20.6 C
Zacatecas
miércoles, 17 abril, 2024
spot_img

Tortas japonesas

Más Leídas

- Publicidad -

Por: HERÓN EDUARDO DOMÍNGUEZ •

Dos acontecimientos durante la semana recién concluida concitaron una mayoritaria atención, relacionado uno de ellos con el mexicano más notable de lo que va del siglo veintiuno, quien no por cierto resulta un guerrillero como Pancho Villa, o un político y militar como Lázaro Cárdenas, o erudito y polígrafo como Alfonso Reyes, o músico poeta como Agustín Lara, o fundador de Instituciones Como Cosío Villegas, o torero como Lorenzo Garza, o actor y cantante como Pedro Infante, o poeta y ensayista como Octavio Paz, y ni siquiera cómico o boxeador como Tin-Tan y Cantinflas, Kid Azteca y El Chango Casanova, sino un exitoso empresario del ramo constituido por las sustancias objeto de una onerosa prohibición impuesta (cada vez menos en su propio territorio) por el gobierno de los Estados Unidos: Joaquín “el chapo” Guzmán, uno de cuyos incontables hijos fue “levantado” en un  restorán de Puerto Vallarta; y la irrisoria cosecha de medallas obtenida por los atletas mexicanos en la olimpíada de Río de Janeiro.

- Publicidad -

La desconexión entre ambos episodios resulta mucho más aparente que real; ya que tanto la circunstancia de no sin ostentación y prepotencia protocolarias un grupo de conspicuos criminales ruidosamente celebre en un restorán de moda una fiesta familiar, y sea otro grupo delincuencial y no la autoridad competente quien fije los límites del caso; como de que atletas en cuya formación invirtió su país recursos muchas veces mayores de los para ese fin destinados por otros países, en este rubro mucho más exitosos, tenga un desempeño tan enteramente decepcionante, y los exiguos logros alcanzados fuesen obtenidos no gracias a los administradores de tales recursos sino a contrapelo de mismos, nos hablan  ya no de un deterioro sino un desplome institucional.

***

Dado el nulo desempeño, en el mejor de los casos, de los diversos órganos del poder estatal, entre anoticias una más espeluznante que la otra y con más resignación que esperanza aguardamos el advenimiento de un todavía no sabemos qué tan nuevo gobierno, cuyo inminente titular ingresará indudablemente al cargo con una ventaja: como quiera que su ejercicio resulte nadie en absoluto quedará decepcionado.■

 

 

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -