■ “No soy feminista, soy femenina; no me interesa ocupar el lugar del hombre en el plano laboral”
■ México, un país donde no hay empleos y la sociedad no tiene empatía política con lo que pasa
La diferencia entre el hombre y la mujer es algo de celebrarse, y éste será un tema del cual se continuará hablando, dice la cantante mexicana Ely Guerra, quien se considera femenina, más no feminista.
“No soy feminista, soy femenina. No me interesa ocupar el lugar del hombre en el plano laboral ni en el momento creativo. Me encanta ser mujer, y me encanta cuando tengo un cabrón enfrente; que sea el cabrón. Me choca cuando los hombres se olvidan de esa parte. No discuto la cuestión de género, pero defiendo que somos mujeres y que somos diferentes”, dice Guerra.
Ella también enfrentó situaciones machistas al inicio de su carrera, pues recuerda que en esa época, no era bien visto que una mujer se involucrará en la industria de la música, sobre todo en el movimiento del rock. A pesar de que las mujeres demostraran talento, eran vistas como niñas ñoñas.
Actualmente el escenario ha cambiado y en la escena musical existen mujeres talentosas que han destacado. Entre ellas, su amiga Carla Morrison, a quien le reconoce constancia, talento y trabajo.
Asimismo, el Festival Vive Latino tiene año con año una mayor presencia de mujeres que han sobresalido gracias a que su propuesta musical es nueva y diferente, como la de Natalia Lafourcade.
Se siente la cantante mexicana Ely Guerra, en estos primeros 20 años de carrera, una mujer feliz, plena y motivada para defender su música y su lugar en la historia musical de México como cantautora.
Para Guerra, la música fue un como un bote salvavidas en medio del mar y se ha transformado en una herramienta que ha utilizado para convivir con el mundo, con su familia, amigos, y la gente que ama.
Aunque para muchos el dinero, la fama y el glamour son los principales factores para querer llegar a ser famosos, para Ely lo único que cuenta es la música, y nunca traicionará ese principio.
Comenta que en esta carrera hay gente alrededor que pretende saber de qué manera debe llevar su trayectoria, como sobrellevar el éxito. “El vuelo en estos 20 años no ha sido fácil, pero defiendo mi postura como cantautora. Creo en mí, aunque eso ha hecho que aparezcan obstáculos y momentos malos; después llega la alegría. Este vuelo apenas comienza, no tengo prisa y abrazo este estilo de vida”, dice Guerra.
Ahora ella es una mujer con los pies en la tierra que se siente en contacto con sus raíces. Y eso lo lleva a la música, a sus letras, a sus canciones y a sus creaciones. Esto es sólo el principio, asegura.
Augura que de llegar a los 90 años seguirá cantando, aunque lo que le preocupará será como lucirá. Orgullosa, dice que a la fecha su canto ha mejorado y lo hace como nunca antes, sin prisa.
Reconoce que no le gusta la manera en que se rigen las reglas de la industria musical, y señala que aunque actualmente esta máquina pasa por una crisis en la que los músicos deben hacerse responsables y salir adelante.
Más que preocuparse de si continuará viviendo de la música, aunque es algo que no debe tomarse a la ligera, considera que México es un país donde no hay empleos, donde la sociedad no tiene empatía política con lo que ocurre y en donde se debe ser realista.
Ella lo practica haciéndole caso a su instinto creativo, ya que lo que se necesita en este territorio son más cantantes y compositores como ella, que describan con su arte el momento histórico que se vive.
Ely Guerra no habla de temas políticos en sus canciones; sin embargo, con su creación explica cómo es la mujer mexicana, cómo vive, cómo es su conducta, cómo es su comunidad y si es liberal o mocha.
Opina que el arte puede ser un instrumento para que el artista descubra sus raíces y con ello difunda parte de lo que forma su cultura, tradiciones y costumbres. Por ejemplo, ha colaborado con bandas como Control Machete, Celso Piña y Sussie 4, entre otros.
“Como mexicana, como artista, explico quién soy y eso se transforma en arte; por medio del arte se puede conocer a México en otros lados del mundo y sabrán cómo somos las mujeres mexicanas. Hay una referencia, eso es lo que puedo compartir, a lo que me enfrento a la hora de crear”, dice la cantante.
Se siente en su mejor momento y por eso no ha dejado de trabajar. También se ha lanzado como empresaria, tiene su propia marca de perfumes y ha colaborado en puestas en escena como Venus, la voz del tiempo y Los Sumergibles.
Actualmente promociona su más reciente material acústico llamado El origen. El espectáculo lo hace acompañada del piano, y en el proceso va explicando cómo relaciona sus canciones con la vida cotidiana. La artista recientemente se presentó en la clausura del festival Todo sobre Ruelas, en la Plazuela Miguel Auza.
“Son procesos de resistencia, no son rápidos. Yo por eso creo que tendré de aquí para el real mucho por hacer. Ahora lo que me sobra es voz y esta energía de cantar, por lo que me resulta más sencillo sobreponerme a una banda de músicos cabrones de alto nivel, y ponerte al frente del proyecto; es agradable estar a la mitad del camino”, asevera la artista.
