■ Comentarios Libres
Joder. No es una palabra exclusiva del lenguaje coloquial. Se encuentra reconocida y la define el Diccionario Enciclopédico Visual Ilustrado: fastidiar, importunar, estropear, robar, disgusto, enojo… Eso es joder. Viene a colación el término, a propósito de haberlo utilizado el Presidente Peña, con un tono de frustración.
El martes de la semana actual, se llevó a cabo el foro “Impulsando a México”, del Grupo Financiero Interacciones, de la familia Hank, organizado por el diario El Financiero y la agencia de noticias Bloomberg. Al evento asistieron empresarios y periodistas. EPN también asistió. Al hacer uso de la voz, comentó aspectos que denotan, el estado de ánimo de un mandatario débil, que resta esencia al Sistema Presidencial.
De nuevo, escuchamos a un Presidente, quejarse con amargura: “dijo sentirse consternado cuando sólo recibe noticias negativas de México. Pidió que le pasaran alguna noticia positiva, porque todas son: que se volcó un vehículo acá; que el volcán está haciendo erupción; que un grupo armado se metió en tal lado”. Pidió que se hable bien de México.
Pero el colmo de su participación, fue al afirmar que: “Ningún Presidente de la República se levanta cada mañana, pensando cómo joder a México…”
A esta afirmación, obliga la pregunta: ¿Por qué entonces, México está jodido?
Los habitantes, tienen enojo, sienten fastidio, disgusto… porque están jodidos. Los motivos son numerosos: por ejemplo, existe una economía que no despega; hay incremento en los niveles de violencia en gran parte del territorio nacional; el derroche millonario invertido en la adquisición de bienes inmuebles propiedad del Presidente y su esposa; la innecesaria y unilateral invitación, al candidato Republicano a la Presidencia de los Estados Unidos Donald Trump, para que viniera a nuestro país; la aguda crisis en materia de derechos humanos; la impunidad en los horrores de Tlatlaya, Ayotzinapa, Nochixtlán, Tanhuato, etc.
También, encontramos el desempleo y los bajos salarios; el alza periódicamente en el precio de la gasolina, y el aumento en el precio de los artículos para el sustento familiar.
Igualmente, los actos de corrupción cometidos por ex gobernadores de Veracruz, Chihuahua y Sonora, que en su momento fueron halagados por EPN al presumir la cara del nuevo PRI y actualmente se encuentran “prófugos”, son otras de las muchas formas de joder a México.
Hay que agregar las reformas emprendidas por EPN, en las materias: energética; educativa; telecomunicaciones; desarrollo nacional; de culto; económica; fiscal; político-electoral; así como la conversión del Distrito Federal, en el Estado número 32 con el nombre de Ciudad de México. Esta última, aunque se gestó en sexenios anteriores, se materializó en el presente, con la integración del Constituyente que por estos días, se encuentra debatiendo la iniciativa presentada por Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno, para dotar a la nueva entidad de su propia Constitución.
Supongo que el mandatario de la Unión, en su amargo malestar confunde todo tipo de noticias negativas: las que derivan de fenómenos de la naturaleza, como acontecimientos ajenos a la voluntad humana. Por ejemplo, la erupción de un volcán, que efectivamente, son noticias negativas, pero no sólo para Él, sino para la población en general, debido a sus consecuencias inevitables. Hay otras que se producen por hechos ajenos a la voluntad humana, pero que producen consecuencias de derecho. Tal es el caso de accidentes, que tienen efectos lamentables, aún y cuando intervengan las personas, es difícil entender que intencionalmente los provoquen cuando, de antemano son consientes de que corren un riesgo con secuelas irreversibles para su integridad corporal, y en el peor de los casos, provocarían su propia muerte.
No obstante, existen conductas humanas que en las circunstancias comentadas, se traducen en iniciativas y actos del Ejecutivo, que tienen proyección en la medida de que benefician o perjudican a los habitantes. Cuando esto último ocurre, se presenta un escenario donde hay una serie de arbitrariedades, excesos y abusos de poder, que lesionan derechos y libertades fundamentales de las personas. En esto consisten desde luego, las actuaciones encaminadas a joder.
Una de las principales características que da sustento al Sistema Presidencial en nuestro país, es la facultad que tiene el Presidente para nombrar y remover libremente a los Secretarios de Estado, remover a los embajadores, cónsules generales y empleados superiores de Hacienda, y nombrar y remover libremente a los demás empleados de la Unión, cuyo nombramiento o remoción no esté determinado de otro modo en la Constitución o en las leyes.
México adopta ese sistema, por consecuencia, el Presidente es responsable de la actuación de sus subordinados, ya que por tratarse de sus incondicionales le deben el cargo. Por tanto, si ellos actúan mal, lo hacen a su nombre y en esa medida, el Presidente es quien jode a México, aunque al levantarse todos los días, no tenga tal intención.
Los recortes presupuestales que en materia de educación pública y de salud general, se encuentran contemplados en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, que presentó EPN ante la Cámara de Diputados, y que actualmente se encuentra en discusión, es otra de las formas de joder a México.
Y, en exceso… ■
