Historia y Poder
A Sergio Espinosa Proa, audaz y argüendero
Lamado el poeta nacional Ramón López Velarde es más que el hijo predilecto del pueblo de Zacatecas, orgullo nacional ante el mundo, ejemplo de valentía y de la tragedia, legado olímpico de la mejor poesía terrenal, genio, sencillo, periodista además y para acabarla, de oficio abogado.
Amaba la vida hogareña y a su familia, siempre fue capaz y responsable, tenía el don de atraer oportunidades y situaciones que daban armonía, podía adquirir conocimientos desde la observación, más que desde el estudio o la búsqueda. Siempre se le vio juvenil y activo.
Era generoso y demostrativo, a menudo le atraía la música y el canto, capaz de muchos renunciamientos, cargaba a menudo con ancianos, podía triunfar en la labor civil y comunitaria, era discutidor y testarudo y los campos más afines para el éxito-bien que lo sabía -era el trabajo urbano y por la patria, la onda intelectual, la docencia, el negocio editorial.
Amaba el cambio, la aventura, las experiencias, era versátil y líder natural, tenía mucho magnetismo, disfrutaba del sexo con libertad, en lo más íntimo era aventurero y se rehusaba a los hábitos convencionales, con tendencia a la infidelidad, era líder natural, excelente vendedor de su imagen, pero debía cultivar la concentración y lo hizo.
Pulcro, atractivo y encantador, del tipo familiero, paternal, le gustaba la comodidad, por eso se le veía a menudo con ropa cómoda y fácil de llevar. Compasivo, interesado por el hogar, la familia y la delicada situación del país, tenía la capacidad de crear atmósferas armónicas y afables.
Pacificador, diplomático, supo mediar para armonizar situaciones y logró en muchas situaciones conciliar mediante el tacto y su inmenso poder de atracción, poseía naturalmente la capacidad de ver las dos caras de una misma cuestión.
Sus recursos de salida siempre fueron el aplicar métodos nuevos y originales y supo ser precavido para no convertirse en testarudo, autoritario, rutinario e impaciente con los demás. Debió desde temprana edad a ser precursor, original, creativo, independiente, es decir, a ponerse primero en la vida, estando al frente de lo que hacía –estudiar leyes en la ciudad potosina, escribir sus primeros versos, publicar en periódicos nacionales, ser orador apropiado, férreo defensor exitoso de Francisco l. Madero- y sin dejarse de lado nunca, así, desarrolló su capacidad creativa.
Es muy probable que haya nacido en una familia donde era sometido y obligándolo a ser dependiente. Por eso se fue a estudiar a otras ciudades, a ejercer su oficio en los lugares más insospechados.
Tomaba la vida como venía, era muy sociable y de espíritu joven, tenía talento para expresarse muy bien, era frontal ,le costaba entender que no todo mundo merecía su verdad, de mente rápida y sagaz, por ello adquiría fácilmente conocimientos, con una profunda imaginación, hizo la poesía más importante del mundo y hasta ahora, realmente insuperable.
Famoso en el orbe, admirado por los grandes de la literatura del hermoso idioma español y castellano, además por haber sido traducido a medio centenar de idiomas en todo el mundo, nuestro Ramón López Velarde tenía en su aspecto positivo que era optimista, tenía buen humor, mucha autoexpresión y harta sociabilidad, en lo negativo –si acaso lo tenía- era del chismerío, extravagante, tenía falso orgullo y baja expresividad y en lo destructivo era quizá intolerante, tenía celos excesivos, hacía gala del engaño, la avaricia o el disimulo.
Discutible todo ello pero necesario aclararlo y desmitificar a nuestros héroes nacionales, ante todo, el respeto de las muchedumbres, el cariño entrañable de haber sido hasta la fecha el poeta nacional más caluroso y humano de que se tenga memoria, jerezano, zacatecano, mexicano universal. ■
