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Por: ÉVELYNE COUTEL • admin-zenda • Admin •

La Gualdra 241 / Cine

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Daniel y Ana

Basada en una historia real, la película Daniel y Ana, de Michel Franco, enseña y analiza con sutileza las consecuencias de un doble drama: un incesto forzado y una violación. Todo empieza cuando Daniel Torres, un adolescente de 16 años, y Ana, su hermana mayor de 23 años, son secuestrados y obligados a mantener relaciones sexuales mientras los graban. Vista su edad estos dos protagonistas que proceden de la burguesía mexicana se encuentran en un momento bisagra de su vida pero huelga decir que desde ese momento su existencia ya no podrá ser la misma.

A pesar de las emociones fuertes del principio, no se trata de un thriller. Terminada la grabación, los bandidos desaparecen definitivamente sin dejar huella y el suspenso deja paso a un drama psicológico que se propone representar el choque postraumático que convierte a ambos protagonistas en individuos casi fantasmales. La vergüenza, la culpa, la soledad y la aversión hacia la sexualidad se apoderan de ellos y los hunden en la nada. Daniel deja de ir al instituto y rehuye todas las miradas; Ana se atrinchera en la cama y se replantea su boda. El acceso a la intimidad de los personajes se basa en el uso de los planos fijos que permiten plasmar sus sentimientos con pudor y delicadeza. El director rechaza las explicaciones verbales y muestra este trauma a través de la mudez y del caminar lento, hipnótico de los personajes cuyo desamparo trae a colación el problema de la incomunicación en una familia acomodada en la que las conversaciones entre padres e hijos quedan reducidas al éxito escolar y la ambición profesional.

Fotograma de la película Daniel y Ana, de Michel Franco
Fotograma de la película Daniel y Ana, de Michel Franco

El argumento psicológico alcanza su clímax cuando Daniel acude al cuarto de su hermana y reproduce mecánicamente el acto sexual, violándola una segunda vez. La escena bárbara impuesta por los mafiosos ha reactivado el deseo primitivo inhibido de un hermano por su hermana y que se plasmará luego en los celos de Daniel hacia el novio de Ana.

Antes de iniciarse el rodaje de Daniel y Ana la producción cinematográfica de Michel Franco sólo contaba con cortometrajes (Entre dos, El sueño de Isi...) y hay que reconocer que para su primera obra magna el director no retrocedió ante la dificultad y eligió un tema espinoso, bastante difícil de enfocar. Al ver esta cinta -que fue seleccionada en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes 2009- el espectador no puede dejar de sentirse incómodo por el carácter poco usual del argumento que refleja una de las facetas más sórdidas de la sociedad mexicana actual, donde el comercio ilegal de personas con fines de explotación sexual, extracción de órganos o cualquier trabajo forzado constituye una realidad. El rapto de niños y adolescentes forzados a salir en videos pornográficos difundidos en internet no es sino una forma moderna de esclavitud que perjudica la imagen de los países como México que ocupa uno de los primeros puestos mundiales en términos de trata de personas.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_241

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