justa dimensión el trabajo creativo del poeta jerezano. Fue hasta principios de la década de los años 50 que el gobernador José Minero Roque emprendiera todo un proyecto de promoción y difusión cultural realmente significativo en Zacatecas, que incluyó, entre otras cosas, el establecimiento de un patronato nacional que contribuyera a la construcción de la Casa-Museo Ramón López Velarde. Su plan de gobierno incluía el establecimiento de redes con instituciones culturales y educativas de todo el país que ayudaran a promover la cultura y las artes en el Estado. Una de ellas es el Seminario de Cultura Mexicana, que desde su fundación en 1942, ha tenido el objetivo de compartir con los estados la experiencia y el trabajo realizado por los artistas y académicos más importantes de México.
El Seminario de Cultura Mexicana tiene entre sus integrantes a personajes de lo más destacado en su área; los seminaristas tienen la encomienda de contribuir al desarrollo de la cultura nacional. Actualmente, sus integrantes continúan con esa encomienda inicial, ahora coordinados por la escritora Silvia Molina. Entre los miembros fundadores del Seminario estuvieron el zacatecano Manuel M. Ponce, Mariano Azuela, Antonio M. Ruiz el Corcito, Frida Kahlo, Luis Ortiz Monasterio, Angel Zárraga y Francisco Díaz de León,[1] entre otros destacados artistas.
Después de Minero Roque, tuvo que pasar mucho tiempo para que el Seminario de Cultura Mexicana volviera a estar incluido en las actividades culturales de nuestro Estado. José de Jesús Sampedro, sin embargo, ha invitado en diversas ocasiones al Festival Internacional de Poesía Ramón López Velarde a integrantes de este organismo autónomo; en 2015 participó el poeta Marco Antonio Campos y este año Jorge Valdés Díaz-Vélez.
Con ambos poetas tuvimos la oportunidad de conversar en su momento. Este año, la plática sostenida con Valdés Díaz-Vélez me ha dejado con una inmensa gratitud y satisfacción. Su experiencia como diplomático y como gestor cultural son de inicio dos motivos importantes, pero hablar de la situación actual del país y de la importancia que tiene el arte como motor de cambio, no tiene parangón alguno. En próximas fechas, compartiremos con ustedes la entrevista que tuve oportunidad de realizarle.
Queremos cerrar bien el año. La siguiente semana, tenemos para ustedes otra entrevista realizada a dos de los más importantes académicos que tiene nuestro Estado. Me refiero al Mtro. Uriel Márquez Valerio y a la Dra. Mariana Terán Fuentes. Platicamos con ellos con motivo de la reciente aparición de un libro de su autoría: Donde sopla el viento, más allá de La Blanquita. Un libro excepcional no sólo por el trabajo de investigación realizado por ambos autores, sino por la claridad, puntualidad y análisis conciso realizado en torno al acontecimiento en el que murieron masacrados 18 campesinos solicitantes de tierra, en una comunidad de Trancoso, Zacatecas, el 19 de mayo de 1928.
Que disfrute su lectura.
[1] Seminario de Cultura Mexicana, Miembros fundadores, en: http://www.seminariodeculturamexicana.org.mx/fundadores.html
https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra-273
