■ Cuenta con medallas conquistadas alrededor del mundo; síndrome de Down no es impedimento
■ La zacatecana es bicampeona internacional en gimnasia rítmica de Olimpiadas Especiales
A pesar de la falta de apoyos institucionales y de espacios para que personas con discapcidad practiquen deporte, Fátima Karina Núñez Guerrero cuenta con decenas de medallas y es bicampeona mundial de gimnasia rítmica en Olimpiadas Especiales.
El síndrome de Down y un problema cardiaco que tuvo al nacer, no impidieron que llegara a hacer una carrera en el mundo del deporte y ser un ejemplo para los deportistas que están en su misma condición, y sobre todo para su familia.
“Ella vino a enseñarnos mucho a nosotros, no sólo es un modelo a seguir para nosotros sus padres, sino para quien la conoce, pues tiene ángel y eso lo observa quien tiene contacto con ella, pues su ejemplo, sus ganas de salir adelante, impacta a las personas que vivimos cerca de ella”, dice su papá Raúl Núñez Esquivel.
Fátima tiene 28 años de edad, y orgullosa menciona que ha ganado 135 medallas, mismas que enseña con gusto. De estas, 105 son de oro, 17 de plata y 13 de bronce, la mayoría de cuales guarda su mamá Silvia Celina Guerrero en una caja, y algunas en bolsas.
Ha recibido el reconocimiento Retos y Razones del Gobierno de Zacatecas, fue ganadora del primer Certamen Estatal de Mujeres Zacatecanas en el Deporte y tiene el título de Embajadora Internacional de Olimpiadas Especiales.
Ha participado en diez juegos estatales, siete nacionales y dos mundiales celebrados en Dublín, Irlanda, en junio de 2003 donde obtuvo 4 medallas. Una de ellas fue de oro en pelota, dos de plata, una en ejercicio de piso y otra en all around; otra más fue de bronce en la prueba de aro y recibió el Premio Estatal del Deporte de manos del gobernador en función en ese año.
Participó en las Olimpiadas Especiales de Los Ángeles, California, en 2015, donde conquistó cinco preseas, y fue invitada a una exhibición al mundial de Cuba en julio de 2014.
Tuvo la oportunidad de conocer al ex presidente Vicente Fox, quien recibió a Fátima y a otros competidores destacados cuando regresó de Dublín, donde fue nombrada Reina de la Gimnasia Rítmica y leyó el mensaje inaugural. “Me emocioné mucho, Vicente Fox está muy alto y no podía alcanzarlo”, dice Fátima.
Pero al regresar a Zacatecas, a pesar de que se informó a las autoridades del deporte estatal y de gobierno, ningún representante fue a recibirla y solamente acudieron sus padres y familiares, quienes la acogieron con una comida familiar.
A pesar de sus logros no cuenta con patrocinios ni apoyos gubernamentales, pues los gastos para que acuda a competencias los costean sus padres con la ayuda de la asociación de Olimpiadas Especiales.
El apoyo de sus parientes fue fundamental, pues desde pequeña vieron en el deporte una opción para ayudarla a tener una mejor calidad de vida y permitirle que se desarrollara en un ambiente de independencia.
Aceptar que un hijo nazca con este síndrome es difícil, reconoce su madre Silvia Celina, quien no se explicaba por qué su hija padecía Down, si había tomado los cuidados correspondientes durante sus nueve meses de embarazo.
Desde que nació, el médico que la atendió recomendó a los padres de Fátima que recibiera terapia física, pues el ejercicio le ayudaría a tener tono muscular y fortalecería todas las partes de su cuerpo.
Pero llegó un momento en que Fátima ya no quería hacer esos ejercicios y se le buscó otro tipo de deporte, llegando a la asociación de Olimpiadas Especiales a la edad de cinco años, donde se le dio la opción de que practicada deporte.
Los padres se decidieron por la gimnasia y los 8 años Fátima comenzó a competir en eventos estatales; a los 12 años logró participar en juegos nacionales y a los 15 fue su primer mundial en Dublín.
Silvia reconoce que esta actividad le ayudó a asimilar lo que aprendía en la escuela, pues llegaba con ganas de seguir haciendo sus tareas. En este tema, Fátima fue rechazada en escuelas públicas porque, según las autoridades educativas, no había personal capacitado para atenderla.
La joven tuvo que ser inscrita en escuelas de paga o privadas, y de esa forma fue que logró acabar su educación preescolar, primaria y secundaria, consiguiendo avances en la lectoescritura, con lo que comenzó a hablar de manera fluida.
La madre de Karina exhorta a los padres de niños con Down a que no se desesperen y que busquen la opción del deporte para darles una mejor calidad de vida a sus hijos, pues les ayuda a mantener el desarrollo físico y mental, además de que se integran a una sociedad que muchas veces los excluye.
Fátima combina la gimnasia rítmica con clases de ballet y danza, mismas que toma en el Teatro Fernando Calderón por las tardes. Confiesa que le gusta leer cuentos, colorear, escribir y repasar sus clases de computación.
Por su parte, América Frías Alvarado, presidenta de la asociación de Olimpiadas Especiales, reveló que el trabajo con Fátima ha sido constante; ha mostrado disciplina y dedicación, lo cual la ha llevado a cosechar triunfos.
Lamentó que no se cuente con un espacio digno para que las personas con discapacidad que practican un deporte puedan realizar sus entrenamientos. Actualmente se les presta un espacio en el Instituto de Cultura Física y Deporte de Zacatecas.
“Se debe tomar en cuenta el esfuerzo y los logros de las personas con discapacidad, pues desgraciadamente se carece de recursos para apoyar a los deportistas; incluso quienes trabajan como instructores y entrenadores en la olimpiada lo hacen como voluntarios, sin percibir un sueldo”, dice América.
