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sábado, 20 abril, 2024
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Por: LEONEL CONTRERAS BETANCOURT • admin-zenda • Admin •

En la actual coyuntura por la que atraviesa la Universidad Autónoma de Zacatecas como parte de la crisis presupuestal que ya se ha vuelto crónica, cabe preguntarse ¿cuáles son las causas que han llevado a que esta institución esté al borde de la insolvencia de pagos? ¿Quiénes son los culpables de que la Máxima Casa de Estudios del estado haya llegado a la situación crítica en la que está? Porque si todo se atribuye al malvado neoliberalismo y su proyecto privatizador que alcanza a la educación superior y a la insuficiencia del subsidio público por parte de los gobiernos local y del centro, las respuestas ya están dadas y sale sobrando cualquier opinión y discusión. Los universitarios informados saben bien las causas reales e identifican a los culpables y los errores en los que se incurrieron y  detonaron en la presente crisis de la UAZ.

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Desde la primera quincena de este octubre hemos podido enterarnos que debido a que la rectoría no había enterado montos atrasados del impuesto sobre la renta a la SH, esta suspendía el pago de los empleados de la UAZ. Fue una noticia bomba como cada ocasión que se presenta un problema de esta naturaleza en las ya recurrentes faltas de pago como parte de la crisis crónica de esta institución. Dicha quincena finalmente se pagó, pero ahora está en el aire la incertidumbre si se pagará y cuando la segunda de este mismo mes. Por lo pronto el SPAUAZ ya anuncio un posible estallamiento de huelga.

Ante la gravedad de la crisis financiera con el riesgo de cerrar sus puertas y afectar a 40 mil estudiantes y tres mil docentes, amén de los administrativos, el recién estrenado rector, acompañado del también novel gobernador se dirigieron a las oficinas de Meade Kuri Breña para buscar una solución.

Tras presentar a Hacienda un proyecto de reingeniería de juste a su gasto, la dependencia que custodia los dineros de la nación accedió a pagar la quincena pasada.

El programa de austeridad sin que se sometiera previamente a la consulta y consentimiento de docentes y manuales consta de 23 puntos. En estos se ofreció entre otras intenciones buscar un ahorro de 30 millones de pesos al mes, reducir los ingresos de directores académicos y funcionarios por la vía de las prestaciones, suspender rentas de edificios ajenos a los inmuebles de la institución y reducir gastos de operación, revisar las nóminas de todas las unidades y programas para detectar dobles funciones y exigir el cumplimiento de una cláusula de exclusividad laboral a los tiempos completos y repletos (los que devengan 40 hrs. Y 10 más) cortando por lo sano a aquellos que tienen una doble chamba en centros ajenos a la UAZ; comprometerse con nuevas contrataciones sólo con quienes cubran el perfil Prodep y tengan la distinción como parte del SNI.; de igual forma no pagar a quienes tienen licencia por desempeñar cargos en el gobierno estatal, lo que significa eliminar a los aviadores que tanto sangran las finanzas de la Universidad. Todo esto se engloba en que toda función, programa y proyecto se realizara siempre y cuando tenga un respaldo financiero autorizado para sus fines. Hacienda tiene la palabra y la UAZ espera su respuesta.

Después de ser presentado a las autoridades hacendarias, dicho programa se dio a conocer en la reunión de Consejo universitario del martes 19 de este octubre. Como era de esperarse suscitó reacciones como las de acusar que el programa que se le propuso a Hacienda el rector había incurrido en un albazo y de que con el programa de austeridad se metía a la institución en “una camisa de fuerza de la que sería difícil salir”.

Ser jubilados sin estarlo. Tras conocerse el anuncio de que se suspendería el pago de la anterior quincena, que finalmente fue pagada después de la intermediación del rector y el gobernador ante Hacienda, el periódico Imagen, dio a conocer en su edición del 18 de octubre la noticia que para los universitarios ya no era un secreto. Bajo el encabezado de la nota “Proponen quitar la prima de antigüedad a los jubilados”, el rotativo de marras ventaneo una larga lista tomada de los 90 académicos que desde las administraciones de Alfredo Femat y su entonces socio y sucesor Francisco Javier Domínguez Garay, vendieron por adelantado sus prestaciones por montos que les fueron pagados y que van de un millón a dos millones sus prestaciones, pero siguieron cobrando los angelitos de la nómina. Cuando debieron jubilarse se les siguió contratando. “pillos revolucionarios” le ha llamado una pareja de universitarios muy críticos, asiduos colaboradores de este diario. Esto de seguir cobrando sin jubilarse, en los hechos representó una sangría a las ya de por si exhaustas y raquíticas arcas universitarias, que vino a incrementar el déficit financiero. Al vender y cobrar la parte que les correspondía estos universitarios patriotas se jubilaron sin estar jubilados, pues es conocido que en toda institución educativa las prestaciones se pierden automáticamente a la hora de que los trabajadores se jubilan

El déficit ya existía y se agudizo con el crecimiento maltusiano de la matrícula estudiantil que obligó a contratar más personal para darle atención a nuevas unidades y programas que se abrieron o extendieron en las sedes de otros municipios y regiones. Fue cuando la Universidad dejó de pagar las cuotas de seguridad social al ISSSTE y posteriormente, lo correspondiente al impuesta sobre la renta. De algún lugar tenía que salir la raya de los nuevos contratados. Pero, muy keynesianamente se taparon nuevos hoyos y se abrieron otros.

El ingreso a una institución del nivel superior es un derecho de los jóvenes que debería negárseles, pero abrir nuevas unidades y centros de trabajo sin contar con el respaldo, la autorización de quien aporta los dineros, descobijados del techo financiero o presupuesto respectivo no es otra cosa sino seguir reproduciendo el populismo educativo regido por la consigna de un hombre un voto que las perversas practicas corporativo clientelares han propiciado en algunas universidades públicas. La UAZ no está obligada a hacerle el trabajo al gobierno y suplir la función de este como abrir más preparatorias y licenciaturas, para hacer valido el derecho a la educación de los mexicanos. Menos si no cuenta con los recursos que se requieren. Lo que ha hecho es poner la carreta adelante del caballo. Para documentar nuestro fundado pesimismo van los siguientes números que acaba de declarar el actual líder del SPAUAZ: “…uno de los principales aspectos que ha generado la crisis institucional, es que la Federación únicamente tiene autorizados 776 profesores de tiempo completo, pero la institución cuenta con mil 600 docentes con esta categoría. Es decir, más de 800 plazas no tienen respaldo financiero. Asi mismo, tenemos autorizados 200 maestros de medio tiempo y estamos ejerciendo 424, y de igual forma tenemos autorizadas 14 mil horas y estamos ejerciendo 42 mil horas”, (véase La Jornada Zacatecas, 27/10/2016). Es esta una de las causas de la crisis. Queda claro que así no se puede dar sustentabilidad a una Universidad. Cuando se toman decisiones por la libre y se contrata sin el techo financiero para pagar a más gente, el desenlace esperado es el que se observa actualmente en la UAZ. En la vida como en la problemática social, la voluntad es importante, pero apostar todo a esta es incurrir en voluntarismo y generar expectativas que no siempre se cumplen.

El problema de crisis financiera con coyunturas que amenazan con la insolvencia a la UAZ obedece a causas internas como lo son el voluntarismo que en aras del clientelismo corporativo contrata a nuevo personal sin tener los recursos autorizados para pagarle.

Las causas que pudieran considerarse exógenas pero que inciden directamente se inscriben en las políticas y el proyecto que se pretende imponer, mismo que ya muestra avances. Tiene que ver con la política neoliberal versus falta de una alternativa de lucha. Observadores a la problemática de la Máxima Casa de Estudios del estado consideran que los universitarios se quedaron pasmados, materialmente apanicados y doblaron los brazos tras el enorme peso de la ideología neoliberal tras la caída del Muro que representó el derrumbe del socialismo, o el sistema conocido por este nombre. A esto se agregó la ausencia de un programa de lucha que involucre a estudiantes y sectores sociales como una alternativa para hacer frente a la ideología triunfante. Presas de un aburguesamiento, los universitarios prefirieron la comodidad y recluirse en el individualismo. Los gobiernos como el mexicano, obedientes al consenso de Washington terminaron doblando las manos, de ahí que el proyecto liberal que apunta a la privatización de los servicios educativos navegue con velas desplegadas. “Pian pianito” va desregularizando la educación y expandiendo la brecha privatizadora. ■

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