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jueves, 18 abril, 2024
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Rusia y Turquía, al borde de ruptura diplomática

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Por: La Jornada •

Moscú. Al borde de la ruptura se encuentran Rusia y Turquía, después de que el ejército turco derribó este martes un bombardero ruso SU-24MC, que –según Moscú– regresaba de cumplir una misión contra los yihadistas en Siria y, de acuerdo con Ankara, violó su espacio aéreo e hizo caso omiso de las advertencias antes de caer abatido por un misil aire-aire.

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Un cazabombardero F-16 de la fuerza aérea de ese país miembro de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) lanzó ese misil, al tiempo que las agencias noticiosas, con base en versiones, reportan que los dos pilotos del avión ruso lograron catapultarse, muriendo uno de ellos casi con toda seguridad. No es claro si el otro tripulante también perdió la vida o se encuentra prisionero en manos de milicias turkmenas del norte de Siria.

En todo caso, es el primer incidente de este tipo desde que a comienzos de los años cincuenta del siglo pasado, en las aguas territoriales del mar de Japón, no muy lejos de las costas de Corea del Norte, cazabombarderos de Estados Unidos derribaron un bombardero soviético.

Ahora, 65 años más tarde, Rusia –como principal heredera de la Unión Soviética– vuelve a sufrir una afrenta similar por parte de un integrante de la OTAN.

“El derribo del SU-24 es una puñalada por la espalda que dieron a Rusia los cómplices de los terroristas”, afirmó el presidente Vladimir Putin apenas tuvo conocimiento del hecho, al término de su reunión con el rey de Jordania, Abdala II.

Para el titular del Kremlin, Turquía lleva tiempo haciéndose de la vista gorda de lo que sucede en el norte de Siria por cuanto se beneficia del petróleo que le venden los grupos que dice combatir como miembro de la coalición antiterrorista que lidera Estados Unidos.

“Desde hace tiempo, hemos detectado en Turquía grandes cantidades de petróleo, sacado de Siria, el cual genera inmensos flujos de dinero, parte de los cuales sirve para armar a los grupos terroristas, y ahora además recibimos de los cómplices del terrorismo puñaladas por la espalda, golpes traicioneros contra nuestros aviones, y eso que firmamos con nuestros colegas estadunidenses un acuerdo para evitar incidentes en el aire”, agregó Putin.

Los turcos, por voz de su primer ministro, Ahmet Davutoglu, contestaron las acusaciones de Putin al declarar que sólo ejercieron su derecho a defender su soberanía nacional.

Putin afirma que un misil turco impactó el avión ruso cuando éste se hallaba a un kilómetro de la frontera de este país y que no representaba ningún peligro para él; Davutoglu sostiene que el SU-24 ingresó en Turquía por la zona de Yayladag en la provincia de Hatay y, a pesar las diez advertencias enviadas en un periodo de cinco minutos, rechazó las órdenes de abandonar el espacio aéreo turco y, después, de aterrizar, sin dejar otra alternativa que derribarlo.

No hace tanto, cabe recordar como paréntesis de contexto, el Kremlin decía que –para eludir el territorio de Ucrania en las rutas para suministrar el gas natural ruso a sus clientes europeos– Turquía era la mejor opción adicional. Y por eso no dudó en anunciar a bombo y platillo el tendido de un gasoducto que tendría que atravesar Grecia, enemigo irreconciliable de Turquía, que obviamente se quedó en proyecto.

La oposición turkmena tiene su propia opinión de lo ocurrido y considera que no es casual que el avión ruso se dirigiera a los sitios de concentración de turkmenos en Siria, apenas un día después de que Putin se reuniera con el presidente de Turkmenistán, Gurbanguli Berdimujamedov, quien se mostró preocupado por la huida de opositores al norte sirio, la mayoría islamitas radicales que se adhieren al llamado Estado Islámico (EI).

Circula la versión de que el bombardero ruso se internó apenas tres kilómetros de ancho en el espacio aéreo turco, cerca de donde continúan los combates entre milicias turkmenas, apoyadas por Ankara, y tropas de Damasco, respaldadas por Moscú, lo cual lleva la tensión entre Rusia y Turquía a niveles máximos.

Por lo pronto, el canciller Serguei Lavrov canceló la visita que tenía planeado realizar a Estambul para participar mañana en la reunión de ministros de Relaciones Exteriores en el marco del llamado Grupo Conjunto de Planificación Estratégica, y sugiere a sus compatriotas suspender los viajes a Turquía, el sitio de vacaciones por excelencia de millones de rusos.

Según Lavrov «la gran cantidad de incidentes terroristas en territorio turco no es menor, según nuestros cálculos, que en Egipto», donde un avión ruso con 224 turistas se desintegró en el aire debido a un atentado reivindicado por el EI.

Por ese motivo, por supuesto, recomendamos a nuestros ciudadanos que no vayan en estos momentos a Turquía, sea en viajes turísticos o de otra clase», precisó.

Algunos de los operadores más importantes ya se hicieron eco al suspender desde esta tarde la venta de paquetes a Turquía, mientras el vicepresidente de la Duma, Nikolai Levichev, exigió “evacuar a los turistas que se encuentran en suelo turco, suspender toda comunicación aérea con ese país, anular el régimen de supresión de visas y congelar toda proyecto de cooperación económica, si no hay una disculpa oficial por el incidente del SU-24”.

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