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jueves, 28 marzo, 2024
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El grupo Los Imaginantes presenta la obra de títeres Pinocho con botas

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Por: REDACCIÓN • Admin • admin-zenda •

■ El espectáculo narra la travesía del protagonista, quien viaja a través de varias fábulas

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Pinocho no quiere ser humano, desea seguir siendo un títere. No le gusta el final de su cuento y por eso la tarde de este sábado, en la Plazuela Goitia del Centro de Zacatecas, saltó de fábula en fábula tratando de convencer a sus protagonistas de que le cedieran el lugar.

El recorrido de este pequeño de nariz larga fue presenciado por decenas de niños quienes, junto con sus padres, acudieron a ver la obra de títeres Pinocho con botas, presentada por el grupo zacatecano Los Imaginantes en el marco del Festival Cultural 2016.

En la escena inicial, Pinocho descubre que al despertar de su sueño se convertirá en un niño de verdad, de carne y hueso, con la cara rosada y una hermosa recámara.

“Él no quiere, pero la señora que lo transformará insiste: “Hasta cantante de Televisa podrás ser”.

“Huyendo de su destino, el primer cuento al que acude es el de Caperucita Roja. El lobo rechaza cederle el lugar y Pinocho busca sustituir entonces a Caperucita. “Pero yo me la como”, argumentó el lobo para disuadirlo de sus intenciones. “Pues yo me dejo comer”, replica el títere.

Al ver que sus súplicas no surtieron efecto con este personaje, decide plantearle el cambio a la propia niña: “El cuento se llama Caperucita así que ella es la que manda, ella es la mera mera”. Además, dice, lo importante de una fábula es que los personajes interpreten bien su papel.

Sin embargo, la pequeña vestida de rojo no parece convencida de ceder su lugar ni de cambiar las quesadillas de flor de calabaza que le lleva a su abuela por flores ni siquiera de evitar al lobo para no ser comida.

“Pinocho sigue insistiendo en que eso puede cambiar; “La fábula es tuya. Hasta puedes casarte con el príncipe azul y tener hijos de colores”. No surte efecto. “Lleva siglos así; así está escrito”, concluye ella.

“Tampoco logra su cometido con el príncipe de Cenicienta. Pensó que este personaje sería “más amable que el lobo y menos aburrido que Caperucita”, pero se equivocó.

Al final, con el Marqués de Carabás del Gato con Botas consigue su meta, aunque sólo por un momento. Le ceden las botas del gato y le lleva al rey el felino, pese a que él había pedido un conejo para comer.

“Al llegar al castillo es cuando regresa al inicio, sin haber logrado nada. La ira del monarca se desata y Pinocho es apresado por los guardias reales. Ahí, el rey ordena: “Lo llevan al último capítulo de su fábula”.

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