Ciudad de México. «No es temor lo que tenemos a Paola Longoria, sino respeto”, dice la raquetbolista mexicana Samantha Salas, quien la semana pasada protagonizó la primera final de mexicanas en el US Open. El título se lo llevó Longoria, número uno del ranking, pero Salas logró meterse a la final después de vencer a la número dos, Fred Lambert, y a la número tres, Ronda Rajsich.
“Desde 2008 no logro ganarle a Paola, pero es una excelente jugadora y su nivel ha crecido; todas queremos ganarle”, dice Salas. “Es muy difícil, pero no lo veo como algo inalcanzable”. Salas es la número cinco del ranking, pero no ha salido del top ten en siete años, y ha aprendido a convivir con la presencia incuestionable de Longoria, con quien ha ganado medalla de oro en dobles en Juegos Centroamericanos y Panamericanos.
“Hoy trabajo por metas muy claras, sé que tengo que conseguir un título mundial y medalla de oro en singles”. Lamentó que el oro olímpico sea un inalcanzable y es una pena, dijo, porque a diferencia de otros deportes, en racquetbol hay una generación de jóvenes mexicanos detrás de ellas que están ganando presencia en las competencias internacionales.
