En política y aun más en tiempo electoral, una frase es recurrente en su uso dentro de los corrillos políticos: “divide y vencerás”; y esto no ha sido un simple comentario, sino que constituye el estandarte de algunos políticos e institutos políticos como estrategia electoral, en la mayor de las ocasiones por el hoy partido oficial: el PRI.
El sistema político mexicano que hoy en día tenemos, tiene un origen histórico y viene con vicios de origen. Desde que Calles funda en 1928 el PNR como antecedente primogénito del PRI y hasta que este ultimo fue denominado así en el año de 1946, el termino “PRI” esta tan arraigado en todos los sectores de nuestro país que hasta ostentan en su logotipo la bandera nacional.
Si tenemos una plática casual de política con nuestros abuelos, no hay duda que sobre la mesa por lo menos el termino “PRI” saldrá a flote una vez; y es que antes sin necesidad de irnos más allá de los 90´s, el PRI era parte de lo que se enseñaba como identidad nacional, este partido tenia el monopolio en el ejercicio del poder, la representatividad casi total en los órganos legislativos, el control de los gobiernos estatales y el del ejecutivo federal. Es por lo anterior que la realidad actual de la democracia en México no se concibe hasta que ciudadanos valientes enfrentaron al régimen y lograron la alternancia, primero en 1989 con Ernesto Ruffo y en el año 2000 con Vicente Fox, lo que constituye el mayor triunfo de la democracia, y digo el mayor triunfo de la democracia ya que nadie podrá hablar de la consolidación de la misma sin el poder que el PAN reconoció a los ciudadanos, dando paso a la libertad de expresión, el voto libre y universal, el arrebato de las elecciones al centralismo y el desarrollo armónico de la sociedad civil, desarrollo armónico que mínimo no presentaba más muertes por cuestiones políticas como la de Colosio, Ruiz Massieu y muchos periodistas, (aun que con el prófugo Duarte, el “nuevo PRI” volvió a sacar la casta).
Dos de los grandes de la literatura como Paz y Vargas Llosa, tuvieron la oportunidad de hablar del PRI no por su importancia y sus grandes logros, sino por sus abusos de poder; en 1968 (a tan solo 20 años del nacimiento del que me imagino entonces era el “nuevo PRI” después del PNR), Octavio Paz decía que “en México no había más dictadura que la del PRI y no había más peligro de anarquía que el que provocaba la antinatural prolongación de su monopolio político”; por otro lado Vargas Llosa no diferencio las dictaduras de América Latina con el régimen político del PRI, sino argumentaba que “México era la dictadura perfecta; la dictadura perfecta no es el comunismo, no es la URSS, no es Fidel Castro; la dictadura perfecta es México”, “es la dictadura camuflada; tiene las características de la dictadura: la permanencia, no de un hombre, pero sí de un partido.”
He llegado hasta aquí por el motivo de que la dictadura del PRI sigue presente, y muestra de ello la existencia de tantos institutos políticos, que a diferencia de España donde en las elecciones generales participaron 51 partidos, en México todos (a excepción del PAN) han nacido como escisión del PRI o como satélites del mismo; y es aquí donde se vuelve a hacer presente como lo mencione al inicio, “divide y vencerás”.
Al PRI le sigue funcionando la existencia de estos partidos políticos escindidos y ahora le funcionan como estrategia las candidaturas independientes, con el respeto de todos y cada uno de ellos, y de su noble intención de querer cambiar a México.
La realidad es que hay factores de poder que en el fondo se ha dedicado a impulsar “candidaturas independientes”, no por nada muchos de quienes las encabezan han sido “tricolores” por muchos años, como el Bronco en Nuevo León, a quien por cierto su homologo chihuahuense llamo “pony”.
La sociedad está cansada del PRI y esto explica la desaprobación del gobierno federal o de quien lo encabeza, así como la derrota que tuvieron en gran parte del país al perder sus gubernaturas; pero por otro lado el PRI, partido que aun con sus negativos sigue manteniendo un control preponderante en Zacatecas y esto se debe a que aun cuando existe un voto anti priísta, este se ve atomizado en el resto de los partidos políticos y candidatos independientes opuestos al tricolor.
Es por lo anterior que ante el proceso electoral que vivimos en la capital y que definirá el rumbo del Municipio el día 4 de diciembre, los partidos de oposición y candidatos independientes, ambos nacidos para desterrar a la “dictadura perfecta”, tienen que unir sus fuerzas para no permitir que el PRI siga en el gobierno capitalino; sus gobiernos le han hecho mucho daño al Municipio y ejemplo de ello la ultima administración –de la cual hablaremos en otra ocasión-.
Celebremos pues el acuerdo que une al PRD, PAN y PT, e incitemos a los partidos restantes, redes de ciudadanos, candidatos independientes y universitarios, a sumarse en esta viable y noble alianza en pro de Zacatecas, esta no es una idea descabellada, se puede, y si usted no lo cree, analice a fondo el pacto ciudadano y político que llevo a Corral a la victoria en Chihuahua.
No permitamos más el “divide y vencerás” del tricolor, unamos esfuerzos y demos a Zacatecas el gobierno que se merece. ■
*Estudiante de Derecho, Universidad Panamericana
