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miércoles, 24 abril, 2024
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Demócratas, confiados en ganar la presidencia a 2 semanas de elección

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Por: La Jornada • admin-zenda • Admin •

Nueva York. A dos semanas de la elección, los demócratas están tan confiados en que permanecerán en la Casa Blanca que su enfoque es ahora la reconquista del Senado y reducir el poder de los republicanos en la Cámara, dejando a los republicanos defender sus mayorías en ambas cámaras y hablar de un milagro/sorpresa estilo Brexit para la presidencia.

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Cada día se comprueba que la candidata demócrata Hillary Clinton ha consolidado su ventaja en las encuestas nacionales, pero aún más importante en las encuestas estatales de los aproximadamente 12 a 15 estados considerados clave que determinarán el resultado de las votaciones el próximo 8 de noviembre. El modelo de pronóstico del New York Times, The Upshot, le da un 93 por ciento de posibilidad de ganar a Clinton, y el promedio de las encuestas nacionales calculado por RealClearPolitics es de más de 5 puntos.

La elección nacional en este país es en verdad 50 contiendas estatales más la capital y la presidencia se gana al acumular 270 o más votos electorales otorgados por cada triunfo en cada estado. Los estados claves son los que no se han definido de una manera casi segura por uno u otro de los partidos. Entre estos, Clinton está ganando en Florida, Carolina del Norte, Nevada, entre otros y, aún más sorprendente, en lugares que recientemente han favorecido casi siempre a republicanos, como Arizona y Misuri. Algunos señalan que hasta Texas podría sorprender y votar por los demócratas por primera vez desde la candidatura de Jimmy Carter en 1976.

Ante esto, Trump y los republicanos han tenido que reconocer que los indicadores no son positivos, y por lo tanto han recurrido a la narrativa de que habrá una gran sorpresa. Trump repetidamente señala ahora que la elección será un “Brexit” -el voto en el Reino Unido para salir de la Unión Europea que asombró a las cúpulas después de que las encuestas habían pronosticado justo lo opuesto por un gran margen. “Ganaremos. Sorprenderemos al mundo. Esto será Brexit-plus”, afirma Trump en sus mítines estos últimos días.

Y aun si la derrota es su destino, Trump insiste en que eso será sólo porque que el sistema está “amañado”. Acusa que se está preparando un fraude masivo en su contra y aún no ha retirado su amenaza sin precedente en más de dos siglos de historia de que no reconocerá el resultado final. Una mitad de los republicanos rechazará los resultados si triunfa Clinton, y casi un 70 por ciento cree que sólo ganará la demócrata por votos ilegales y otros fraudes, según una encuesta reciente de Reuters/Ipsos

A la vez, los republicanos siguen buscando algo en los correos electrónicos de la campaña de Clinton que Wikileaks sigue goteando casi cada día para provocar algún escándalo. Hasta ahora, aunque se han revelado las maniobras, críticas, desprecio, manipulación y alarmas sobre cómo encubrir o manejar aspectos poco atractivos de la candidata, nada es más de lo que ya todos suponían de una campaña electoral de una política profesional de la cúpula.

Hoy el Wall Street Journal reveló que un grupo vinculado al gobernador de Virginia Terry McAuliffe, íntimo socio de los Clinton, donó medio millón de dólares a la campaña estatal de la esposa de uno de los oficiales del FBI que estaba supervisando la investigación del controvertido servidor privados de correo electrónico que usó Clinton cuando era secretaria de Estado. Aunque este tipo de cosas antes podrían haber dañado una campaña, hasta ahora los escándalos y autogoles de Trump siguen imperando en la narrativa cotidiana en beneficio de Clinton.

Eso ha ofrecido oportunidades muy bien recibidas para la ofensiva final demócrata para hundir a Trump. La senadora federal Elizabeth Warren, estrella de la ala liberal del partido, en campaña con Hillary Clinton, declaró en un mitin: “Él cree que porque tiene una boca llena de Tic-Tacs puede forzar a cualquier mujer…. Pues, te tengo noticias, Donald Trump. Las mujeres están hartas de tipos como tú. Y las mujeres despreciables están verdaderamente hartas de tipos como tú. Sí, entiende esto, Donald…. el 8 de noviembre, nosotras mujeres despreciables vamos a marchar sobre nuestros pies despreciables para emitir nuestro voto despreciable para sacarte de nuestras vidas para siempre”.

Este mensaje, respuesta a un exabrupto de Trump durante el tercer y último debate con Clinton cuando dijo “qué mujer tan despreciable”, se ha vuelto consigna -junto con “las panochas te van agarrar” (por sus comentarios de que el podio agarrarle la “panocha” a cualquier mujer)- para promover el voto masivo de las mujeres.

Y el éxodo de republicanos de Trump continuó hoy con Colin Powell, el ex secretario de Estado de George W. Bush, quien declaró que “estaré votando por Hillary Clinton”.

Clinton y su equipo están tan confiados que están desviando recursos y tiempo para apoyar las campañas de legisladores demócratas en estados clave, sobre todo con la posibilidad de retomar el control del Senado.

Pero al mismo tiempo, la clara ventaja de Clinton está preocupando a algunos demócratas quienes advierten del peligro de la “complacencia”, y buscar la forma de asegurar que un número suficiente de los más de 200 millones de empadronados emitan su voto por ella.

El cineasta Michael Moore está alarmado por este peligro, afirmando que “no hay ningún entusiasmo por ella en las calles” frente a la gran “pasión” y “compromiso” entre los seguidores de Trump. En entrevista con Rolling Stone, Moore comentó que la campaña de Clinton gira en torno de frenar a Trump. “Esta es una manera peligrosa para lograr el triunfo de tu candidata, cuando no le estás pidiendo a la gente votar por ella porque es ella. Esperan que gane por el temor de la gente de él [Trump]. Una cosa que creo que hemos aprendido en el mundo pos 11-S, es que políticos manipulando al público con el temor nunca es algo bueno, Aun si se hace para nuestro lado”.

Ambos partidos y sus candidatos siguen siendo desaprobados por la mayoría del electorado. Un 61 por ciento afirma que ninguno de los dos partidos nacionales reflejan sus opiniones, según una nueva encuesta del Public Religion Research Institute -continuando una tendencia desde 1990. A la vez, Clinton y Trump siguen en los principales sondeos como los candidatos presidenciales más reprobados por la mayoría del electorado, algo sin precedente en las últimas décadas.

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