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Por estos días aciagos ante la ausencia de los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, desaparecidos hace dos años, sin que el Gobierno Federal haya dado a la fecha, ningún resultado de lo que ocurrió entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014, comento lo siguiente:
No siempre los Jefes del Ejecutivo Federal y sus subordinados en la materia, han atentado contra la educación pública en nuestro país, como sí lo han hecho Peña Nieto y Aurelio Nuño Mayer. Algunos, han invertido lo mejor para atender ese servicio en favor de la niñez y la juventud de México; igualmente, trataron de fomentar seguridad laboral para los maestros que tienen encomendada esa tarea.
Adolfo López Mateos fue uno de los Presidentes que es recordado por su aportación al sistema educativo. De su gobierno destacan dos acontecimientos:
1.- La primera entrega de Libros Gratuitos de Texto.
El 10 de septiembre de 1960 cerca de 5.8 millones de niños mexicanos se regocijaron con la cultura. Ese día y por primera vez en la historia, el Estado repartió a lo largo y ancho del país 17 millones 632 mil 22 libros gratuitos de texto, que lo mismo hablaban de la lengua nacional, que de matemáticas, ciencias naturales, historia y civismo.
También, ese mismo día los pequeños que cursaban el cuarto, quinto y sexto grado de primaria se quedaron con las manos vacías. Sometidos a concurso por la Comisión Nacional de Libros de Texto gratuito –creada un año antes y que estaba presidida por Martín Luis Guzmán- los ejemplares correspondientes a estos grados no cumplieron en su momento con los requisitos solicitados, por lo que tuvieron que esperar un año más para poder abrazar sus propios libros.
Jaime Torres Bodet, jugó una importante función en este escenario. Por segunda vez en su vida fue llamado a ocupar el cargo de secretario de Educación Pública. Este nombramiento, dado a conocer en diciembre de 1958 responde a que el rezago y la deserción escolar se habían convertido en un grave problema nacional y, quién mejor que él, para resolver esa situación. La respuesta del maestro no se deja esperar. En 1959 anuncia la puesta en marcha del plan nacional para la expansión y el mejoramiento de la educación primaria, mejor conocido como Plan de Once Años, el cual contempló la creación de cuatro escuelas normales regionales, la apertura gradual de plazas magisteriales, la construcción de nuevos espacios educativos y el incremento de mobiliario y equipo de trabajo. Como parte del mismo plan, este mismo año, también se creó la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuito. El número de escuelas se duplicó, el de alumnos y maestros fue aumentando para mejorar esa tarea.
Desde su creación a la fecha, los libros de texto han sufrido varias modificaciones tanto en su contenido como en su presentación; además, se han realizado ediciones especiales en diversas lenguas y varios dialectos para los grupos étnicos. Durante el periodo 1999-2000 se distribuyeron 157.7 millones de libros para pre escolar, primaria y, por primera vez, para secundaria; estos últimos se entregaron en calidad de préstamo, y los alumnos deberán devolverlos al finalizar el ciclo.
2.- Fundación del Instituto de Protección a la Infancia.
Hacia los años treinta, la mayoría de los niños del barrio de la Lagunilla acudían al colegio vestidos con harapos y huaraches y un vaso de pulque con tortillas duras en el estómago. Ese era su desayuno. Impresionadas por tal situación, un grupo de maestras de la Escuela Luis Murrieta deciden aportar su propio dinero para la compra de pan y leche; sin embargo, su economía sólo les permitió alimentar a ocho pequeños.
Con el transcurso del tiempo cambiaron las cosas, y de ese grupo de maestras, una de ellas llamada Eva Sámano, se convirtió en la esposa de Adolfo López Mateos, quien como Presidente de la República e inspirado en la preocupación de su mujer, el 31 de enero de 1961 decretó la creación del Instituto Nacional de Protección a la Infancia (INPI). Este nuevo organismo descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propio, tendría como principal propósito el proteger a la niñez por todos los medios a su alcance, así como suministrar a los escolares servicios asistenciales complementarios, en especial mediante la distribución de desayunos, tarea que ya había iniciado el gobierno en 1959, cuando se comenzaron a repartir 30 mil raciones que en muy poco tiempo fueron insuficientes.
Sin embargo, el INPI continuó con esa labor, aunque no fue la única a su cargo. También ofreció los servicios de guardería, jardín de niños, orientación nutricional, dispensario médico, banco de leche, y centros de rehabilitación para personas con discapacidad. En 1975 la institución cambió de nombre por el de Instituto Mexicano para la Infancia y la Familia, y dos años más tarde, se fusiona con el Instituto Mexicano de Asistencia a la Niñez – el famoso IMAN- para dar paso al Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, vigente en 1999 y que se conoce como DIF. ■
