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sábado, 20 abril, 2024
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La música es como una enfermedad mental o como una droga: Mon Laferte

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Por: RAFAEL DE SANTIAGO •

■ Una guitarra, el premio por haber ganado concurso de canto en su escuela; esto marcó su vida

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■ Empresarios de la música vieron en la joven un talento nato y profundidad en sus canciones

“La música es como una enfermedad mental, porque no es posible que cuando se tiene todo en contra puedas seguir. A veces estoy enferma, con temperatura o gripe, y se me quita todo cuando subo al escenario; la música es como una droga”, dice Monserrat Bustamante Laferte, originaria de Viña del Mar, en Chile, mejor conocida por su nombre artístico Mon Laferte.

Asegura la cantautora que trae la música en la sangre, pues en su familia hay músicos, y considera que desde que nació ya traía el talento del canto. Recuerda que cantaba en la escuela, lo que comenzó a llamar su atención. A la edad de 9 años participó en un festival de su escuela y ganó el primer lugar, recibiendo como premio una guitarra. Esto fue algo que marcaría su destino.

A los 13 años tomó la decisión más importante hasta entonces, ya que abandonó la educación secundaria para dedicarse a tocar la guitarra y a componer sus propios temas, aunque también interpretaba covers; luego ingresó al conservatorio de música de Viña del Mar, donde permaneció por año y medio.

A esa edad soñaba con que su imagen estuviera en un disco junto con sus canciones y en volverse una artista. Sin embargo, dejó el conservatorio y a los 15 años compuso su primera canción, la cual hablaba de cosas que le ocurrían en esa etapa, como la relación de noviazgo.

 

Posteriormente compuso más canciones y se dedicó a recorrer disqueras en Santiago de Chile, llevando solamente un casete grabado por ella misma con sus temas. Los empresarios de la música vieron en la joven quinceañera un talento nato y gran profundidad en las letras de sus canciones, que podían haber sido escritas por alguien mayor.

Continuó tocando en la calle, en bares y camiones, lo cual significó para ella un gran reto artístico, pues debía tener un buen tono de voz; además, aprendió a proyectar su voz y a quitarse la vergüenza para presentarse ante un público.

“Me llevó la policía varias veces; se llevaba mi cajón o mi guitarra, y desde pequeña también asistía a bares a echarme un palomazo, pero también me sacaban porque era chiquilla y podría darle problemas a los dueños del lugar. De cualquier forma insistí y logré tener mi propio público. La cuestión es ganarse el respeto y ganarse a la gente”, dice Laferte.

Después de probar suerte y no lograr el contrato con una disquera, se sintió frustrada y pensó que se le iba el tiempo de las manos. Sin embargo, la televisión fue su única esperanza y lo que definitivamente le cambio la vida, pues ganó un concurso de busca talentos.

La idea persistente de grabar un disco la trajo a México hace 9 años, y desde ese tiempo se ha declarado como adoptada mexicana. La invitó una amiga, a la que le marcó a su llegada, pero no la pudo recibir.

Se quedó literalmente en la calle. Se hospedó por un tiempo en un hotel y le agradó la hospitalidad de los mexicanos, al grado de reconocer que esto fue lo que “la atrapó” para decidir quedarse en el país; rápido consiguió trabajo en bares donde tocaba covers.

Entre amigos reunió dinero y posteriormente conoció a personas que tenían un pequeño estudio, donde grabó su primer material independiente con un tiraje de mil discos. Salió con ellos a la calle y al metro para regalarlos.

La misma fórmula fue aplicada en su segundo disco, el cual grabó en su propia casa. Al poco tiempo la prensa comenzó a poner atención en ella y logró grabar un tercer material discográfico de forma independiente.

 

 

“Me ha tocado vivir muchas experiencias, y así que tengo mucho que contar a mis nietos. Pero creo que me tocó hacer esto, cantar para la gente canciones que les muevan, que puedan hacer catarsis con ellas; a veces en la vida te toca hacer ciertas cosas”, expone la cantautora.

Dice sentirse contenta con su carrera musical, la que comienza a darle frutos. Además, se siente agradecida por ser invitada a tocar en diferentes eventos, entre ellos el 30 Festival Cultural Zacatecas. Está programada su primera presentación en el Auditorio Nacional para el próximo mes de septiembre.

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