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jueves, 28 marzo, 2024
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Aumentaron casos de menores en situación de violencia o abandono en los últimos 5 años

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Por: RAFAEL DE SANTIAGO • admin-zenda • Admin •

■ Incremento de expedientes, porque se ha fomentado la cultura de la denuncia ciudadana: procuradora

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Actualmente en el estado existen 47 menores de edad que están en el proceso de que sus padres pierdan la patria potestad, debido a que han sido víctimas ya sea de violencia psicológica y sexual, omisión, descuido, abandono o desintegración familiar, informó Griselda Basurto Dorado, titular de la Procuraduría de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes del Sistema Estatal DIF.

Dijo que en los últimos cinco años la cifra de menores que han sido víctimas de estas circunstancias ha aumentado 50 por ciento, pues de 10 casos que se recibían cada semana, actualmente llegan 15, aunque no todos proceden y no todos los menores llegan a ser enviados a una casa hogar.

De acuerdo con la procuradora, el incremento de casos se debe a que se ha fomentado la cultura de la denuncia en la ciudadanía. Las denuncias las hacen familiares, vecinos o también se puede hacer de manera anónima.

“Antes la gente no denunciaba, y había omisión y descuido y la ciudadanía no sabía a cuáles instancias acudir. Actualmente se tiene conciencia para a que organismos pedir ayuda. Este aumento también se da porque se han perdido valores familiares, y aunado a ello, ambos padres trabajan, y quienes se encargan de los niños son terceras personas que no cumplen con lo que requieren los menores, dándose incluso abusos sexuales”, mencionó la procuradora.

Sin embargo, el clima de desintegración del tejido social, el clima de violencia que se vive en el país y en el estado, también son factores que influyen para que aumente el número de menores en situación de violencia o abandono.

De acuerdo con la nota de La Jornada en su edición del lunes 9 de noviembre de 2015, las comisiones unidas de Derechos de la Niñez y de la Adolescencia y de la Familia y Desarrollo Humano destacan en su dictamen que un estudio del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reveló que en 2013 entre 55 y 62 por ciento de los niños en el país sufrió maltrato.

Y de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) una tercera parte de los hogares mexicanos padece violencia. Mientras que en el periodo de 2001 a 2011, en promedio anual, 21 mil menores fueron víctimas de maltrato comprobado. Esta situación, representó 20 por ciento del total de casos presentados al Ministerio Público.

Refieren en el dictamen que el documento Maltrato infantil en México 2010-2011, con datos del DIF y del Unicef, concluye “que 71 por ciento de las niñas y niños recibe algún tipo de violencia de parte de su madre o padre; que 51.5 por ciento de los menores sufre algún tipo de violencia física; que 25.9 por ciento, de las niñas y los niños sufre violencia física grave.

En 2010, del total de menores víctimas de maltrato atendidos en el DIF, 52.4 por ciento son niños y 47.6 son niñas; en 2011 el porcentaje de niños maltratos atendidos fue de 49.8 por ciento, disminuyó 2.6 por ciento con respecto a 2010; pero en el caso de las niñas maltratadas, el porcentaje pasó de 47.6 por ciento en 2010 a 50.2 por ciento en 2011. Resaltan que de 2001 a 2011 se triplicó el número de denuncias por maltrato infantil.

Estos datos, hacen notar que desde 2006, el Comité de los Derechos del Niño de la ONU, en las observaciones a México de la Convención sobre los Derechos del Niño, expresó su preocupación por el elevado número de casos denunciados, el abuso de niños y la ausencia de medidas preventivas y de apoyo sicológico y social para con las víctimas.

Según el dictamen legislativo, la ONU indicó a México que el Comité toma nota del Programa de Atención a la Violencia Familiar establecido por el DIF, pero lamenta que el país no tenga datos ni una política nacional para combatir este fenómeno.

 

Una nueva oportunidad

A pesar de estas cifras, hay casos en que se puede dar una mejor calidad de vida y una oportunidad de integrarse a una familia a estos menores; a través de la adopción.   Tal es el caso de Juan y María, quienes le dieron esa oportunidad a 4 menores que están a punto de perder la patria potestad de sus padres y abuelos. Para evitar que crecieran separados, tomaron la decisión de adoptarlos juntos.

Ahora su vida y la de los menores ha cambiado, pues su hogar se ha convertido en una revolución dice Juan, hay risas, y las cosas más simples como verlos sonreír, ha llenado de felicidad su hogar. “La cosas simples como el juego, la sonrisa, la broma y que no requieren esfuerzo ni dinero, dan la alegría plena en su más pura expresión”, dice el padre.

Durante 15 años intentaron tener descendencia, pero por cuestiones de salud no lo lograron. Años antes, intentaron adoptar, pero la burocracia, los trámites engorrosos a la que se enfrentaron hace 8 años, desistieron un tiempo.

Sin embargo, hace dos años volvieron a intentarlo, y conocieron a cuatro menores que estaban a punto de ser separados de sus padres biológicos. Son una niña de 9 años,  y tres niños de 6, 5 y 3 años.

Al inicio, ellos fueron conociendo a los menores a través de visitas a la casa hogar. Ellos para los menores eran padrinos, y en esas visitas convivían con los menores, de quienes observaron que eran muy unidos.

Ahora los menores se han adaptado a sus nuevos padres, pues en un principio por buscar agradarles eran más pasivos y tranquilos. Ahora exigen sus derechos, pero están conscientes de sus obligaciones.

“Para nosotros era como si los conociéramos de toda la vida. Pero es un trabajo diario pues cada uno tiene diferente personalidad. Debemos aprender a quererlos, tolerarlos, inculcarles disciplina, y además darles alimento y lo necesario para que tengan una buena calidad de vida”, expresa Juan.

Aunque tienen la facultad de cambiarles el nombre, dejarán los mismos que les pusieron sus padres biológicos, y sólo cambiarán sus apellidos, pues consideran que eso forma parte de su personalidad.

Aclaró que no le ocultan la realidad a los menores, ya que los mayores tienen recuerdos de su anterior familia. Y saben que ninguna es más valiosa que otra, tomando el tema con respeto y aclarando que son sus padres adoptivos.

María comentó que por esta situación, y por las circunstancias de la madre biológica de sus hijos, ella ahora tiene la oportunidad de ser madre. Y consideró que por diferentes circunstancias hay personas que no pueden dar una calidad de vida a sus hijos.

La nueva madre dice que en su familia los menores son bien aceptados, incluso son consentidos por tíos, abuelos y primos. Atienden a los menores en su salud, alimentación, así como en su educación, dándoles estudio. Ahora les inculcan esos valores de la protección, y que tengan esa cultura para que crezcan como familia, inculcando que ellos tendrán que velar por su cuidado.

 

Proceso de adopción

Actualmente, para adoptar a un menor en el estado, éste debe quedar expósito o a través del consentimiento del padre o la madre que apruebe la adopción, explicó la procuradora. Abundó que cuando se detecta un problema, se envía a una trabajadora social para verificar si existe tal circunstancia, y en caso de que si se presente violencia hacia el menor, interviene el Ministerio Público.

El Ministerio Público tiene la facultad de poner a disposición al menor cuando hay un problema familiar sin solución, de acuerdo con la edad a la casa hogar, que es para menores de 0 a 12 años, y la casa de jóvenes, de 12 hasta la mayoría de edad.

Después de este proceso, inicia otro administrativo de investigación, y se busca a papás, abuelos y redes de apoyo. Se valora a los padres en psicología y trabajo social, y si reúnen los requisitos se puede dar una reintegración familiar.

En caso de que no sea así, se busca la alternativa de redes de apoyo, que son abuelos paternos y maternos. Y en su momento los tíos en líneas paternas y maternas, pero si no son aptos para el cuidado, se inicia con el juicio de pérdida de patria potestad ante un juzgado familiar.

Después inicia un juicio sumario civil, donde se da la declaratoria de pérdida de patria potestad de padres y de abuelos. Cuando se pierden los derechos de los niños, el menor queda liberado jurídicamente y pasa al procedimiento de adopción.

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