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martes, 23 abril, 2024
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Ceferina

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Por: ALBERTO HUERTA* •

La Gualdra 264 / Río de palabras

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Mi hermana Ceferina está bien lurias. En el dormitorio, rodeada de santos y fotografías, con los floreros cuajados de claveles, se sube a la silla chaparrita de la abuela, se lleva la mano al pecho y hace el saludo a la bandera mientras canta toda desafinada el Himno Nacional. Muy seria. Con su vestidito de percal. Toda tiesa, como si se hubiera comido un palo de escoba… o del mechudo. Mientras en el patio, debajo del naranjo, en su banco de tres patas, tuerce un cigarro de hoja y se pone a fumar con la mirada perdida, envuelto en grandes volutas de humo. Yo veo que desde la puerta de la cocina lo mira y remira con las manos metidas en las bolsas del delantal. Y mi mamá canta y corta las verduras para el cocido. Los elotes, las papas, los ejotes, las calabacitas, las zanahorias, los xoconostles, los chayotes, mientras se remojan los garbanzos. Mi mamá siempre se la pasa cantando. Dicen que desde niña cantaba. Aprendió a lavar y planchar cantando. Y cantando bordó fundas y servilletas. Manteles. Tejió colchas y carpetas cantando… cantando… Con su vocecita delgadita… entonada, no como mi hermana Ceferina que canta toda desafinada. A veces se va a cantar al corral. Les canta a los gallos y a las gallinas que se le acercan porque creen que les va a dar de comer rabos de zanahorias y de cebollas. A mí me gusta irme a la azotea. Y desde ahí me pongo a mirar las otras azoteas, las ventanas, sobre todo el patio de los vecinos los Fernández, porque los sábados, al mediodía, se baña en el patio la Rosaura, Chagüita. Se baña a jicarazos. Yo, calladito me pongo a verla. Y ella sabe que la veo. Pero no le importa, porque sigue bañándose como si nada. Me gusta ver cómo se enjabona el cuerpo y el cabello. Me gusta ver cómo de desanuda el chongo o las trenzas y el largo cabello cae sobre su espalda y le llega a la cintura. Después de bañarse y ya seca y vestida se va a sentar debajo de un zapote y cepilla y peina su cabellera, cubriéndose la espalda con una toalla. Mi papá entra y sale de la casa. Duerme y se baña. Se cambia de ropa. Come rápido y en silencio, sin levantar la mirada del plato. Las bebidas se las toma rapidito… dos o tres tragos gordos, así, sin respirar. Siempre anda mordisqueando un trozo de queso añejo. ¿Por qué la Cefe se sube a la silla y canta el Himno Nacional? La casa a ratos huele a nixtamal. Y a veces a chocolate o café. A mí me gusta el olor de las guayabas y del tepache. En casa los días pasan despacito como si no tuvieran prisa. El único que anda a las carreras es mi papá.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_264

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