■ Sí se han emprendido en el país políticas públicas para abordar el problema: Jorge Blanco
■ En noviembre se realizará la COP 21 en Marruecos, para reducción de gases de efecto invernadero.
La incidencia en la modificación del clima planetario por la actividad humana a partir del incremento de la emisión de gases y compuestos de efecto invernadero desde la época de la Revolución Industrial, “es un hecho” que ha sido demostrado con una fiabilidad “muy alta, de 95 por ciento”, por parte del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de Expertos del (IPCC), dijo Jorge Blanco López.
El director de Gestión de Riesgos y Adaptación, de la Coordinación General de adaptación climática del INEC reiteró que el tema del impacto que el ser humano ha tenido en la modificación de los patrones de circulación general de la atmósfera, los patrones de la actividad oceánica y de los correspondientes de la temperatura y la precipitación en los continentes, ya “no está a discusión”, luego de esta demostración concretada en 2014 que involucró a decenas de miles de expertos en cambio climático en el mundo.
“El trabajo que se ha hecho demuestra que la actividad humana ha desencadenado este proceso global” del cambio climático (CC), desde un poco antes de la Revolución Industrial, 1860, aproximadamente, reiteró.
Sobre el cómo hacen los expertos estas mediciones y qué tienen que ver fenómenos como la granizada que se presentó el pasado domingo en la capital del estado de manera abrupta, mencionó como un asunto importante la evaluación “de lo que llamamos variabilidad de eventos climáticos extremos”.
Precisó que un solo evento no puede caracterizar los efectos del CC. Por lo que los estudiosos revisan las condiciones atmosféricas a largo plazo, “estamos hablando de periodos de 30 años, que es lo que recomienda la Organización Meteorológica Mundial, durante los cuales se observan eventos como erupciones volcánicas, huracanes o fenómenos como este que hubo ayer (domingo) de la granizada”.
Se registran entonces los cambios en las trayectorias de periodos de tiempo largo, respecto de la frecuencia, extensión, magnitud, intensidad e impacto de los acontecimientos climatológicos extremos, que se comparan con los sucedidos antes, pero también para intentar adelantar “cuáles serán las condiciones en cambio climático”.
“Tenemos que evaluarlos en términos de periodo de tiempo más largo, no un solo evento sino el conjunto de eventos saber cómo se han comportado en los últimos 30 años y esta modificación, saber si está incrementándose el número de noches cálidas, de días cálidos, de días con precipitaciones más altas de cierta magnitud, etc. Eso es un asunto muy muy importante”, expuso.
Jorge López Blanco aseguró que sí se han implementado en el país políticas públicas para abordar el problema de los impactos negativos del cambio climático, esfuerzos desde los tres niveles de gobierno que se suman a los de organizaciones de la sociedad civil, todos que han “trabajado fuertemente” en desarrollar procesos de adaptación y mitigación al respecto.
El objetivo principal de todas estas acciones es reducir la “vulnerabilidad” al cambio climático que se presenta de manera distinta en los diferentes territorios, municipios, estados, unidades de paisaje y ecosistemas de México.
“Pero el conocimiento, aspectos metodológicos, las evidencias del cambio climático que se están tratando de definir y establecer a partir de investigación científica son los aspectos relevantes de todo el tema, particularmente en la adaptación”, puntualizó.
De manera específica sobre las acciones que México ha realizado al respecto en materia de políticas públicas refirió que una de las primeas leyes en el mundo para aminorar los impactos del CC es la Ley General del Cambio Climático emitida en el país en 2012.
También ha habido esfuerzos como la Estrategia Nacional de CC y después de 2014 se emitió el Programa Especial de Cambio Climático, “donde se establecen objetivos, estrategias y sobre todo, responsabilidades de todas las entidades del sector público” para realizar acciones que estén en los dos órdenes: adaptación y mitigación de los efectos que permitan enfrentarlo.
Sobre si las acciones son suficientes contestó un “por supuesto”, pero observó que las políticas públicas al respecto también se enmarcan en función de condiciones económicas.
“Aun así es difícil enfrentar los efectos, por eso hay esfuerzos a nivel internacional, por ejemplo en noviembre se realizará la COP 21, la Conferencia de las Partes en Marruecos, donde todos los países se integran y plantean metas en términos de reducción de gases de efecto invernadero, pero también el proceso de adaptación como algo muy importante”.
Dijo que el escenario plantea realizar acciones a costos muy altos que se tienen que pagar para reducir los efectos negativos del CC, “y es por ello que se tiene que continuar este esfuerzo”.
Fundamentalmente se trata de realizar diagnósticos que permitan conocer las “vulnerabilidades” respectivas a Áreas Naturales Protegidas, zonas costeras, municipios, cuencas hidrológicas, etcétera, para sobre ellas, “tener incidencia en términos de adaptación. Eso se tiene que realizar a gran escala nacional pero en los ámbitos locales”.
Jorge López Blanco ofreció ayer en el contexto de la inauguración de la 23 Semana Nacional de Ciencia y Tecnología, dedicada al tema del Cambio Climático, la conferencia magistral El proceso de adaptación al Cambio Climático en México, en el auditorio del Cozcyt.
Dióxido de carbono
El aire nunca estuvo tan contaminado por el dióxido de carbono (CO2) como en 2015, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que recuerda que el principal gas de efecto invernadero permanece miles de años en la atmósfera y todavía más tiempo en los océanos.
Según la organización, la concentración media de la atmósfera alcanzó las 400 ppm (partes por millón) el pasado año. “La barrera de las 400 ppm de CO2 ya se había alcanzado antes, en algunos lugares y durante algunos meses del año, pero nunca antes a escala global y durante un año entero”, agregó el lunes la OMM en su boletín anual sobre gases de efecto invernadero en 2015.
Para esta agencia de Naciones Unidas, el CO2 es el “problema número uno”, pues “permanece durante miles de años en la atmósfera y todavía más tiempo en los océanos”.
