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viernes, 19 abril, 2024
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El advenimiento de ‘Blackstar’

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Por: CARLOS FLORES* •

La Gualdra 229/Música

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Son varias las cosas que me gustan, más que gustarme que me impactaron, de un músico como David Bowie: sus extraños ojos que le daban un aspecto genial en todas sus facetas, sus tantas variaciones estéticas pues marcaban su carrera no sólo como un multifacético de la moda sino como creador, y el que cada imagen que adquiría iba también acompañada de una innovación musical, pues cada disco era el experimentar con nuevos ritmos y nuevos sonidos, que daban, casi año con año, vetas de exploración a los músicos contemporáneos.

No pretendo aparecer aquí como un gran conocedor de Bowie, pues creo que me quedaría corto con lo que pudiera decir, sólo quiero rescatar su obra y hacer mención de los discos que grabó a lo largo de su vida: David Bowie en 1967, Space Oddity en 1969, The man who sold the world en 1970, Hunky Dory en el 71, hacia 1972 The rise & fall of Ziggy Stardust and the spiders from Mars y Aladdin Sane, Pin ups en el 73, Diamond dogs en el 74, en el 75 Young americans, Station to Station en el 1976, en 1977 Low y Heroes, en el 79 Lodger, Scary monsters en 1980, tres años después Let´s dance y en el 84 Tonight, hacia 1987 sale Never let me down, en 1993 Black tie white noise, en el 95 Outside, dos años después Earthling y en el 2000 Hours, en el 2002 Heathen y un año más tarde Reality, después de una larga ausencia en 2013 sale The next dayday y en el 2016, dos días antes de su muerte Blackstar.

No es de sorprender que un genio como David Bowie haya dedicado sus últimos días a grabar un disco. Y no es de sorprender que el contenido del mismo parezca un lamento y ofrezca una reflexión sobre la vida y la muerte. Son siete canciones acompañadas por una batería, un bajo, un saxo, una guitarra que apenas se asoma y un sintetizador, bastante experimentales, y que nos llevan a un inframundo de dolor y angustia.

No me atrevo a interpretar las letras del disco pues me parece que están en un nivel filosófico más allá de mi comprensión inmediata, pero me atrevo a decir que es uno de los discos más importantes en la trayectoria del músico, y no sólo por ser el último, sino porque ofrece al rock una veta experimental cercana al jazz.

Son siete melodías con la frescura de la improvisación que exploran sentimientos oscuros y nos hacen transitar por paisajes urbanos, desérticos, más allá de lo antes escuchado: Blackstar, Thas a pity she was a whore, Lazarus, Sue (in a season of crime), Girls loves me, Dollar´s day y I cant´t give everything away. Éstos son los tracks del disco que conforman la última gran obra maestra del gran genio del rock, incomprendido por muchos y disfrutado por muchos otros. No hay ninguna duda que la muerte de este artista es una gran pérdida para el rock y para la música. Descanse en paz David Robert Jones, David Bowie, Dave jay, Major Tom, Cloud, Ziggy Stardust, Aladdin Shane, Halloween Jack, The Thin White Duke, Tao Jones, ¿Blackstar?, ¿Lazarus?

http://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra-229

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