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martes, 16 abril, 2024
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Tortas japonesas

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Por: HERÓN EDUARDO DOMÍNGUEZ •

Difícil desentrañar los acontecimientos recientes. En buena parte azarosos, en buena parte intencionados, indiscerniblemente trenzados en muchos, quizá los más de los casos; si bien muy claramente en otros, probablemente los menos.

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A esta segunda clasificación corresponde, según parece, la anulación parcial de los últimos comicios; acreedora a tal calificativo por más de una razón: ya que de un lado sólo fue anulada una parte del proceso; y de otro las instancias que así lo resolvieron fueron evidentemente parciales.

Resulta dicha resolución en extremo preocupante no sólo por la importancia relativa del ayuntamiento capitalino (ignoro si hay algún otro en situación semejante), o porque la justicia selectiva es la peor de las injusticias, sino porque evidencia un cúmulo de circunstancias, ominosas a cual más: el sometimiento de los poderes judiciales a dictados no sólo ajenos sino reñidos con la justicia; las contradicciones a menudo paralizantes de las partes agraviadas; lo ínfimo del peso real del electorado; y la cerrazón absoluta de quienes ejercen el poder.

Bastante menos claras resultan las condiciones que generan las manifestaciones de intolerancia promovidas por buena parte de la jerarquía católica, parcial o totalmente contradictorias de las posturas adoptadas por quien suponíamos su jefe indiscutido; y que si bien intentan aparentar no es su odio a la diversidad lo que las mueve, sino su “amor a la familia”, se suscitan a su paso incidentes que o no abonan a su credibilidad, o denotan una falta de la misma; tal como sucedió con las injurias enderezadas contra quienes se manifestaban en sentido contrario, en las inmediaciones del monumento a la Independencia (“sáquense, putitos”; “pinches maricones”), o con la subsecuente aparición de neo-nazis, enfundados en camisetas con la imagen de Aldolf Hitler; empero sobre todo con el niño que los enfrentó ¡en Celaya!, exclamando no quería que odiaran a su tío; incidentes  emblemáticos, todos ellos, de una derrota moral de dimensiones históricas.■

 

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