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viernes, 29 marzo, 2024
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Por el rescate del futuro y del espacio público

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Por: Carlos E. Torres Muñoz • admin-zenda • Admin •

Las Bibliotecas Públicas son, por excelencia, el espacio público para la convivencia armónica, creativa, colaborativa e intelectual de cualquier sociedad. Aunque esta expresión es lógica y podría prestarse a caer en el lugar común, es importante recordarlo. Es urgente volver a decirlo, escribirlo, manifestarlo. Entre los muchos espacios de coincidencia que las redes sociales y la magnífica herramienta de información que es el Internet, desbancó se encuentran las Bibliotecas, que, antes de que la web fuera tan accesible como lo es ahora, fueron la fuente recurrente de nuestras tareas, investigaciones y demás.

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En Zacatecas, el recién nombrado Coordinador de la Red Estatal de Bibliotecas, Simitrio Quezada (confieso conflicto de interés, es mi amigo) lo ha manifestado con una preocupación que todos deberíamos compartir: el presupuesto de este rubro de tan importante inversión es mínimo. Sin embargo, acostumbrado como lo está de hacer de los problemas oportunidades, ha trazado una ruta que comprende una interesante lógica de solución multidimensional, lo que a la vez genera una coyuntura  favorable para el Estado, en lo inmediato, pero también en el futuro.

Simitrio Quezada nos ha invitado a recordar que la Biblioteca es espacio común, espacio público, donde podemos concentrarnos para reflexionar, pero también para compartir, deliberar y formarnos. Así ha formulado la invitación para que las Bibliotecas de todos los municipios se vuelvan, por lo pronto, el foro para las capacitaciones en materia de transparencia para los sujetos obligados. Sin embargo, junto a otros interesados en el tema, y en especial en coordinación con el Instituto Zacatecano de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (IZAI), encabezado por Norma Julieta del Río (quien ha mostrado excelente disposición), deberíamos concentrarnos también en las Bibliotecas públicas para formar ciudadanos, a partir de talleres prácticos para que cualquier persona pueda acceder a la información que le es de su interés a través de los mecanismos que se han logrado para ello.

Este esfuerzo puede ser un programa piloto que luego permita a los municipios enterarse del estado en que se encuentran los centros de lectura colectiva en sus localidades y ciudades. Hoy más que antes, frente a amenazas como el populismo (entiéndase como simplificación de los problemas públicos), y la falta de confianza y credibilidad, nuestras instituciones deberían enfocar sus baterías a la formación de ciudadanía, en plena libertad y sobre todo, a través de contenidos sustanciales sobre los retos que en conjunto tenemos.

Las Bibliotecas pueden ser el foro inigualable para ello. No solo es una tarea que corresponda al Gobierno del Estado, en ella deberían estar inmersos los partidos políticos, las instituciones de educación superior, los organismos públicos autónomos, los municipios, medios de comunicación y en fin, todos los que estemos interesados en el futuro inmediato, a mediano y largo plazo de nuestro país y las decisiones que desde la colectividad se toman.

Las preguntas tienen respuesta, si nos enfocamos con seriedad a buscar la verdad. La crisis en la que parece enfilarse nuestro sistema político y nuestra sociedad misma, tienen una inmediata relación con la actividad de pensar, reflexionar y concientizarse de la responsabilidad que se tiene, tanto para sí, como para la colectividad en la que nos desenvolvemos.

Escribo, claro desde mi personal enfoque; pienso que es irresponsable exigir de la clase política una realidad distinta, superior a la de nosotros mismos. Esta acción significa, arrancarnos de la corresponsabilidad, pero también descartarnos para involucrarnos en la solución de los problemas que nos aquejan cotidiana e históricamente, sustraernos de la tarea pública y con ello, condenarnos a la penosa auto-victimización permanente, a la queja sorda; por último, con todo ello, nos impedimos la solidaridad con  periodistas, políticos (creo en que los debe haber), activistas y ciudadanos valientes y honestos que dan la batalla por el progreso, contra el abuso del poder y a favor de todos nosotros. Abandonar la tarea pública, es también abandonarlos a ellos. ■

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