(4 CONCURSO DE CUENTO CORTO DE LJZ)
Hace tiempo, en una ciudad, había un niño que creía que si hacías algo con amor, algo mágico sucedía. Sus compañeros se burlaban de él, ya que nunca lo llegaron a comprender. Pasó el tiempo y seguían burlándose de él. Nunca perdió la esperanza, pero eran demasiado las burlas que dejó lo único con lo que había crecido. Con el tiempo y ya entrado en años, en una ocasión, él iba hacia su trabajo y se topó con una niña, la cual estaba buscando desesperadamente a su familia. Nuestro niño, ya convertido en señor, al verla le dio mucha tristeza y le ayudó a buscar. El día había pasado y no habían encontrado a su familia. El señor la dejó quedarse en su casa, ya que no quería dejarla sola. Al día siguiente en la mañana, la niña le preguntó al señor: -¿tienes familia?- Y él le contestó que no; rápidamente cambió de tema, ya que le daba tristeza hablar de ello. En la tarde, la niña, llorando, había perdido las esperanzas. Ella sabía que nunca volvería a ver a su familia. El señor, tratando de animarla, le dijo que él también había sido niño, que también habían arruinado sus sueños, pero que ella todavía tenía esperanza. Pasaron meses y no habían encontrado a la familia de la niña, pero el señor se había encariñado con la niña, pues era la única persona que lo valoraba por lo que era. Al final, la niña sabía que había perdido a su familia para siempre, mas ya no le importaba porque había encontrado a un amigo que estaría con ella sin importar qué pudiera pasar. Abandonaron la búsqueda de su familia. La niña estaba más que contenta, por lo que decidió decirle al señor que quería estar con él, ya que lo consideraba como su papá. Al señor también le gustaba estar con ella, pero él sabía que era muy pesado tenerla y cuidarla, por lo que le contestó que no; dijo que en la mañana la llevaría al orfanato. La niña triste se fue a su cuarto. Al día siguiente, la llevó al orfanato. La niña, sin decir nada, entró al edificio. El señor, al regresar a su casa, se sintió demasiado triste; sabía que no iba a ser lo mismo sin ella. Pasaron dos semanas y nunca volvió a tener la alegría que esa niña le había dado. Decidió ir a buscarla en donde la había dejado. Al llegar, preguntó por ella, pero le habían dicho que ya había sido adoptada. El señor, triste, se retiró de aquel orfanato. Pasaron algunos meses, tres para ser exactos, y un día se topó con ella y le dijo que volviera con él, que no era lo mismo sin ella. Ella le dijo que había escapado y que ella es más feliz con él que con su familia adoptiva. Al final, la niña se quedó con su nuevo padre y fue feliz con él al igual que el señor con ella. Moraleja: nunca permitas que nadie destruya tus sueños, porque es lo que te hace especial…
Autora: Vanesa Deniss Pinedo Mendoza
Edad: 11 años
Escuela Primaria Julián T. Medina
Zacatecas, Zacatecas
