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viernes, 29 marzo, 2024
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Por mucho tiempo en el rock mexicano han triunfado únicamente “los bonitos”: Barrios

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

■ Son “los nacos” quienes dan significado social y popular a este género, afirma El Mastuerzo

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■ En los 80 Rigo Tovar llenaba espacios masivos; los rockeros tenían presentaciones “de guerrilla”

Durante décadas, el rock mexicano ha sido terreno de una guerra ideológica y política en la que siguen triunfando “los bonitos”, los promovidos por los medios masivos de comunicación, por encima de los “nacos”, los que dan una significación social y popular a ese género, afirma Francisco Barrios Martínez El Mastuerzo.

Mucho tiempo, recuerda, hubo una visión casi sacerdotal del rock mexicano, al grado de que todo aquello que no sonara con riffs distorsionados era considerado por los rockeros como música “para jodidos y nacos”, por lo que los integrantes de Botellita de Jerez se asumieron como tales.

En la década de los 80 del siglo pasado, sin embargo,  la música popular se adelantó al rock en México, pues Rigo Tovar llenaba espacios masivos, mientras que las agrupaciones de rock habían “rock de guerrilla: llegamos, tocamos y nos replegamos”.

La oleada del rock “en tu idioma” acentuó el abismo que había entre los grupos setenteros y los emergentes. Los primeros “se fueron a la chingada y aparecieron los bonitos, con todo respeto, Saúl (Hernández), que sabes que te quiero”, lo que generó una lucha por darle significación al rock mexicano.

Incluso hubo un momento en que los grupos mexicanos sólo cantaban en inglés. En consecuencia, Rockotitlán, uno de los principales foros y espacios de encuentro para las bandas de rock, prohibió cantar en inglés, excepto a Javier Batiz por su condición fronteriza”.

“Era una lucha ideológica y sigue siendo una lucha ideológica. Ahora los grupos de rock cantan en inglés y dicen puras mamadas… y malas mamadas, porque hay buenas y malas. Sigue siendo una lucha ideológica y política; nos siguen ganando los medios poderosos y comerciales y la cultura es cada vez más un negocio privado y cada vez más el mundo del espectáculo allana los espacios de la cultura, por ejemplo los festivales culturales en Zacatecas”, señala Barrios Martínez.

El inicio de su trayectoria artística ocurrió en la década de los 70, pero desde pequeño recuerda haber participado en una orquesta de 16 elementos que dirigía su padre, en Tulancingo, Hidalgo.

No era una orquesta formal, era integrada por personas con diversos oficios pero “que amaban la música”. “A mí me daba mucha ternura porque los veía con mucho entusiasmo, pero hace poco mi padre me decía: ‘no, mijo, eran bien maletas”.

El baterista era plomero y por tal motivo solía ausentarse de los ensayos o salirse de ellos a la mitad, por lo que él ocupaba su lugar para marcar el ritmo con la tambora. “Ese fue mi inicio”.

Aunado a ello, su hermano mayor cantaba a sus novias o pretendidas y su hermana incursionó en la ópera, lo cual también tuvo influencia en su interés por la música. Incluso, en su primer disco, Prohibido, hay un fragmento interpretado por ella.

“En fin, siempre hubo esa posibilidad de la música. Mis jefes siempre me decían que estudiara una carrera porque hay el imaginario que no se vive de la música, o ser actor, o ser pintor. De pronto me vine a la Ciudad de México y empecé con una grupo que se llamó Campirano Blues Band, después La última Página, luego Banda Bronco (no la que se hizo favosa) y luego apareció el grupo Los Nakos que surgió como una brigada cultural del movimiento estudiantil de 1968”, comenta Barrios Martínez.

Su integración a Los Nakos ocurrió en 1976, junto con Elia Crotte, madre se su primer hija, e Ismael Colmenares. “Esa fue mi primer escuela a propósito de una formación política y musical, porque el contexto en el que surge ese grupo me permite acceder a lo que yo he denominado La Otra Canción Popular Mexicana”.

Después, Armando Vega Fil y Sergio Araujo querían conformar un grupo de rock de humor, le hablaron y en abril de 1983, cerca del metro Tasqueña, se ofreció el primer concierto de Botellita de Jerez.

Posteriormente emprendió otro proyecto denominado El Mastuerzo y Carne de Res y hace cinco años formó la banda El Mastuerzo y los Jijos del Maíz, ello paralelamente a Botellita de Jerez que en próximos días presentará su nuevo álbum, #NoPinchesMames.

Sobre La Otra Canción Popular Mexicana, El Mastuerzo explica que se trata no de aquella de Cuco Sánchez o Juan Gabriel, sino aquella que surge, nace y es amamantada por las luchas populares, el pueblo y el barrio.

“León Chávez Teixeiro, Enrique Ballesteros, Los Nakos y un montón de compas han conformado eso que llamo La Otra Canción Popular Mexicana. Correspondemos a esa otra canción que no es precisamente complaciente que busca entrar a los medios masivos de comunicación, sino es una canción que va en concreto hacia esa población que nos importa”.

“No soy bufón del rey. Le canto al pueblo, le canto al barrio, le canto a la vida, y lo que quiero es que la vida me quiera (esto es una canción que no existe todavía). Así que lo que me ha movido es lo que me toca desde la estérica, la belleza, el arte, y que corresponde a una realidad concreta en la que vivo, es decir, que me provoca, a propósito de una visión ideológica distinta, decir lo que creo sobre la vida. Eso me lleva a situaciones que uno mira y vive de la gente, por ejemplo los chambeadores, las luchas y causas políticas”, agrega Francisco Barrios.

Con la salida de Sergio Araujo de la Botellita de Jerez, en 1988 inició una nueva etapa de la agrupación a la que llamaron “La canasta básica de la música popular” y el “guacarock”, la mezcla exacta entre aguacate y rock n’ roll, es decir, la mezcla entre Janis Joplin y Lola Beltrán, Jimi Hendriz y José Alfredo Jiménez, etcétera.

En esa nueva esta nueva etapa de la banda, Botellita de Jerez fue invitado por el productor de Luís de Llano, de Televisa, para participar en la telenovela Alcanzar una Estrella y la película Más que Alcanzar una Estrella. “A muchos seguramente les causamos una gran desilusión, porque los rockeros son así; se cagaron, pero yo lo disfruté mucho, es una experiencia distinta”.

No obstante, los integrantes de Botellita de Jerez se interpretaron a sí mismos y la banda interpretó temas de “La Canasta Básica de la Música Popular Mexicana”, es decir, de cumbia, ranchera, y otras, además de apropiarse respetuosamente del habla popular, “la dicharachería popular que dice tanto”. Por tanto, “correspondemos a ese otro mundo de la cultura mucho más modesto, sincero y verdadero”.

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