¿De veras se puede vivir mejor con menos? La mayoría de altermundistas relacionados con el ambientalismo no sólo lo afirman sino que exigen que se hagan todos los intentos posibles para que este propósito se experimente al menos. Ahora bien, ante la situación que atraviesa hoy día el estado de Zacatecas, parece que las circunstancias no sólo facilitan, sino que exigen esta posibilidad. Es necesario plantear estrategias que, con inversiones mesuradas, puedan lograr resultados relevantes. Las claves siguen siendo una planeación audaz y una administración honesta y sensata. Hay que pensar por principio en la eliminación de gastos superfluos en obras que no son prioritarias o que no tienen sentido. La justificación ante esta propuesta es que dada las circunstancias, se puede invertir en carteras que no han sido favorecidas en el pasado y que han funcionado más bien que mal con presupuestos raquíticos. ¿Por qué no rifársela e invertir en educación, cultura, salud, vivienda, desarrollo humano y protección ambiental? Se estaría dando un giro radical a la visión de prioridades en el estado. Si bien es cierto que la obra pública y la seguridad han sido las carteras que encabezan la jerarquía de las visiones de los gobiernos anteriores, también puede afirmarse que a fin de cuentas, los resultados no han sido los que se esperaban. La inseguridad sigue sentando sus reales no sólo en el estado, sino en el país y en gran parte del mundo y la obra pública que se ha ejecutado, ha dejado mucho que desear en cuanto a la correspondencia entre calidad de los resultados y los presupuestos ejercidos y sin lugar a dudas es el rubro donde se han concentrado la mayoría de las sospechas de corrupción, circunstancia que mantiene la irritación de un gran sector de la sociedad.
Dada esta situación, la coyuntura hacia la educación pública y la cultura popular podría tener su momento estelar. Si las fuerzas directivas de los niveles de gobierno y los poderes tuvieran a bien hacer un paquete que contemplara el fortalecimiento de la cultura general de los pobladores de este estado a través de prácticas diversas que tuvieran que ver con la instrucción generalizada en los ámbitos mencionados previamente, de diseñar un paquete que incluyera mejoras en todos las fases educativas que se manejan en el estado desde las de educación temprana, que incluye lactancia, guardería y kínder; primaria; educación media y media superior y la universitaria con sus grados diversos que van de la licenciatura al post doctorado. En todas ellas habría que considerar mejoras múltiples en el fortalecimiento curricular, la formación de habilidades pedagógicas de los profesores, el fortalecimiento de los hábitos de estudio de los aprendices y sobre todo, voltear los ojos hacia las disciplinas que tienen que ver con la experimentación, la investigación científica, la extensión y la divulgación del conocimiento. Pareciera un sueño de una noche de verano, pero no intentarlo equivaldría a dudar de la capacidad de los zacatecanos dedicados a las tareas de enseñanza y a los innumerables huéspedes dedicados a esta profesión que han hecho de estas tierras su residencia.
A partir del fortalecimiento de estas fases, se puede, por consiguiente, ramificar sus propósitos hacia áreas que tienen que ver con la educación sobre temas de salud pública y prevención de enfermedades; sacando a los estudiosos de la materia de sus centros de instrucción hacia las áreas donde las enfermedades derivadas de la pobreza han sentado sus reales. Así, las escuelas, los estudiantes de las carreras sobre la salud y sus mentores tendrían todo un universo para practicar sus conocimientos y tanto la comunidad como sus gobernantes tendrían muchos buenos propósitos por cumplir. Y no hay necesidad de quebrarse la cabeza para encontrar quién pudiera diseñar un ambicioso programa con este propósito que pudiera aplicarse gradualmente hasta lograr metas ambiciosas.
En el aspecto cultural, se puede desarrollar una mirada introspectiva hacia los talentos locales que han demostrado su capacidad a lo largo de los años y de muchos proyectos exitosos en varias de las disciplinas que se engloban en el área de las Bellas Artes. Se puede invertir en proyectos ambiciosos que tengan como objetivo el desarrollo de talentos locales en cantidades considerables y de buena calidad. Si se complementa con el afianzamiento de valores que tienen que ver con la sociabilidad y la convivencia civilizada, se estarán dando pasos firmes y duraderos hacia una cultura social sustentada en el conocimiento aplicado y no nada más con una idea peregrina basada en la simple diletancia y la pasividad o peor aún, la indiferencia derivada de una creencia generalizada de que la educación, la ciencia y la cultura están reservadas únicamente a ciertos estratos sociales.
Se podría complementar este proyecto fortaleciendo la educación ambiental y la sostenibilidad. El respeto a la tierra, el agua y el aire no parecen ser prioridades en esta entidad, lo mismo que los usos y las costumbres de las personas que vagamente los defienden y a sus vigilantes ancestrales que son las gentes sencillas.
En fin. Si se consideraran algunas ideas para la creatividad y la construcción de horizontes educativos vitalicios, tal vez estaríamos pensando en niveles superiores de convivencia y no en las desgracias que cotidianamente tenemos que padecer como resultado de una riqueza ofensiva de muy pocos y una pobreza generalizada que va más allá de lo estrictamente financiero de la gran mayoría de los mexicanos en general y los zacatecanos en particular. La peor de las pobrezas es la del espíritu. ■
