■ La instancia le negó un apoyo por no demostrar su origen étnico, explica Martha Morales
■ La UAZ aún no le manifiesta algún tipo de apoyo, pero tiene confianza en que sí lo hará
La concepción del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) sobre el indigenismo es similar a la que prevalecía durante la Colonia, “cuando los indios llevábamos una marca como si fuéramos becerros”, opinó Martha Morales González, estudiante de posgrado de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) a quien se le negó un apoyo por no demostrar su origen étnico.
Originaria de la comunidad indígena Tepoxteco, ubicada en el municipio de Chicontepec, estado de Veracruz, fue aceptada en el programa de Maestría en Investigaciones Humanísticas y Educativas adscrita a la Unidad Académica de Docencia Superior.
Desde junio pasado acudió al Conacyt para entregar la documentación necesaria y acceder al apoyo que otorga ese organismo a través del Programa de Fortalecimiento Académico para Indígenas.
Sin embargo, las responsables del programa, Josefina Rayas López e Ivonne Olivares, “me dieron un trato déspota a pesar de que les mostré la constancia de residencia que me dio mi agente municipal donde especifica que soy parte de esa comunidad y que hablo idioma náhuatl que se habla en ese municipio y región”.
Para Martha Morales González esa debería ser una constancia formal de su origen étnico, aunque también cuenta con acta de nacimiento que indica el lugar en el que nació. Sin embargo, la respuesta de las funcionarias del Conacyt fue: “no me interesa qué lengua o qué cultura tengas; aquí no lo dice”.
Le recomendaron acudir al Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, a fin de obtener esa constancia que el Conacyt requería para validar su origen étnico. Ahí aplicó evaluaciones para demostrar el dominio de la lengua y la cultura náhuatl y finalmente le dijeron que eso era suficiente para el trámite.
El 6 de septiembre subió toda su documentación a la plataforma correspondiente y luego de retrasar la publicación de los resultados, el 11 de noviembre pasado se le notificó que no había sido seleccionada.
El argumento que le dio Josefina Rayas, a través de un correo electrónico, es que “el Comité Evaluador indicó que sólo presentó una constancia de prueba de competencias lingüísticas, pero no certificó la etnia a la que pertenece”.
Morales González subrayó que no existe ninguna instancia nacional o internacional que certifique el origen étnico de las personas, puesto el derecho indígena establece que es suficiente con asumirse como tal.
“Me parece que estas personas encargadas, o desconocen estas cuestiones o simplemente tienen una política discriminatoria, porque no es posible que pidan un certificado de autenticidad”, expresó.
En México, menos de 3 por ciento de los indígenas acceden a la educación superior, por lo que este tipo de sucesos “nos siguen frenando”, porque en su caso, solicitó la beca para complementar sus estudios en Zacatecas.
La tesis que en este momento realiza plantea un proyecto alternativo de educación con un enfoque comunitario, y según informó, la escribe en español y en náhuatl, con la intención de preservar su lengua y su cultura.
Consideró que el Conacyt incurrió en actos de racismo, debido a que “me hicieron comprobarles varias veces mi autenticidad a pesar de mostrarles mis documentos oficiales, sobre todo el documento que me dio mi agente municipal que es la autoridad máxima en las comunidades, elegido por usos y costumbres, pero para estas personas no cuenta”.
El argumento que hubo al respecto es que el agente municipal, quien firmó el documento y que la reconoce como integrante de la comunidad, no apareció en el portal de Internet de la Función Pública, comentó Morales González.
Anunció que llevará su caso a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), puesto que podría comprobarse la discriminación, de acuerdo con la asesoría que ha recibido.
Sostuvo que para el Estado mexicano el indigenismo es un estorbo y sinónimo de atraso, al grado que desde 1940 se utiliza el discurso que se debe “mexicanizar al indio”, política que prevalece en la actualidad a pesar que existen leyes supuestamente a favor de los pueblos originarios.
“Creo que a los gobernantes no les interesa. No sé qué palabra emplear para describir la manera en que ellos ven a los indígenas, pero lo dicen claro, necesitan comprobar, con los filtros que ellos mismos designan, si una persona es o no es indígena”.
Recordó que los indígenas han sido discriminados en todos los ámbitos y el académico no es la excepción, porque es común observar que los pocos indígenas que acceden a la educación superior son objeto de burla.
Ante esa situación Morales González señaló que “nosotros mismos decimos que debemos camuflarnos y tratar de aparentar ser como los otros para evitar ser discriminados”, aunque en su caso dijo que en la UAZ ha recibido un trato igualitario de los profesores y los estudiantes.
Por último, manifestó que la UAZ todavía no le ha manifestado algún tipo de apoyo, pero tiene confianza en que las autoridades universitarias le den su respaldo luego de que su caso ha sido difundido mediante un pronunciamiento de la Red Integra.
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