“…La sociedad alienta sistemáticamente la violencia
y luego se ve obligada a combatirla
con una represión terrible.
Como la violencia está constantemente incitada,
hace falta un aparato policial para controlarla.
El resultado es que terminamos agregándole a la
violencia social la violencia del Estado…”
Alain Badiou
No comparto los hechos de violencia que se han suscitado en Oaxaca, sin embargo, mi objetividad me lleva a reflexionar en varias cosas: de acuerdo con el artículo 135 de la Constitución Política Federal, para que las adiciones o reformas lleguen a ser parte de la misma, se requiere que el Congreso de la Unión, por el voto de las dos terceras partes de los individuos presentes, acuerden las reformas o adiciones y que éstas sean aprobadas por la mayoría de las legislaturas de los estados y de la Ciudad de México. Así, nunca serán los bloqueos, las manifestaciones, las marchas ni los asesinatos de personas, los elementos que motiven alguna modificación a nuestra norma fundamental. Quien incite a otra persona para oponerse y querer desvirtuar alguna reforma ya aprobada en los términos del artículo 135 constitucional, está engañando, manipulando y aprovechándose de la ignorancia de un semejante; en mi opinión, es el autor intelectual de una catástrofe como la que está ocurriendo en Oaxaca; es un miserable que bajo argumentos populachos, motiva que la fuerza represiva del estado haga alarde y violente los derechos humanos de aquellos que ilusamente son aventados al vacío para luego ser olvidados en las ensanchadas cifras de muertos que día con día se nutren ante la ineficacia gubernamental para hacer frente a la lucha contra la delincuencia organizada. Si no queremos reformas como las que se han aprobado, los mexicanos debemos evitar elegir mediante el sufragio, a personajes desleales a la patria. Verá Usted, cuando los miles de mujeres y hombres que votaron por Peña Nieto, hicieron un efecto cascada y el PRI ganó también en muchos estados de la República, plancharon el camino de las reformas constitucionales que desde antes no habían podido pasar pese a los intentos de Zedillo, Fox y Felipe Calderón. Entonces somos los mismos mexicanos los que sin reflexionar en nuestro voto y, peor aún, las y los que eligen a los bonitos y anhelan tomarse una foto pal feis con el mandatario, están comprometiendo los intereses de las presentes y futuras generaciones que tendrán que padecer la venta de la patria a los intereses de Estados Unidos y otras naciones que ven a México como un paraíso terrenal ante los altos niveles de corrupción que prevalecen en la Administración Pública, instancia que a través de la figura jurídica de la concesión administrativa, regala desde el punto de vista legal y a la vista de todos, la riqueza de nuestros recursos naturales y los intereses de gremios y sectores que tienen que rendirse ante la imposición del gobierno como es el caso de los maestros. Sin duda, en México estamos entre la espada y la pared, pues hasta los diputados de oposición más recalcitrantes que se suponen de izquierda y de trayectorias impecables, han sucumbido a los cañonazos de millones de pesos que les son entregados a cambio de aprobar las reformas constitucionales que afectan los intereses colectivos como en el caso de Zacatecas; entonces, considero que los lamentables hechos de Oaxaca y los que vengan por delante, serán el resultados de la estupidez colectiva de aquellos ciudadanos que no reflexiona al momento de emitir su voto, serán la respuesta de ver en los políticos su cara bonita y desconocer sus malditas intenciones; los futuros eventos de sangre contra el pueblo de México serán la consecuencia de que estemos absortos en las novelas y el fútbol: el país tiene la clase política que merece, sigue votando por ellos, celebra su corrupción y la perdona, los mexicanos en su mayoría, son indiferentes ante la violación de derechos humanos por ello, tenemos las instituciones y leyes más débiles en la materia, incluso, simulamos la elección de quien debiera estar al frente de las miserables instituciones aunque convocamos a los letrados en el tema para legitimar los procesos. Si acaso, los más conscientes se manifiestan en contra de los hechos de violencia desde lejos, con pancartas y consignas, así como mi madre me manda bendiciones desde lejanas tierras, así, las cosas no advierten solución alguna, por lo que seguirán apareciendo pseudolíderes que mandan al matadero a sus agremiados con banderas y causas perdidas por lo que seguiran apareciendo manifestaciones y bloqueos que no solucionan los problemas medulares de México y que benefician a los que detentan el poder desde arriba. Ya vendrán las próximas elecciones en las que a cambio de las sobras que le dan a los votantes, estarán vendiendo los intereses de la Nación y eligiendo a los mismos que históricamente han oprimido al pueblo, vendrán otras reformas que acabarán por saquear el patrimonio de los mexicanos y seguiremos cosechando campos de muertos de aquellos que se atreven a creer que el cambio sin revolución es posible. Me trago esta edición completa si eso no pasa, lo juro. ■
