No es sencillo definir el concepto de cultura, actualmente es un término que engloba una serie enorme de elementos, por eso, quizá, es un concepto usado por muchos en contextos muy diversos. Atendiendo a su etimología la cultura es lo que cultiva, lo que contribuye a que el hombre se cultive, pudiéramos decir, sea mejor hombre. El diccionario de la Real Academia Española define la cultura como el conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. Se trata de un concepto vastísimo y por eso mismo usado en todos los ámbitos.
Lo cultural se ha convertido en un adjetivo que acompaña con ligereza múltiples actividades: festival, semana, evento, concurso, etc., a todo le añadimos “cultural” y en automático lo convertimos en fuente de cultura. Pero ¿Esto es real? ¿De verdad toda la serie de eventos a los que se les añade el adjetivo cultural promueven cultura, o mejor aún, contribuyen a que la persona se cultive, sea mejor persona?
Con bombo y platillo se anuncian eventos “culturales” como logros de las distintas administraciones de gobierno. Eventos en los que se invierten fuertes sumas de dinero, pues contratar cantantes, hacer publicidad y montar escenarios no es tarea sencilla, conlleva tiempo, esfuerzo, dinero, fuerza de trabajo, etc.
Con la semana santa inicia el festival cultural en Zacatecas, dos semanas de fiesta y alboroto teniendo como escenario las distintas plazas y plazuelas de la ciudad. Es un evento esperado por muchos y en el que se invierten no pocos recursos. Básicamente se trata de conciertos gratuitos al aire libre, cantantes de distintos géneros contratados para la ocasión. Aunque lo de gratuitos sea sólo un decir, pues a dichos cantantes hay que pagarles y los recursos de algún lado han de salir.
La música es cultura evidentemente que sí, los distintos géneros musicales son expresiones culturales faltaba más; pero, ¿es ese el grado máximo de cultura al que podemos aspirar los zacatecanos? ¿Basta una serie de cantantes en las plazas para que podamos decir que hay un festival cultural en Zacatecas, de verdad dicho evento congrega todas las voces, incluye a todos los grupos, llega a todos los ciudadanos? Son preguntas que no considero tengan una respuesta positiva.
Más bien considero que la cultura ha sido secuestrada, es rehén de intereses políticos y económicos, responde a una agenda que nada tiene que ver con el ciudadano común, con el zacatecano de a pie. No es un evento que refleje la verdadera cultura de Zacatecas, su historia, su barroco, su belleza y armonía, sus auténticas tradiciones, la de sus barrios y municipios, la de sus pueblos mágicos y de aquellos no tan mágicos, pero igualmente bellos, la calidez de su gente, la gente ordinaria, no la que se oculta tras el maquillaje y la apariencia.
El acceso a la cultura no debe ser privilegio de algunos, sino bien común; no debe regularse por ganancias de tipo económico, sino promoverse como medio de crecimiento humano, personal y social. La cultura debe propiciar el sano y equilibrado desarrollo de los pueblos, la unidad de las familias y la vivencia de valores que impulsen la convivencia, el descanso y el sano esparcimiento. No basta con llenar las plazas, es necesario ir más allá y poner al alcance de todos la verdadera cultura.
Es necesario recuperar el sentido original del término cultura, es decir, lo que cultiva, lo que contribuye a que la persona sea mejor persona, y no sólo quedarse en la cultura como entretenimiento y diversión, en el mejor de los casos. Se hace necesario un interés genuino de las autoridades por hacer de la cultura un bien común, accesible a todos los ciudadanos en el respeto de sus verdaderas tradiciones y valores. ■
