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jueves, 28 marzo, 2024
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Resistencia indígena sin precedente contra construcción de oleoducto en EU

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Por: La Jornada •

Nueva York. Miles de indígenas, ambientalistas y activistas de derechos civiles están frenando la construcción de un oleoducto en Dakota del Norte con el apoyo de más de 180 naciones tribales, estudiantes, artistas, ecologistas y políticos por todo el país y en el extranjero en uno de los actos de resistencia indígena más importantes en por lo menos medio siglo.

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Más de mil indígenas están acampando -varios en sus tradicionales tipis- sobre el Río Cannonball afueras de la Reserva Sioux de Standing Rock para frenar la construcción de un oleoducto de unos mil 800 kilómetros diseñado para transportar petróleo extraído por fracking de la región Bakken en Dakota del Norte a refinerías en el sur de Illinois refinerías -un proyecto de 3.7 mil millones de dólares.

Los indígenas señalan que el oleoducto, llamado Dakota Access cruzará por territorios indígenas protegidos bajo tratados, cementerios sagrados y, a poca distancia, por el gran Río Misuri, fuente de agua potable y para usos agrarios para millones de estadunidenses.

El viernes pasado, poco después de que un juez federal rehusó emitir una orden para suspender la construcción en respuesta a una demanda judicial presentada por los indígenas, el gobierno de Barack Obama, en un acto inesperado, solicitó que la empresa suspendiera de manera temporal las operaciones de construcción del oleoducto.

El gobierno federal reconoció las quejas de los indígenas de que no fueron plenamente consultados sobre el proyecto y sus impactos sobre sus tierras. La suspensión sólo afecta la región donde están las protestas y no todo el proyecto. Las agencias federales declararon que realizarán, durante esta pausa, evaluaciones en consulta con los indígenas no sólo aquí sino en otros proyectos parecidos en el país.

El anuncio fue declarado como un giro clave en esta disputa por los activistas indígenas, pero aun no está claro cuál será el resultado ya que el proyecto no está cancelado. Activistas afirman que continua la construcción a pesar de la solicitud del gobierno a la empresa, y hubo más arrestos en la zona.

De hecho, este miércoles llevaron sus demandas de la anulación del proyecto frente a la Casa Blanca, donde el ex candidato presidencial Bernie Sanders y otros se sumaron al acto de protesta.

Mientras tanto, Energy Transfer Partners, empresa encargada de la construcción, ha presentado demandas contra dirigentes indígenas por las protestas, acusándolos de bloquear el acceso a la zona de construcción, invadiendo propiedad privada y amenazando a trabajadores.

El campamento de resistencia ha crecido en las últimas semanas -se inicio en abril- con ahora representantes de más de 90 tribus, más ambientalistas de varias partes del país y recientemente un contingente de activistas del nuevo movimiento de derechos civiles Black Lives Matter presentes. Para algunos, es un momento clave en generar nuevas solidaridad no sólo entre indígenas, sino con otros movimientos y agrupaciones.

En días recientes, actos de desobediencia civil no violentos han sido reprimidos por fuerzas de seguridad privadas, mientras fuerzas policiacas estatales y locales han obstaculizado el paso a la zona en disputa y generado más tensión en toda la región. Se han realizado decenas de arrestos en los enfrentamientos.

La semana pasada autoridades estatales emitieron una orden de arresto contra Amy Goodman, conductora del noticiero nacional independiente Democracy Now!, por ingresar a propiedad privada cuando reportaba sobre un acto de violencia por parte de guardias privados contra activistas. Ella ha declarado que eso “es un violacion inaceptable de la libertad de la prensa”. Carlos Lauria, del Comité de Protección de Periodistas, denunció la orden como “un intento transparente de intimidar a reporteros cubriendo protestas”, y exigió que las autoridades anulen esta orden.

Para los indígenas sioux, como tantos otros, esto sólo es un ejemplo más como se han violado e ignorado acuerdos y tratados a lo largo de su historia, sobre todo para que intereses empresariales, con la aprobación del gobierno, tenga acceso y explotar recursos naturales. “Sea oro de los Black Hills o hidrofuerza del Misuri u oleoductos que amenazan nuestro legado ancestral, las tribus siempre han pagado el precio por la prosperidad de Estados Unidos”, escribió David Archambault II, presidente de la tribu sioux de Standing Rock en un artículo de opinión en el New York Times hace un par de semanas. Agregó que “proteger aguas y nuestros lugares sagrados siempre ha sido el centro de nuestra causa”.

Entre banderas de varias naciones indígenas, tipis, tiendas de campaña y pintas declarando “Mni wiconi”, o Agua es Vida en Lakota, reportes describen dialogos y ritos a ritmo de tambores tradicionales, actos culturales e intercambio de cuentos e historia indígenas mientras se reciben mensajes de solidaridad de varias partes del país y del mundo. Y claro, sesiones de estrategia y de información sobre el acontecer.

Figuras culturales y políticas han expresado su apoyo, desde Leonardo DiCaprio – “con la Gran Nación Sioux para proteger sus aguas y tierras”, tuiteo – y otros actores, al ex candidato Sanders y la candidata presidencial Jill Stein, del Partido Verde, entre muchos más.

“Lo que esta ocurriendo en Standing Rock se siente como un nuevo movimiento de derechos civiles que ocurre en la confluencia de derechos ambientales y derechos humanos y crece de los últimos 60 años de experiencias vividas en poder popular y cambio del mundo”, escribe Rebecca Solnit desde el sitio de protesta en The Guardian. Aunque aun no se sabe en que acabará esta acción, afirma, ha generado un nuevo movimiento. “Solo es un inicio pero es un inicio espectacular y un recordatorio de que a veces el futuro se hace por sonadores y guerreros que se juntan inesperadamente”.

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