Autora: Patricia Aguirre Chávez
(4 CONCURSO DE CALAVERAS LITERARIAS DE LJZ)
Se encontraba la llamada ciudad colonial
muy contenta y alegre con su título ceremonial,
que era algo así como patrimonio cultural.
A Miguel, un buen día, la Huesuda se arrimó,
utilizando un lenguaje florido y coloquial,
susurrándole al oído un favor muy especial.
Seré un poco necia y testaruda, reconoció,
pero te aconsejo de una manera personal,
a la alameda y Plaza de Armas hay que manosear.
Y el obediente caballero, tratando de agradar,
a estos lugares, una buena manoseada les pasó a dar.
Así, Alonso, con tanta obediencia, pasó a transformar,
que, sin importarle quiénes fueran a llorar,
estas dos obras al panteón fueron a parar.
Ahora, Zacatecas en un gran duelo está,
esperando con el tiempo poderse resignar.