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miércoles, 24 abril, 2024
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Malos y buenos

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Por: LEONEL CONTRERAS BETANCOURT • admin-zenda • Admin •

Aunque ya arrancó con las reuniones de los consejos escolares, está por iniciarse el siguiente ciclo escolar con el retorno de niños y jóvenes a clases. El 2016-2017 será el tercer año de la era de la reforma educativa de Peña Nieto. Una reforma que, por cierto, a diferencia de las anteriores inició sin plan, ni programa de estudio y sin modelo educativo. Este último apenas se presentó hace unas semanas en forma de un programa inductivo que, según el gobierno, está abierto a la consideración de la sociedad y opiniones de los maestros en particular para que lo revisen, lo examinen haciendo llegar sus propuestas. Ideas y propuestas que serán recogidas por un grupo de investigadores del CIDE, quienes las retomarán, les darán forma y presentaran el documento final del Modelo. Este junto con el nuevo currículo escolar se pondría en operación hasta 2018. La accidentada reforma arrancó además con una purga que busca depurar a los “malos” maestros según la visión pro empresarial de Mexicanos Primero, quien erigiéndose en el consejero y censor de Nuño y Peña dándoles línea y enmendándoles la plana, no se ha cansado de repetir la sobada consigna: “si no se recuperan las plazas, no se recupera la plaza”. Recuperadas las plazas no sólo las de aviadores que los había en abundancia y que no han desaparecido del todo, como las de aquellos que, al perder su permanencia en el empleo tras ser evaluados y reprobados, lo que sigue sería la privatización de los servicios educativos: un enorme mercado que sería subsidiado por los padres.

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El conflicto que se desató tan pronto y como se anunció con la presentación de la iniciativa de ley y posterior aprobación de los legisladores ha pretendedido dividir a los maestros entre los malos y los buenos. En donde los primeros son aquellos que se resisten a ser evaluados y cuestionan el riesgo de la permanencia en el trabajo con protestas y movilizaciones en la vía pública, sin importar en ocasiones afectar los derechos de terceros; y por otro lado en contraposición los demás o séase los buenos que, convencidos de las bondades del cambio, controlados por el SNTE, o bien resignados a regañadientes porque no hay de otra a fin de conservar el empleo; han acatado las evaluaciones cumpliendo con los reportes de los instrumentos devaluatorios y sobre todo, cumpliendo con presentar los exámenes. Esta película viéndola en retrospectiva, en blanco y negro ha tenido entre sus últimos episodios las que ya se antojan eternas por interminables, vanas e improductivas negociaciones entre la Secretaría de Gobernación y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (la CNTE por sus siglas). Tras la tragedia de Nochixtlán, el conflicto magisterial anti reforma se convirtió en un tema de gobernabilidad. Ante la inflexibilidad e incapacidad de Nuño, la pelotita ardiente de la CNTE pasó a los patios y salones del Palacio de Cobián. El primer bombero de la nación entro al quite buscando apagar el fuego de la insurgencia magisterial. Hasta ahora lo que ha hecho es nada más administrarlo.

El 7 de julio. A escasos días de iniciarse el receso vacacional, el SNTE sorprendió a la opinión pública y a la sociedad civil y dentro de ella a los maestros mismos. Publicó un desplegado en donde aparentando ser “la pura verdad”, le exigía a la SEP y al INEE cambios de fondo en la Reforma educativa y discutir los procesos de la evaluación con las anomalías e irregularidades que se habían registrado en el año escolar que concluía. La sorpresa es que sus demandas coincidían con las de la CNTE. En apariencia los buenos se mutaban en malos. Sin embargo, todo apunta a que esta iniciativa de los charros tenía mucho de farsa. Cierto es que entre sectores de fieles institucionales del sindicato e indefinidos en las filas del magisterio existía malestar por las evaluaciones y que, además, dicho malestar se exacerbó en algunos estados con escasa participación histórica en las protestas como lo fueron Nuevo León y Yucatán. En estos como en otros estados, los mentores protestaron cuando al ver sus talones de cheques encontraron que en el aumento anual que se pagó retroactivo dejaba de lado el incremento por el concepto de Carrera Magisterial (CM). Todo pareció una estratagema del gobierno cuyas lecturas tenía que ver con que todo indicaba que se trataba de una estratagema para dividir, confundir y descontrolar a los malos de la CNTE, a la vez que le hacía el favor al SNTE de no verse rebasado. De momento pareció que el SNTE si defendía y se ponía del lado de sus agremiados. Pasado el efecto, se dio respuesta a la inconformidad, se pagó CM y el SNTE volvió al redil para seguir desempeñando su papel de cómplice y palero del gobierno.

Actualmente, el conflicto pareciera estancado sin punto de inflexión tal y como terminó en julio, al finalizar el anterior ciclo escolar.

Regresando el rollo y viendo la película en retrospectiva, el ciclo escolar pasado terminó con el maratón dosificado de pláticas y reuniones entre la Coordinadora y Gobernación con dos posturas en donde no hay puntos medios. La de la CNTE que guiada por la divisa del todo o nada, busca el todo o nada, condiciona implícitamente poner fin a los bloqueos carreteros y movilizaciones a cambio de derogar la reforma y la de Gobernación de aplicar la reforma en los términos como fue aprobada. ■

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