La Gualdra 257 / Río de palabras
Desde hace tiempo que me duermo con tres almohadas. No para evitar la asfixia o como prevención de dificultades respiratorias. En realidad no las uso para reposar sobre ellas la cabeza. No, simplemente me duermo junto a esas tres almohadas. Cada una de ellas por cada uno de los hombres que he querido. Las abrazo, dándole a cada una su tiempo. Las aprisiono entre mis piernas, una por una. Susurrándoles en voz baja sus nombres al oído. Las lleno de besos, de caricias como dice la canción; con la diferencia de que yo sí estoy consciente, y sé que no son más que tres almohadas. A pesar de eso, no puedo evitar provocar los celos entre ellas. Por eso les cuento secretos que nunca me atreví a decirles en su momento, le doy a cada una su tiempo. Les hablo en silencio, las lleno con mis deseos, les hago promesas. Y así como en su momento los hombres que he amado lo hicieron: al amanecer simple y sencillamente las dejo solas.