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jueves, 28 marzo, 2024
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Dirige Hugo Arrevillaga a estudiantes de la UAZ en Todavía tengo mierda en la cabeza

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Por: ALMA RÍOS • Admin •

■ Traen a la entidad una puesta en escena que habla la rebeldía juvenil y su pérdida al crecer

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A la par de una trayectoria profesional exitosa, que ha podido hacer trascender su trabajo fuera del país, el director y productor teatral Hugo Arrevillaga Serrano busca compartir lo que sabe con jóvenes artistas en formación. De este ejercicio nace su colaboración con los estudiantes de la Licenciatura en Arte de la Universidad Autónoma de Zacatecas para el montaje de Todavía tengo mierda en la cabeza, obra de la dramaturga tijuanense Bárbara Perrín Rivermar.

Ésta es la tercera vez que Arrevillaga Serrano colabora con la Máxima Casa de Estudios en el estado convocado por Sonia Viramontes Cabrera, coordinadora de la Unidad Académica de Arte y Cultura de la UAZ.

Luego de ofrecer talleres de dirección escénica y actuación, propuso en este caso, un proyecto de mayor duración y de carácter interdisciplinar, pero sobre todo, que fuera más allá de la formación académica para proponer el análisis y la reflexión de “cuál es el lugar que el artista ocupa en una sociedad como la nuestra”.

“En estos tiempos tan convulsionados en nuestro país, frente a un aparente desdén de los espectadores frente a un hecho ritual prácticamente, y pareciera, fuera de tiempo como es el teatro, ya al público, a un espectador, pareciera que invitarlo al teatro fuera un acto heroico, que emprende para ir a sentarse a una sala y ver una historia”.

En Zacatecas como en otras partes del país, dijo, son pocos los espacios donde los artistas jóvenes pueden mostrar su trabajo. Y aun en la Ciudad de México puestas en escena como las del propio Hugo Arrevillaga se enfrentan ocasionalmente “a salas casi vacías para dar funciones”.

Quiso entonces plantear esta reflexión a partir del diálogo con los jóvenes estudiantes de la UAZ para preguntarles, “qué era lo que ellos percibían que un artista sobre la escena tendría que darle a un país como el nuestro, a una localidad como ésta”.

La respuesta se encuentra inmersa en el proyecto escénico que ayer inició sus presentaciones. Una historia de Bárbara Perrín que indaga sobre lo que las personas van perdiendo en el camino luego de enfrentarse por ejemplo, a los propios instintos al experimentar el primer amor, “los encontronazos” con el alcohol o las drogas. O bien, la manera en que las amistades o los padres “van permeando nuestra vida”.

Es el registro de cómo los actos de rebeldía van perdiéndose al paso de la edad. Ese ímpetu, capacidad de asombro o fervor que caracterizan a la etapa adolescente en su búsqueda de alcanzar los sueños, y que luego inmersos en una vida cotidiana que se llena de responsabilidades las personas van dejando atrás, expuso.

“Esos impulsos que a mí me parece que nacen en la adolescencia donde uno pareciera ser imparable”.

Todavía tengo mierda en la cabeza es una historia de amor que habla de esa primera experiencia “que nos golpea profundamente, que nos marca y que veces nos prejuicia para el futuro”. Ese primer amor que se recuerda en la edad adulta, a veces con “cierto gusto, con melancolía o nostalgia”.

La obra exhibe también, las circunstancias en las que la juventud actual se desarrolla, su convivencia y sus expectativas a futuro respecto del mundo y el país en el que viven.

En el montaje participaron alumnos de las orientaciones de Artes Escénicas, Artes Visuales y Teoría de la Educación de la Unidad Académica de Arte y Cultura.

En escena se presenta el trabajo actoral de cinco alumnas y dos alumnos de la Licenciatura en Arte, “que han puesto todo lo que han tenido, no se han quedado con nada en las bolsas”, dijo.

Los jóvenes han aportado todo su talento, sensibilidad e inteligencia, para construir los personajes que la historia ha requerido, además, en un tiempo récord para el propio director, y para ellos mismos, apenas 14 días de trabajo intenso.

A la sumatoria se añade la aportación de los alumnos de Teoría de la Educación, quienes quisieron participar directamente con un ensamble musical y aquellos de Artes Visuales, con la escenografía y vestuario, utilizando los elementos aprendidos en un taller que exprofeso vinieron a compartir desde la Ciudad de México, Aura Caraza y Atenea Chávez, ambas jóvenes diseñadoras de escenografía con quienes trabaja de continuo Hugo Arrevillaga.

Todavía tengo mierda en la cabeza tendrá presentaciones los días viernes 19 y 26 de febrero a las 18 30 y 20 horas, y sábado 13 a las 18 y 19:15 horas, así como los sábados 20 y 27 del mismo mes a las 18 30 y 20 horas, en las instalaciones de la Unidad Académica de Arte y Cultura de la Universidad Autónoma de Zacatecas, ubicada en avenida López Velarde 707d, tercer piso. Zacatecas, Zac.

Hugo Arrevillaga Serrano estudió actuación en el Centro Universitario de Teatro de la Universidad Autónoma de México, del que egresó hace 12 años. Ha dirigido 43 obras teatrales, algunas que ha exportado fuera del país a festivales como el Iberoamericano de Teatro de Colombia y Mirada de Brasil. A Macedonia y dirigiendo a la Compañía Nacional de Teatro llevó su versión de Enrique IV de William Shakespeare. Su trabajo más reconocido, dijo, ha sido la puesta en escena de la tetralogía del autor franco-libanés Wadji Mouawad, La sangre de las promesas. Aún en gira por el país, se encuentra otro de sus proyectos recientes, Clausura del amor, en que participan en los papeles protagónicos Arcelia Ramírez y Antón Araiza.

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