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viernes, 19 abril, 2024
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La ecología y la cuestión de los límites 2/3

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Por: RICARDO BERMEO • admin-zenda • Admin •

La historia ha llamado a tu puerta

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¿has atendido a la llamada?

Naomi Klein

¿Cómo salir -entonces- del callejón sin salida de ecologismo, medio ambientalismo, y conservacionismo, centristas -o radicales-, cuyo común denominador es el odio a la democracia? Dándonos cuenta del modo en que una parte importante de tales movimientos, o tendencias, más o menos militantes- al hacer frente al deterioro ecológico, equivocan -gravemente- sus tiros. Proponiendo por ejemplo, salvar únicamente a los animales y ecosistemas, expulsando a las poblaciones que viven en esos territorios, etc.

Desde la perspectiva del calentamiento global por ejemplo: afirmaciones tales como que la crisis ecológica/climática, será solucionada mediante los avances tecno-científicos, se está hundiendo a la misma velocidad, con la que crecen los efectos acumulativos de las emisiones de carbono, metano, etc., que aceleran la debacle climática. O, la de los pagos y compensaciones, por parte de quienes más emisiones generan (los países ricos, o con mayor desarrollo) y por tanto, mayor responsabilidad tienen en el calentamiento global, hacia quienes emiten cantidades muy bajas de dichas emisiones, (países pobres y/o no desarrollados), que deben recibir dinero por ello (“mercado del carbono”). Es decir, falsas ilusiones, que no nos sirven  para frenar las emisiones de los gases de efecto invernadero, con la velocidad y las magnitudes que exigiría una previsión seria y responsable, capaz de impedir que nuestro mundo se convierta en una distopía letal.

Naomi Klein, la autora de No logo, y La doctrina del Shock, en su libro, ESTO LO CAMBIA TODO. El capitalismo contra el clima. Entre muchos otros autores, nos plantea la disyuntiva –prácticamente antinómica- a la que nos enfrentamos. O bien emprendemos “un formidable proyecto de reinvención mutua”, lo que implicaría realizar colectivamente una transformación antropológica, económica, y política, radical y profunda. Para decirlo con Castoriadis, necesitamos abordar la institución global de la sociedad como un “todo”, partiendo de una perspectiva capaz de relanzar a la “sociedad en movimiento”. Una “revolución”, entendida, no como un enfrentamiento donde se derramen ríos de sangre, sino como movimiento de autoinstitución explícita, lúcida, y permanente de la sociedad que somos.

Llama nuestra atención sobre el problema del tiempo disponible para realizar los cambios necesarios para frenar el calentamiento global, se cierra la ventana de oportunidad, para que la humanidad evite todas las consecuencias extremadamente negativas que el calentamiento global, tendrá sobre el planeta, la ecósfera, y la especie humana. El libro publicado en 2014, señalaba que por la  negligente demora durante las pasadas décadas, las exigencias de esta “descomunal transformación” deben ser acometidas -aquí y ahora-.

De las fuentes citadas, entre muchas otras, muy claras al respecto, elegiré una, con la que Naomi Klein, nos recuerda que la Agencia Internacional de Energía (AIE), nos “advierte de que si no logramos controlar nuestras emisiones antes del terriblemente cercano año del 2017, nuestra economía basada en combustibles fósiles habrá convertido para entonces en “inevitable” un nivel de calentamiento sumamente peligros.[…] Según las rotundas palabras del economista en jefe de la AIE, Fatih Birol “la puerta para limitar el aumento a solo 2°C está a punto de cerrarse, en 2017 se habrá cerrado para siempre”. En definitiva [concluye Klein], hemos alcanzado lo que algunos activistas han comenzado a llamar “década cero” de la crisis climática: o cambiamos ahora o perdemos nuestra oportunidad” (Klein, pp. 39-40).

Más allá de la negación, de la táctica del avestruz, o de la salida totalitaria, Klein nos propone convertir en un acicate, el miedo que nos provoca… “vivir en un planeta que muere, que se vuelve menos vivo cada día que pasa”. Comprendiendo –primero-, que ese miedo es motivado por un peligro real; en segundo lugar,  aprovechando ese miedo, creativamente, abandonando el letargo y la parálisis, construyendo una forma de vida, que sea en si misma lo suficientemente gratificante, y potente, para generar esa –difícil- apertura a la auto-alteridad (dejar de consumir al nivel al que consumimos; renunciar a lujos y a hábitos inveterados, etc). Elegir, no el austericidio, propio de la razón neoliberal, sino la autolimitación, la prhónesis –prudencia-, capacidad de juicio, oponiéndolas a la desmesura.

Creación política y cambio climático; son -ya- indisociables. Ahora, si “el ser es tiempo, y si el tiempo es creación y destrucción” (Castoriadis), frente al “apretado e implacable plazo límite que el cambio climático nos impone” (Naomi Klein) ¿que “rendición de cuentas”… pedir a la ecología, ciencia del clima, elucidación política, al pensamiento contemporáneo., sobre tan fundamentales temas?

En este sentido, la “temporalidad virtual” de la modelización del cambio climático, su relación con el tiempo imaginario –socialhistórico/político- (“subjetivo”), y con el tiempo medible (repetible,  “objetivo”). Dicho de otra manera, tiempo, cambio climático, autolimitación… deberían ser cuestiones clave. Apropiarnos estos temas nos ayudaría en la respuesta a “esa buena pregunta”, hecha por Naomi Klein; citada al inicio.■

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