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viernes, 29 marzo, 2024
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Caminos de Michoacán: Infierno y Paraíso

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Por: Carlos Galaviz Garza • admin-zenda • Admin •

“Que el cielo exista, aunque nuestro lugar sea el infierno”.

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Jorge Luis Borges

Infierno:

La crisis social que vive Michoacán es una realidad  triste y preocupante, la violencia en este estado despegó después de que el presidente Felipe Calderón lanzara una campaña contra los cárteles luego de haber sido electo en diciembre de 2006. La ofensiva contra el narco comenzó en Tierra Caliente, región que no solamente está sufriendo las heridas de la violencia en los últimos años, también es ahora hogar de al menos 13 grupos criminales armados, la mayoría de ellos dominados por Templarios y ex miembros del grupo.

Michoacán implantó un imperio que aparte de traficar con marihuana, cocaína y metanfetaminas, sobornó y sometió a las autoridades, y por medio de violencia, amenazas y algunas recompensas expolió a cientos de millares de productores rurales, comerciantes y población en general, para ello recurrió a extorsiones, secuestros, derechos de piso, venta obligada de protección, violaciones, despojos de bienes inmuebles, casas, terrenos, huertas, y homicidios. Desde la década de 1940, el estado de Michoacán localizado al suroeste de México empezó a cultivar marihuana, más tarde amapola, para proveer a los exportadores de Sinaloa.

El clima y las extensas serranías mal comunicadas y con escasa presencia del Estado favorecían esos cultivos que ofrecían a una población rural pobre, principalmente de la región conocida como Tierra Caliente y de la Sierra Madre del Sur, una opción económica más atractiva que los cultivos tradicionales de subsistencia. Durante cuatro décadas, esas actividades se desenvolvieron con relativa tranquilidad; eran ilegales y estaban sujetas a operativos periódicos de erradicación de plantíos y detención de productores por parte del ejército y la policía; pero a la vez eran toleradas por las autoridades, mediante sobornos, y aceptadas por buena parte de los habitantes locales que veían en los cultivos de droga una fuente de derrama económica directa o indirecta. El papel de los productores michoacanos como socios subordinados a los narcotraficantes del norte del país no favorecía la formación de grandes organizaciones delictivas locales. La protección discreta de autoridades locales y federales, de la cual gozó el narcotráfico en México por varias décadas, reforzaba el statu quo de paz en la ilegalidad.

Los grupos de autodefensas se explican como una reacción ciudadana de defensa propia y supervivencia de sociedades locales, ante la incapacidad de los órganos del Estado para enfrentar eficazmente a la delincuencia organizada. Además, abundan evidencias de la complicidad de numerosos funcionarios y funcionarias, tanto de los gobiernos municipales como del gobierno estatal, incluidos el hermano de un gobernador, el hijo de otro gobernador y hasta un gobernador interino, entre otros.

En la actualidad, el presidente Enrique Peña Nieto, afirma que ha detenido a Los Caballeros Templarios y ha logrado controlar a los grupos de autodefensas que surgieron para combatir al cártel. Sin embargo, la historia en Tierra Caliente es muy diferente. El sábado 30 de Julio, en el municipio de Álvaro Obregón en Michoacán, fueron encontrados 10 cadáveres calcinados; de acuerdo a un comunicado del Procurador de Justicia del Estado de MIchoacán, José Martín Godoy, la noche del viernes 29 de julio, Juan Carlos Arreygue alcalde del municipio michoacano de Álvaro Obregon, envió a tres patrullas municipales a levantar a 10 personas que se encontraban en una tienda de abarrotes, oficiales de la policía municipal acudieron al lugar y obligaron a las personas subirse a una camioneta tipo Tacoma. Los policías los transportaron hasta un predio donde les dispararon a quema ropa. Después, llevaron los cuerpos a un predio en donde fueron calcinados.

Michoacán es hoy, uno de los estados clave en la producción y tráfico de drogas hacia Estados Unidos, está siendo golpeado lamentablemente y duramente por sus habitantes y por si fuera poco también por sus gobernantes locales, la complicidad demostrada entre autoridades y crimen organizado es un lastre que lamentablemente que el  corazón de México tiene que cargar por muchos años más.

 

El paraíso:

Michoacán no solo es narco y violencia; existe un paraíso inmensurable que resguarda en sus vastas montañas, bosques, valles y playas; una vasta demarcación que con su inmejorable clima apropiado para el hábitat y multiplicación de toda clase de animales y plantas; ofrece al turista numerosos ríos, hermosos lagos, grandiosas lagunas e innumerables manantiales y ojos de agua, que convierten a la tierra en el que se asentó el Señorío Purépecha, en un auténtico paraíso estancado en la violencia. Días pasados tuve la gran fortuna de visitar tan maravilloso estado, y debo decir amable lector, que las costas del pacífico de Michoacán solo las puedo comparar con las aguas del caribe mexicano, su comida, artesanías y sus colores tan espectaculares, son perlas incautadas por sus mismos habitantes; le recomendaría viajar a tan paradisiaco lugar, sin embargo, se necesita un poco de atrevimiento y valor para llegar a la tierra caliente, pese a los esfuerzos de las autoridades federales debo de manifestar que se vive un ambiente tenso, entre bloqueos de carreteras e inseguridad, basta encomendarse a un poder superior para llegar con bien a los diferentes paradores turísticos y magníficos que ofrece Michoacán. ■

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