La Gualdra 244 / Cine
Para su segundo largometraje, el director Jonas Cuarón (quien presentó Año uña en 2007) se centra en la temática de la inmigración ilegal a Estados Unidos mediante el destino trágico de un grupo de mexicanos sin papeles que se lanza en la travesía del inhóspito desierto de Sonora para cumplir el sueño americano. En el intento, topan con un gringo que vive en esta zona fronteriza y que impone su propia ley matando a los migrantes con su carabina como si fueran animales. “¿Nos vamos de caza?”, le dice sádicamente a su perro al principio de la cinta, anunciando la matanza inminente.
A lo largo de los 94 minutos que dura ese thriller con ribetes de película del oeste, la angustia, el miedo y el pánico se apoderan del espectador que asiste a una batida llena de barbarie y salvajismo. El desamparo de los migrantes indefensos se plasma a través de los planos generales que evidencian su pequeñez dentro del inmenso desierto de unos 320,000 kilómetros cuadrados de superficie, una zona árida poblada de serpientes y cactus que se convierten en espacio letal. La hostilidad del medio ambiente, así como el desequilibrio entre el cazador que conoce la zona e incluso trae mapas para orientarse en ella y los mexicanos desarmados y perdidos en el dédalo, hacen que estos últimos queden reducidos a unas aves de presa aterrorizadas, borrándose los límites entre lo humano y lo bárbaro. La cinta estelarizada por Gael García Bernal cuenta con muy pocos diálogos ya que el miedo se lee en los rostros desgarrados por el pánico y se oye en el aliento y los gritos de los perseguidos.
Al coincidir con un clima político bastante tenso con respecto a la condición de los inmigrados latinoamericanos, el estreno de Desierto no podía dejar de ser polémico, en particular porque el director insertó en la banda de sonido de uno de los trailers unos extractos del discurso anti latinoamericano del candidato más mediático en la carrera por la presidencia de Estados Unidos.
Al mismo tiempo que desfilan en pantalla, se oyen las palabras de Donald Trump según quien EEUU “se ha vuelto un depósito de los problemas de todos los demás. Cuando México manda a su gente, no está mandando lo mejor. Está mandando gente con muchos problemas. Traen drogas, traen crimen. Son violadores, y debe parar. Debe parar rápido”. En el tráiler, justo cuando pronuncia estas últimas palabras uno de los migrantes recibe una bala del despiadado gringo.
Según el propio Jonas Cuarón, el discurso de Trump no hace más que recordar el nivel de xenofobia que existe allende las fronteras mexicanas y que su película pone de manifiesto al enfocar la problemática migratoria: “A los medios liberales se les olvida el nivel de racismo que hay en Estados Unidos. Mientras más de eso se ponga bajo la lupa más conciencia se generará”.[1]
Para lograr este despertar de las conciencias el director también ha hecho uso de las redes sociales creando cuentas con el nombre “Palabras como balas” donde se ruega que personas de todas las clases sociales suban fotografías en las cuales salgan con un cartel en mano que recupere las frases más violentas de Trump como “Violador” o “Traigo droga”. La idea de Cuarón es recaudar el mayor número de fotos para luego entregárselas al candidato.
[1] http://cultura.elpais.com/cultura/2016/04/15/actualidad/1460683666_900598.html
https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_244
