Autor: Jaime Gómez Armas
(4 CONCURSO DE CALAVERAS LITERARIAS DE LJZ)
La antesala de Palacio,
donde se piden audiencias,
lucía hoy su amplio espacio
con una extraña presencia.
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Huesuda y muy elegante,
cual verdadera Catrina,
esperaba desafiante
en la aburrida oficina.
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Solicitaba de Miguel
mismo ahí ser escuchada,
para plantearle a él
su situación desgraciada.
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Al entrar a su despacho,
astuta como lo es,
ensayó voz en francés
con un tono de apapacho:
¡Por favor, Monsieur Miguel,
apiádese de esta dama,
que únicamente reclama
no le reubiquen el riel!
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¡Pues al moverme la vía,
me dificulta el trabajo
de llevarme al carajo
al que le llegó su día!
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El desenlace que supe
fue que la vía se queda,
con muertos de aquí a Guadalupe,
para enterrar en Sauceda .
