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sábado, 20 abril, 2024
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El mercado del arte es un tapón para el verdadero arte y está creando artistas falsos: Pablo Jato

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Por: ARACELI RODARTE SOLÓRZANO • admin-zenda • Admin •

  • El cineasta advierte que dicho mercado, de índole salvaje, enturbia las buenas creaciones y hace del arte una moda sin restricciones morales
  • El también dibujante presentó en Zacatecas su documental El espejo del arte, tras una invitación hecha por la artista zacatecana Georgina Gómez

El mercado está enturbiando la marcha natural del arte y generando artistas falsos y precios especulativos. Ante ello, el arte comienza a funcionar como una moda. El mercado del arte no le da cabida al verdadero arte; es un mercado salvaje que carece de restricción moral y de sustento; un tapón, más que una oportunidad, para el verdadero arte.

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Así lo afirmó Pablo Jato, creador del documental El espejo del arte, quien, por invitación de la artista zacatecana Georgina Gómez, lo presentó hace unos días en la Escuela Estatal de Conservación y Restauración de Zacatecas Refugio Reyes, debido, precisamente, a que esta producción fílmica ha sido censurada, en primera instancia, por quienes se deben encargar de promover el arte desde las instituciones, e incluso por los artistas que participan en él, refirió Jato.

Se trata, como expuso Pablo, de un documental acerca de la mafia existente alrededor del arte contemporáneo, y de “cómo el mercado está enturbiando la marcha natural del arte” y forzando a éste a seguirlo, “al igual que lo hace con la comida”. En este sentido, Pablo brindó una analogía: existe la buena comida, pero cuando la gente va al supermercado, encuentra que la mayoría de la que hay ahí no es buena, sino “la que el mercado quiere que consuma”, y debido a que es lo que hay, “no le queda otra más que comprarla”.

“El mercado está forzando al mundo del arte contemporáneo, y al forzarlo, está generando artistas falsos y precios de obras totalmente especulativos”, sostuvo, y especificó, respecto a este último aspecto, que dado que no hay una ética en el mundo del arte, cada uno hace lo que quiere, es decir, el mundo del arte no es diferente a ningún otro mercado en la actualidad.

En este tenor, recalcó que el arte está comenzando a funcionar como una moda, y por ende, una imposición social que, además, quita la oportunidad a verdaderos artistas y a grandes creaciones que no quieren entrar a ese mercado del arte, pues al no entrar, se les abandona. “El mercado del arte no le da cabida al verdadero arte”.

Esto –refirió- ha ido surgiendo como todo, es decir, poco a poco: desde finales del siglo 20 y principios del 21, algunos empezaron a percatarse de que hay que ganar dinero a toda costa, vendiendo lo que sea, mintiendo como sea y destruyendo lo que sea; y si hay que destruir el arte, se destruye.

Incluso, dijo, galeristas y curadores apoyan toda esta estafa, porque se llevan dinero, aunque lo que se venda sea una mentira. Se trata de “teoría básica de mercado salvaje, que es la moda del siglo 21”, y trabaja “sin ningún tipo de restricción moral”.

Ante ello, afirmó que para ser un artista exitoso, es necesario saber de marketing y publicidad y saber mentir, o tener un vendedor; de lo contrario, “no se vive”. Más aun, porque el número de gente que quiere ser artista ha aumentado a tal grado que la competencia es mucho mayor, por lo que “necesitas matarte por estar en la primera línea, aunque sea falsa. Es una lástima que los artistas ahora tengan que vérselas con el mercado de esa manera”.

El mercado del arte es un tapón, más que una oportunidad, para el verdadero arte, expuso. En esto, el plástico es el que más peligra, aunque la literatura también corre riesgo al existir miles de libros de temas como, por ejemplo, barnizar muebles, o revistas especializadas en champús. “Se están cortando los bosques del planeta para publicar eso. Hay una masificación terrible”.

Señaló que, por su parte, el arte abstracto casi se quedó en el siglo 20. Lo mismo pasa, incluso,  con el arte conceptual, que ya comienza a quedarse un poco atrás, consideró. “El arte conceptual ya no vende tanto porque la gente ya no se lo cree”, por lo que “tienen que inventar; y ahora inventan el arte relacional y otro tipo de cosas que ni quienes las hacen las entienden; se trata sólo de justificar que la máquina debe seguir adelante, vendiendo”.

El mercado, sin embargo, y en este tenor, “es el que está inventando cosas nuevas, mas no el arte”. Es decir, hay quienes siguen pintando igual que en el siglo 19, y eso no es malo, “al igual que no lo es poner una ramita con un palo y decir que es arte”; eso –aclaró-, si realmente es arte y si realmente se es artista, pues la mayoría se aprovecha de que poner una ramita es muy fácil.

Tras todo eso, Pablo sostuvo que el arte, como se presenta hoy en día, no se sustenta, y en esto radica precisamente su problema. Por eso, “el mercado del arte está empezando a sufrir deserciones en apoyos de coleccionistas del arte conceptual. La gente que no colecciona arte por inversión, sino por amor, está comenzando a darse cuenta de que hay algo que falla y a echarse para atrás, y es sustituida por gente que compra por inversión, que representa un mayor número”. En ese sentido, “el mercado del arte va en ascenso, pero hay un pequeño montón de gente que realmente adora el arte y que se está dando cuenta de que todo esto es un fraude”.

En todo ello, lo inquietante es qué va a suceder a futuro, puede que reviente, mas no lo sabemos. No obstante, “la ecología nos demuestra que el camino que estamos llevando de consumo es erróneo, y, obviamente, el arte está agarrando el mismo sendero, de modo que será un desastre”, avizoró.

Pablo puntualizó, no obstante, que él no es experto en arte ni pretende serlo, sólo “hice el documental porque soy un amante del arte. No digo que todo el arte conceptual y todo lo que se hace ahora está mal, pues hay cosas de arte conceptual muy buenas. Sin embargo, el mercado ha envenenado tanto el arte conceptual que ya no hay forma de ver lo bueno, y precisamente por eso, estamos proyectando el documental en centros culturales y educativos, porque está bloqueado y ha sido censurado por la mafia que maneja y que controla el cine en México y por los que salen en la producción, quienes a su vez han puesto el grito en el cielo sobre este trabajo”.

“Cuando se presentó el documental por primera vez hice el compromiso ante la prensa de que íbamos a proyectarlo en cualquier instituto y centro educativo que así lo quisiera, para los alumnos y para que existiera un debate sobre el arte contemporáneo”, manifestó.

El espejo del arte ha sido presentado en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), donde incluso acudió un grupo de gente para intentar que los asistentes se salieran de la sala de proyección. También se presentó en el Centro Cultural de España, donde “estuve más de una hora aguantando insultos, uno tras otro”. En tanto, “en la Cineteca Nacional me mandaron una guerrilla como de 10 personas para insultarme”. Se presentó también en la Universidad Intercultural del Estado de México (UIEM). “El público, en general, lo ha aceptado”. Empero, hay quienes “me están bloqueando, no me están dejando distribuir el documental y lo están tratando de pisotear por todos lados”.

Pablo realizó este filme en un periodo de tres años y la primera versión la terminó en 2013. “Se presentó en el museo Soumaya, donde habían prometido que lo iban a pasar de forma constante, pero luego de verlo el primer día, lo bloquearon”. Ante ello, Jato pasó un año queriendo distribuirlo, “hasta que por fin se quedó tres meses en la Cineteca Nacional, con lleno diario”. Hay una versión 2014, y la que regalará como video es una nueva, “todavía más dura que ésta, por lo que, cuando la vean, probablemente me fusilarán”, finalizó.

 

 

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