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jueves, 18 abril, 2024
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Crear para vivir: una profunda confesión bajo la tormenta. [A propósito de Yo creador me confieso, de José Cruz]

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Por: BERNARDO ARAUJO •

La Gualdra 269 / Libros

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“Avanzar en la vida es avanzar hacia la muerte”, dice Paco Ignacio Taibo II en el prólogo a la obra: Yo creador me confieso, del cantante, compositor, músico, poeta y loco, no sólo de los buenos, sino de los mejores: José Cruz Camargo Zurita; líder, autor y defensor absoluto del proyecto musical de blues mexicano Real de Catorce.

“Desnudarse a través de la palabra resulta esencialmente un canto de vida”, continua Taibo II en el prólogo. Un canto que, desde sus inicios, ha estado por demás alejado del mainstream, como propuesta marginal, es decir, independiente, es decir: un sonido único, sobrio, agudo, festivo, melancólico, reaccionario, agónico y erótico. En suma: profundo y entrañable.

“Yo nací un día nublado, creo que nunca paró, de llover en las calles”, canta José Cruz en “El blues del atajo”, una de las canciones emblemáticas y representativas de la banda que ha liderado por más de 30 años. Dicha canción puede entenderse, innegablemente, como una autentica declaración de motivos, y como una bandera de guerra que José ha enarbolado a lo largo de sus días, desde aquel 2 de noviembre lluvioso que habría de inspirar las primeras notas que sopló en una armónica.

“Escribir es la guerra”, pronunció alguna vez el francés, Premio Nobel de Literatura Jean Marie Le Clézio, autor de La música del hambre. Hablamos de la guerra por vivir, y en el caso de un artista: de una cierta búsqueda de gloria, no sólo personal, sino de aquélla que contempla la satisfacción de compartir una experiencia estética asequible a todo ser humano, dotado de sensibilidad, inteligencia y juicio crítico. Para José Cruz escribir es la vida, escribir es: “una extraña manera de practicar el silencio”.

En Yo creador me confieso, el lector encontrará el espacio propicio para entablar una larga conversación sobre el oficio de vivir, acerca del insólito arte de levantarse y permanecer de pie. Hay poesía de noche y de silencio. Poesía de luces y senderos. Poesía de paz con uno mismo y con el universo. Prosa y poesía de amor y de lunas que vigilan las madrugadas de la muerte, que espera paciente el momento exacto para cobijarnos con su abrazo maternal. La lucidez de un hombre que aprendió a renunciar a la mundanidad, para encontrar el buqué de la sobria dicha cotidiana que habita todo lo común del existir.

“El blues no es blanco, ni es negro, es azul”, sentencia José Cruz en el Manifiesto de Real de Catorce, que precede la: Carta a María José (voz excelsa y poderosa que habría de inaugurar la nueva vida del autor). Ambos textos incluidos en capítulo “Varios”, del libro referido.

Los lectores voraces y religiosos seguidores de la banda, encontrarán, además, un último y delicioso apartado en el que se incluye el anecdotario que nos permite escuchar, comprender e interpretar en un contexto más amplio varios de los mejores éxitos de Real de Catorce. Las palabras contenidas en esta antología personal, han brotado de una pluma fuente que intenta romper el encierro de una jaula de papel.

“Y con mi aliento puro, comienzo a cantar hoy, y no terminaré mi canto hasta que muera. Que se callen ahora las escuelas y los credos”. Ha dicho Whitman en el Canto a mí mismo. Versos que de algún modo son retomados por José Cruz, para escribir y cantar con aliento propio los excesos de la calle y del amor, de la patria y de la vida.

Si la Academia Sueca ha concedido el Nobel a Bob Dylan como poeta, la Academia Nacional debiera ya de haber reconocido a algunos tantos juglares mexicanos. Por mencionar algunos, pienso en Rodrigo González, en Chava Flores o en José Alfredo Jiménez, y por su puesto en José Cruz.

La literatura está en la vida, afirma nuestro autor, o como dijera Taibo II: “La literatura o es popular o no es nada”.

 “Cuando muera estaré con mi mujer a un lado

Eso será suficiente blues, suficiente abrigo, suficiente amor”.

Dice José Cruz, escuchémoslo, es decir: leamos su generosa confesión, en una tarde para locos depresivos.

 

* Para más información sobre cómo adquirir este libro, escribe a: [email protected]

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/gualdra_269

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