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jueves, 28 marzo, 2024
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Desayuno en Tiffany’s, mon ku. El onirismo en La Tortuga Roja

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Por: CARLOS BELMONTE GREY •

La Gualdra 255 / Cine

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En una isla salvaje, habitada sólo por pequeños cangrejos, pájaros y ciempiés, con playa, bosque de bambúes, rocas en la cumbre, caletas y ríos interiores de aguas dulces, cae un joven náufrago: y listo, ya está, el plot para un versión -sin ser remake– del Robinson Crusoe. Durante un concierto sinfónico de 80 minutos veremos la vida del náufrago que se enfrenta a una gigante Tortuga Roja que se convertirá luego en la madre de su hijo y posteriormente en su compañera hasta el final de su ciclo de vida. Los intentos de escapar del sitio, la soledad sólo interrumpida por tres amigables cangrejitos, el hambre saciada por frutos y pescados, el trabajo de hacer nada más que vivir, todo se vuelve motivo para contar una historia donde en apariencia no pasa nada.

La historia ideada, escrita (con apoyo de la directora Pascale Ferran) y dirigida por Michaël Dudok de Wit (ganador del Oscar en 2001 en Mejor Cortometraje por Father and Daughter) es sobria, casi diríamos, con economía de recursos y apoyada únicamente por “bellas imágenes” y la música compuesta por Laurent Perez Del Mar.

Por qué entrecomillamos “bellas imágenes”, pues porque La Tortue Rouge es un filme animado que mezcla la animación esencial, con los efectos especiales y los planos en tercera dimensión. Sin diálogos, sólo sonidos guturales, y animaciones creadas –lo que le ha dado el título de género de animación mudo- a partir de modelos humanos para recuperar la naturalidad de la realidad pero coloreada en tonos calurosos que suavizan el agobio del salvajismo del ambiente.

Fotograma de La tortuga rojaLa música de Perez Del Mar, con 21 filmes musicalizados en su historial, consigue el éxito de transportar al espectador al onirismo de la isla en donde tan solo se escuchan los cantos y pasos de algunos animales, el goteo de agua, golpeteo de olas y el viento entre árboles y rocas.

Desde la primera secuencia el espectador se topará con la dicha simplicidad casi monocromática de colores con matices cálidos. Aspectos que pueden pasar desapercibidos por la fluidez de la narración que se desvelará poco a poco como una metáfora de ecologismo y alegría del día a día. Quizás, gracias a este aparente simplismo, la prensa francesa se ha hecho consenso de simpatía de un filme que ha calificado de Perfecto: Una Obra Maestra, por fin, a pesar de la taquilla que hará.

La Tortue Rouge es una coproducción de Why Not Productions y Wild Bunch en asociación al Studio Ghibli -dedicado a la animación- que se acaba de llevar el Premio Especial del Jurado en la Categoría Una Cierta Mirada del último Festival de Cannes. Ya tiene programa su salida en Japón, para septiembre. Seguramente, a México llegará a los cineclubs.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra-255

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