7.5 C
Zacatecas
jueves, 28 marzo, 2024
spot_img

Niñas y niños ante la dominación de los adultos (2/2)

Más Leídas

- Publicidad -

Por: RICARDO BERMEO • admin-zenda • Admin •

A Juan Villoro

- Publicidad -

Si el estatus del menor, es un estatus de inferioridad social general, que lo condena a la incapacidad legal, a la  subordinación ante la dominación de los adultos.

¿Por qué razón no apoyamos las luchas de los menores de edad, contra las violencias y poderes  que los asfixian?

Una transformación de los tipos “antropológicos” se ha profundizado en las últimas décadas, a través de las políticas neoliberales. Aunque, existe un malestar generalizado;  participamos en protestas ante el demencial  deterioro ecológico y social, contra el imperio del caos, y de la criminalidad instituida, el divorcio -definitivo- entre “democracia” versus capitalismo, y la peligrosa tendencia hacia formas de “totalitarismo al revés”. (Nochixtlán, Oaxaca, es el signo -más reciente- del conflicto abierto en torno a… ¿cómo queremos vivir juntos?).

El libro “La dominación adulta” de Yves Bonnardel. Nos ayuda a testear  estos tiempos de obscuridad.

Para entender la escuela como parte de la “opresión adulta”;  necesitamos dar vuelta a la creencia de padres y  maestros… “en una Misión de la escuela,  cuyo objeto sería el bien del menor”.

Hace tiempo se conoce su “currículum oculto”: crear en los alumnos una disposición natural para la obediencia, y para la sumisión a la ley.  Objetivo logrado con la creación de la educación obligatoria, que  permitió  transmitir un nivel de obediencia y de sumisión, a las clases  independientes, o, “peligrosas” [hoy, ese papel está en crisis].

Decir…“Las escuelas son una oportunidad para las niñas y los niños; más aún, para los “desfavorecidos”. Es más un mensaje de propaganda.

Porque la escuela produce enormes porcentajes de fracaso escolar entre las clases dominadas, y ha sido canal de ascenso para las clases medias y altas; (también, en crisis).

Charlotte Nordman, así lo sintetiza: “la escuela es esa institución particular que asegura la legitimación de las jerarquías sociales, haciéndolas aparecer como resultado de simples desigualdades  entre capacidades individuales”

Para Bonnardel,  lo esencial no es quiénes logran cierta “movilidad social”.  La cuestión fundamental, es la existencia de jerarquías, y “la profundamente injustificable  desigualdad en la distribución de la riqueza”. Y, en ello, “la escuela juega un rol  que ha devenido crucial  en éste régimen de expoliación.”

Para el filósofo vegano, “la escuela es una formidable empresa de retención/guetización de la infancia, controlando y estandarizando sus modos de socialización,   formándolos por medio de la inmovilización de los cuerpos, y por el relleno de los espíritus. Empresa autoritaria, disciplinaria, dirigida a una producción seriada de los pequeños humanos, en una edad en que no tienen aún los medios  para una resistencia organizada”.

Bonnardel, menciona, el caso “extremadamente instructivo” de  la enseñanza mutua, [écoles mutualles] durante el siglo XIX, (en México, -método lancasteriano-), Suprimida  a pesar de su extraordinaria eficacia. En dos años los estudiantes, aprendían lo que en el sistema oficial, tardaban 4 años. Todos enseñaban y todos aprendían de todos, [y, fue el método pedagógico utilizado por los obreros para su formación  militante]. Dos pecados capitales, que condujeron al Estado francés a suprimirlo: introduciendo la división por clases, la progresión basada en la edad, etc.

El giro más reciente, que Boonardel no pasa por alto, es como el Estado hoy, se dedica activamente a desmantelar progresivamente la escuela pública, obligatoria. Para entregárselas a la iniciativa privada, en la medida en que la educación se ha convertido en un mercado rentable para los capitales ávidos de ganancias.  Cita a un reporte de la OCDE,  donde se afirma que “la mundialización –económica, política, cultural- ha vuelto obsoleta esa institución implantada localmente y anclada en una cultura determinada, llamada “Escuela”, y al mismo tiempo, que ella, a los maestros.”

Ante ello, propone no atrincherarnos  defendiendo la escuela -tal como ella existe-. Sino  reinventar -crear- nuevas formas de relación entre adultos y menores de edad.

Tahin Party, en su prólogo -en Francia- a “La abolición de la infancia”, (capítulo del libro de Shulamith Firestone, La dialéctica de los sexos, publicado hace 46 años) nos recuerda, lo siguiente:

A fines de los 70’, formaba parte de la cultura política, sostener: “Nosotros apoyamos la lucha de los  menores,  por el derecho a la palabra, a disponer de ellos mismos, a decidir de sus vidas”. Muy poco tiempo después;  esas ideas fueron olvidadas… (¿Parte del eclipse del  proyecto de autonomía?).

Party, escribe… decenas de miles de menores “rechazan el confinamiento familiar, y desertan de las escuelas; pero los medios de comunicación tratan estos actos de insubordinación, como problemas psicológicos.  La politización del problema ha sido enterrada”.

Los “Pingüinos” en Chile, los alumnos en Brasil ocupando cientos de escuelas secundarias, la escuelita zapatista, y otras experiencias… están  forjando nuevas herramientas de lucha, “para todos aquellos y todas aquellas, particularmente los menores”, que luchan por la autonomía individual y colectiva. ¿Podremos elucidar  juntos –adultos y menores-, todas sus implicaciones emancipadoras? ■

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -