Los últimos gobiernos han pensado que para crear empleos deben traer inversiones o empresas de fuera y, con ello, sin complementos esenciales, lo que han hecho es estancar el crecimiento interno de la economía y detener el aumento del bienestar social de la población. Con estudios recientes se constata que la inversión y ganancias de dichas empresas no se corresponde ni con el crecimiento general del estado, y mucho menos con la reproducción de empleos de calidad. Lo cual significa que la riqueza extraída en el territorio zacatecano está fugándose a otros estados o al extranjero. Esas empresas extranjeras están haciendo las veces de popotes: absorben la riqueza y dejan unas pocas gotas en Zacatecas. Los ‘caminos clásicos’ para generar empleo, si con eso se quiere decir las recetas del credo neoclásico, han sido catastróficas para la entidad.
La economía (que pretende ser un sistema de intercambios para cubrir necesidades) no es la mera búsqueda de ganancias de particulares. Y si este sistema de intercambios conserva los equilibrios necesarios, puede muy bien generar prosperidad en los pueblos. Con esta idea, se puede elaborar un modelo para hacer prosperar la economía del estado a partir de potenciar el mercado interno. Y hay una forma muy clara de hacerlo.
Si observamos lo que consumimos, y por tanto compramos, veremos que es mucho más que lo que producimos. Por tanto, de entrada se va la riqueza a otros lados. En cambio, si empezamos a producir la mayor parte de los productos que consumimos para lograr nuestro bienestar (lo que está en la canasta básica), estaremos generando el equilibrio buscado. Y para eso se necesita implementar un mecanismo de Sustitución Local de Importaciones. Impulsar micros y pequeñas empresas de zacatecanos, y que éstas estén articuladas en encadenamientos productivos para hacer agregación interna de valor. Y desde el gobierno se pueden hacer muchas cosas para, mediante esta estrategia, fomentar más empleo que no sólo estén encadenados, sino con inversión de conocimiento tal, que garanticen ingresos decentes. Toda una estrategia de potenciación de desarrollo endógeno solucionaría los grandes problemas de la entidad, acumularía capital en el territorio y, además, con formas de mercado que distribuye la riqueza de manera más equitativa. Ofrecer medidas ‘clásicas’ no va a traer más que los mismos resultados: la economía del popote.
Sin embargo, no sólo es una cuestión de ideas y proyectos, sino de intereses. Traer inversión extranjera con ventajas absolutas, como la extractiva minera o cervecera, produce ganancias no a los zacatecanos, pero sí a los funcionarios. Alinearse a las inversiones en metales y cebada trae enormes ganancias a sus promotores estatales. ¿Y los jóvenes sin educación y empleo? Pues al trabajo precario. Hay modelos alternativos al modelo ‘clásico’ depredador, y generador de riqueza para los zacatecanos, y no sólo para usar a los mismos como obreros baratos y consumidores dependientes. Dejar de mirar a los capitales externos y voltear a ver nuestras potencias, ahí está el secreto.
