- «Seremos un pueblo ingrato» y que «desestimula» el acceso a los diferentes cuerpos de seguridad, si no se reconoce la labor y valentía de los elementos policiacos, sostuvo
- Es «innegable el esfuerzo hecho por la administración estatal»; hay condiciones de gobernabilidad y justicia, apuntó
- Resultados de las instituciones, en proceso de consolidación, agregó
- Hoy iniciaron las glosas por el sexto Informe de Miguel Alonso Reyes
Durante la primera glosa del sexto Informe de Gobierno, referente al ámbito de política interior, seguridad y justicia, el secretario general, Jaime Santoyo Castro, hizo la exposición de acciones en la materia como coordinador del área.
Por el formato aprobado por los legisladores locales, ni la procuradora general de Justicia, Leticia Catalina Soto Acosta, ni el titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Jesús Pinto Ortiz, expusieron un mensaje inicial. Únicamente Soto Acosta participó al final en la ronda de preguntas y respuestas.
En su primera intervención, Santoyo Castro aseguró que es incorrecto considerar que no ha habido avances en seguridad, ya que los logros alcanzados en este sexenio ubican a la entidad actualmente con condiciones de gobernabilidad y justicia.
Aunque reconoció que no existe ningún estado que carezca de presencia de hechos delictivos, de delincuentes o de problemas en general, concluyó que es «innegable el esfuerzo hecho por la administración estatal».
El funcionario señaló que siempre habrá personas que no reconozcan las acciones llevadas a cabo y que critiquen los avances obtenidos.
Sin embargo, indicó que en este sexenio las instituciones han demostrado solidez, y los resultados, que han sido cuestionados debido a los diferentes sucesos delictivos registrados, están en proceso de consolidación.
Consideró que «seremos un pueblo ingrato» y que «desestimula» el acceso a los diferentes cuerpos de seguridad, si no se reconoce la labor y valentía de los elementos policiacos.
En este sentido, advirtió que hay que diferenciar entre la actitud del policía, quien ejerce sus funciones con la convicción de no quebrantar la ley ni los derechos humanos, y la del criminal, que opera despreciando la legalidad.
Santoyo Castro concluyó que hay que reconocer la «férrea voluntad y valentía» de quienes están al frente de las labores de seguridad, quienes todos los días actúan «a sabiendas de que les acechan los enemigos de la paz y de la legalidad».
