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miércoles, 24 abril, 2024
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Zacatecas, sin futuro si centros de aprendizaje siguen en incertidumbre

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

■ Necesario, transformar planeación, ejercicio de sus finanzas y modelo de elección de autoridades

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■ La institución debe garantizar la participación de todos en su organización o dirección: Burnes

■ “Ojalá que nuestra crisis fuera financiera, también es cultural y moral”: Mariana Terán

El futuro de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) es fundamental para el desarrollo del estado, por lo que debe impulsar un proyecto alternativo que permita resolver la quiebra financiera de la institución y de la entidad. Para tal efecto, la Máxima Casa de Estudios debe transformar su planeación, el ejercicio de sus finanzas e incluso su modelo de elección de autoridades.

Durante un foro organizado por La Jornada Zacatecas y el Sindicato de Personal Académico (Spauaz), el investigador Arturo Burnes Ortiz, de la Unidad Académica de Economía, expuso que la UAZ es un nudo de tensiones que se expresan cotidianamente en su vida política, académica y administrativa.

En ese contexto, la institución “es una arena de proyectos en disputa que en el futuro se agudizará conforme avance no el proyecto de Reforma Universitaria que se dio a sí misma en el 1999, sino la llamada modernidad educativa y sus procesos reestructuradotes que tienen el sello de la precarización laboral, el secuestro de la autonomía y el debilitamiento del ethos académico”.

Señaló que el futuro de la UAZ no solamente es de tensión social que se expresa en los actuales acotamientos, limitaciones y asedios que sufre y que provienen de fuerzas internas y externas a ella, sino también de resistencias, pues un sector importante de universitarios “no ha arriado banderas frente a las líneas oficialistas de la actual reestructuración que, aunque acotados por una avalancha de disposiciones y normas que privilegian el papel del funcionariado, la estructura legal de la Universidad plantea con claridad la subordinación de las autoridades individuales a los órganos colegiados”.

Desde su punto de vista, esa es la gran vertiente de resistencia y organización para buscar el reestablecimiento del marco institucional y de legalidad, acotando el campo de acción de los funcionarios y su subordinación al marco legal interno y externo.

Otra vertiente importante, indicó Burnes Ortiz, la constituye la acumulación de acuerdos formales y de validez legal que sobre el trabajo universitario se ha generado a lo largo de 40 años entre la organización sindical y las autoridades, porque en las 49 cláusulas del Contrato Colectivo de Trabajo se expresan las luchas de generaciones de académicos que han definido cómo debe ser el trabajo universitario.

La Universidad debe garantizar la participación de todos en su organización o dirección, no en forma populista, sino dándole toda su importancia a los órganos colegiados que no deberían tener intereses particulares qué defender más que los de toda la comunidad.

Se refirió a tres elementos que conspiran en contra de una salida a la problemática desde adentro de la institución: la primera, las políticas restrictivas; la segunda, la correlación de fuerzas que evidencia una desmovilización social; y la tercera, la incertidumbre respecto al modelo académico UAZ Siglo 21.

Por su parte, Mariana Terán Fuentes, del programa de posgrado en Historia, opinó que la crisis estructural de la UAZ “tiene nombres y apellidos” y se desató con mayor fuerza a partir de 2010 con la contratación de más de 900 docentes, cuyo propósito fue que “el rector en turno se pudiera perpetuar en el poder”.

En ese sentido, cuestionó los procesos electorales que, “lejos de hablar del rostro democrático de la UAZ, hablan más bien de la superposición de las corporaciones y de las clientelas”.

Es decir, “la democracia universitaria quedó en una utopía y me parece que ha sido sustituida por prácticas corruptas para perpetuarse en el poder. Ojalá que nuestra crisis fuera financiera, también es cultural y moral”, agregó.

En ese sentido, manifestó la necesidad de repensar el modelo de elección de autoridades y valorar otros mecanismos de elección con base en la experiencia de otras universidades del país, donde utilizan el voto universal directo, el Consejo Universitario o incluso una Junta de Gobierno.

Terán Fuentes afirmó que el modelo electoral en la UAZ se ha agotado porque “nuestro discurso democrático está hiriendo las prácticas democráticas”, de forma que es importante que se discuta el tema.

A los señalamientos que una Junta de Gobierno o el Consejo Universitario son formas oligárquicas de elección de autoridades, opinó que deben reconocerse las experiencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad de Guadalajara (UdeG) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Sugirió que el próximo año se realice un foro con la participación de académicos de otras universidades y discutir las formas de elección de autoridades, porque en la UAZ “eso nos trajo gran parte de la crisis financiera y moral que estamos padeciendo”.

Por otra parte, recordó que el paradigma de la UAZ es que ha sido crítica, científica y popular desde su origen, pero ahora se ha convertido en la universidad ISO-9000, pues se ha sometido a la lógica de la acreditación de sus programas y el reconocimiento de sus docentes en organismos nacionales.

Aunque ese tema de la acreditación ha tenido muchas virtudes, también fomentó un gran sentimiento individualista a tal grado de que en la UAZ “estamos diseminados y lo veo cuando estamos tan preocupados por llenar formatos”, según Terán Fuentes.

Oscar Pérez Veyna, de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo, sugirió la implementación de categorías y tabuladores transparentes para todo el personal a través de un Sistema de Control Presupuestal, mismo que funciona bajo tres grandes etapas: la programación, la ejecución y la evaluación.

En la programación se requiere formular el presupuesto y tomar las decisiones necesarias para una adecuada asignación de recursos a fin de apoyar los programas que a la institución le interesan.

Una planeación adecuada implica la recopilación de información con base en una política de capacitación y asesorías, mientras que en la asignación de recursos debe haber discusiones para determinar los rubros más pertinentes, “pero no puede ser discrecional”.

Asimismo, “la ejecución tiene que ver con un registro en cada unidad académica. La ejecución presupuestaria consiste en prever la disponibilidad de recursos financieros para un periodo determinado que es por supuesto una de las partes más atractivas, certidumbre”.

Según expuso Pérez Veyna, el ciclo de la planeación termina con la evaluación mediante la cual se aprecia el cumplimiento cuantitativo y cualitativo de los propósitos y las políticas fijadas previamente y al mismo tiempo definir las acciones correctivas que sean necesarias.

Entre las medidas correctivas que sean necesarias para rehacer las cosas que no fueron eficientes, está la reorientación de los programas, buscar nuevas fuentes de financiamiento o incluso la supresión de determinado programa. “¿Parece complejo? En mi opinión no lo es. Cuando se tiene orden no es complejo, cuando se le tiene miedo al orden, es complejo”.

Asimismo, Rodolfo García Zamora, también de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo, señaló que “tenemos una profunda crisis multidimensional en Zacatecas y en la UAZ, que reproduce en gran medida lo que tenemos a nivel nacional. Tenemos un gobierno con una enorme debilidad en todos sus integrantes a nivel técnico y a nivel profesional y lo mismo se reproduce en la Universidad con un nuevo equipo en la administración central, muy débil”.

Explicó que en la Universidad hay una crisis financiera que es parte de una crisis institucional a nivel federal y estatal, en la que no existe alguna propuesta seria, alternativa, para resolverla.

En Zacatecas, la única alternativa para el gobierno es la megaminería, para lo cual pretende entregar el semidesierto que sería declarado como Área Natural Protegida para que las corporaciones tengan la libertad de destruir el ecosistema.

En ese sentido, manifestó que se experimenta la quiebra del modelo productivo extractivista basado en la destrucción de la naturaleza y la exportación de mano de obra. En ese contexto, cuestionó que ni el Gobierno estatal ni la UAZ cuentan con un proyecto alternativo para hacer frente a la quiebra financiera y a la deuda histórica.

Según García Zamora, “sin proyecto, no tiene futuro ni Zacatecas ni la UAZ y entonces el reto del futuro es trabajar colectivamente para construir una nueva matriz productiva basada en la educación, la ciencia, la tecnología, el conocimiento, la cultura y el arte. En esa alternativa la Universidad es la institución de educación superior con mayor potencial técnico, de investigación y difusión”.

Sin embargo, ello implica que la Máxima Casa de Estudios resuelva sus propias contradicciones y construir al mismo tiempo que un proyecto para la UAZ, un proyecto para el estado, es decir, convertir a la institución en una verdadera fuerza productiva para todas las regiones, sectores y espacios.

José Luis Pinedo Vega, del Centro Regional de Estudios Nucleares (CREN), informó que en la eficiencia de las universidades prevalecen muchas distorsiones, y en la UAZ, por ejemplo, 63 por ciento de la matrícula está distribuido en Derecho, Contaduría y Psicología, seguido de Medicina.

Al igual que se han inventado empleos para los profesionistas de esas carreras, como la incorporación de pequeñas tiendas en el régimen fiscal, que implica la necesidad de un contador, en la UAZ también se inventan empleos al abrir programas de licenciatura que en otros países no requieren de una formación universitaria y que no existen en instituciones como la UNAM, como lo es el caso concreto de Turismo.

“En esta Universidad tenemos a las prepas. Las prepas son una carga financiera si consideramos que el presupuesto de la Universidad también las cobija a éstas, pero si por ley las prepas deben ser sostenidas por el Estado, entonces el Estado debería aportar el presupuesto para financiarlas y entonces la UAZ se mantiene perfectamente”, expuso.

Por el contrario, “se juega a que el villano es uno y luego el villano es otro y así hay un rejuego de villanos donde ambos sacan beneficio: el Gobierno del Estado se evita la pena de derogar una cantidad importante de recursos financieros y a cambio la Universidad aporta esos recursos y entonces no tiene para pagar las cosas”, agregó Pinedo Vega.

Cuestionó la desigualdad salarial entre los profesores viejos y los nuevos, pues los docentes jóvenes “ganan una miseria” y por lo tanto se requiere de una homologación salarial lo cual implica más recursos.

Con el crecimiento que hubo en la planta docente, las plazas “se partieron en pedazos y entonces algo que podía hacer un solo profesor, con una buena formación, lo hacen entre cuatro quienes ya metieron un pie en la Universidad con todos los derechos y entonces tenemos un problema artificial cuyo origen todos sabemos cual es: la democracia, bueno no, ganar las elecciones”.

Por último, Miguel Moctezuma Longoria, de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo, señaló que la UAZ requiere de una propuesta seria para su transformación, ello en un contexto en el que “estamos llegando a una crisis en nuestras formas de ser y de pensar”.

Opinó que apenas se comienza a cuestionar el modelo corporativo que existe al interior de la Universidad, cuya visión no alcanza la idea de proponer un proyecto en que se articule el desarrollo nacional e internacional. Por el contrario, “su mirada es endógena, local y muy limitada”.

“Necesitamos convencernos de la necesidad de convertirnos en sujetos de cambio. Cuando hablo de sujetos de cambio, pienso que tenemos la capacidad para hacer nuestra transformación, pero el problema no resuelto tiene que ver con la vieja guardia y los nuevos profesores”.

Al respecto, dijo que la vieja guardia no permite que surja el nuevo pensamiento, mientras que los nuevos docentes llegan inhibidos e incapaces para generar propuestas para la institución.

En ese contexto, advirtió la inminente intervención del Estado en la Universidad, lo que ocurrirá “por ser incapaces para construir una propuesta. No sé si ya es tarde o no, pero hay una diferencia entre ser intervenidos con propuesta a ser intervenidos sin propuesta”.

Moctezuma Longoria aseguró que los problemas de la UAZ se van a agravar debido al recorte presupuestal para educación y por la reducción del gasto en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

“El modelo que está en crisis en la Universidad se llama patrimonialista. Es un modelo en donde unos se comportan como propietarios, pero son quienes dominan, quienes controlan y quienes deciden sobre las personas, sobre la voluntad de las mismas y sobre los espacios universitarios”, denunció.

Concluyó que se debe debatir la concentración de los programas que ofrece la UAZ en sólo cinco campus, porque en este momento “tenemos campus donde prácticamente no hay estudiantes ni infraestructura ni profesores de base”, además de la educación a distancia, especialmente en los lugares donde Zacatecas tiene presencia, por ejemplo Chicago o Los Ángeles.

 

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