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jueves, 25 abril, 2024
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Una farsa, la llamada transición democrática mexicana: Ackerman

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Por: ALMA ALEJANDRA TAPIA •

■ “Se ha tocado fondo y existe el riesgo de caer en un fascismo militar con el apoyo directo de EU”

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■ México vive el final de un sistema que muestra su veta muy podrida, porque ya no innova

Sólo fue una hipocresía y una farsa la llamada transición democrática mexicana en el año 2000 cuando el PRI salió de Los Pinos y llegó el PAN con Vicente Fox. Se vendió la idea de que se habían acabado 71 años del régimen priísta, lo cual no fue así, por el contrario, la continuidad ha llevado al final de un sistema político y el riesgo de quedarse sin país, sentenció John M. Ackerman.

El escritor y politólogo presentó ayer en Zacatecas su libro El mito de la transición democrática, en el que desarrolla la hipótesis de que la fallida transición sólo ha llevado a mostrar cada vez más la veta podrida del sistema. Se está en una situación que en la que se ha tocado fondo y hay el riesgo de caer en un fascismo militar con el apoyo directo de Estados Unidos, o por el contrario, a un sistema más abierto que dé paso a la real democracia, lo cual dependerá de la sociedad.

Ante esa paradoja, el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) consideró en entrevista y después durante la presentación de su libro, que la llegada al poder del PAN a inicios de este siglo no se trató siquiera de una transición fallida o autoritaria, incluso los grandes ideólogos de la transición como Héctor Aguilar Camín y José Woldenberg aceptan que no les salió tan bien, pero se aferran a la idea de una democracia parcial.

Invitado por La Jornada Zacatecas para presentar su texto en compañía de Raymundo Cárdenas Hernández, Ackerman dijo que en los últimos 30 años de luchas y esperanzas democratizadoras sólo se ha dado una transición institucional y una simulación, lo cual ha llevado a México a una especie de Unión Soviética; es decir, vive el final de un sistema que muestra su veta muy podrida porque ya no innova.

“México no puede ser peor, ya se ha tocado fondo”, aunque refirió que eso se pensó con Felipe Calderón en 2006, pues algunos tenían el mito de que el PRI pese a ser corrupto sabía gobernar, pero la realidad es que después de 2012 se está en situaciones más difíciles y se corre el riesgo de que el siguiente sexenio podría estar peor, al imaginar en la Presidencia de la República a un Rafael Moreno Valle, un Manuel Velasco “todo es posible, si Enrique Peña Nieto llega, también ellos pueden llegar o (Manlio Fabio) Beltrones mismo”.

Será en ese entonces cuando ya ni siquiera se podrá tocar fondo, simplemente se va a desaparecer el país, mientras tanto la población es crítica, pero actúa con demasiada paciencia.

 

Primera farsa de la transición

Ackerman, también columnista de La Jornada nacional y Proceso, argumentó que la primera farsa de la supuesta transición democrática en el año 2000 fue el que Vicente Fox incorporó en su gabinete a destacados priístas y con Felipe Calderón el poder del tricolor se aumentó, al grado de que en 2012 se consolidaron con más fuerza gobiernos del PRI, sin contar aquellos estados (México, Hidalgo, Quintana Roo, Tamaulipas y otros) donde en 86 años ni siquiera ha habido alternancia.

Durante los 12 años del PAN se preparó el camino para el regreso del PRI en 2012 y el PRD ha servido para fortalecer ese régimen con hechos como el Pacto por México, lo cual evidencia que todos esos partidos han estado en la lógica priísta corrupta, mientras que la alternancia no se ha traducido en una verdadera pluralidad política y ciudadanización del país.

 

Poderes fácticos y repudio a EPN

John Ackerman también se refirió al papel que juegan los poderes fácticos y al respecto refirió que en cada siglo se han tenido un poder fáctico central que reta al Estado y las instituciones para controlar el juego político en México. En el siglo 19 fue la Iglesia al grado de ser el prestamista más importante del gobierno. En el siglo 20 fue el PRI con camarillas detrás del trono.

Ahora en el siglo 21 hay esa misma lógica pero con la televisión, el narcotráfico y los Estados Unidos, quienes a través de la política buscan controlar al país, es así que se ha permitido la alternancia, pues las siglas partidistas no son lo que importa.

El académico creyó que especialmente el papel de Estados Unidos ha sido muy importante, al grado que la última captura de Joaquín Guzmán Loera El Chapo Guzmán la hicieron agentes de la DEA y militares estadounidenses vestidos con uniformes mexicanos, según lo han documentado medios como el New Yorker.

Es así que el país vecino del norte está “metidísimo” en la política mexicana sin que le importe el bienestar de los mexicanos, sino que la violencia se mantenga de este lado de la frontera. Para el escritor esos tres poderes fácticos son los grandes obstáculos para transitar a una democracia.

Opinó que, por ejemplo, la intención de posponer el apagón analógico es una muestra clara de que quien manda son las televisoras, mientras que el gobierno está en una crisis de legitimidad “terrible” y le interesa consolidar sus alianzas no sólo con las televisoras, sino también con las refresqueras a quienes les bajaron el impuesto.

Ackerman refirió cómo se ha llegado a un nivel de desprecio del Presidente de la República, que es insostenible, lo cual a la vez no significa que con ello se pase a una mejor etapa, pues las cosas podrían ser peor.

 

Elecciones, coyunturas importantes pero hay que ir más allá

Ante el escenario referido, el académico opinó que las elecciones son coyunturas importantes en la búsqueda de soluciones, pero no es suficiente porque se debe ir más allá al tener una sociedad informada y organizada.

No obstante, la política electoral es una trinchera esencial y el país no se puede dar por vencido en ello, pero reconoció que de nada sirven los esfuerzos ciudadanos ante la simulación del Instituto Nacional Electoral (INE), el cual se requiere tomarlo y cambiarlo.

Refirió que paradójicamente Porfirio Díaz concursó en ocho elecciones y todas las ganó. Desde 1994 se tienen comicios cada seis años y la población mexicana es de las más participativas del mundo, el problema es que las elecciones son fraudulentas.

Es así que para hacer valer el deseo de cambio político sólo será posible con un gran movimiento político y social que no se limite a depositar el voto. No se debe confiar en que las instituciones van a resolver la situación, porque ésa es la lógica “institucionalista” de Woldenberg y Lorenzo Córdova, agregó.

John M. Ackerman se pronunció por recuperar el espíritu de los 90, donde era claro el objetivo de sacar al PRI de Los Pinos, cuidar las casillas y lograr la transición democrática, pero para ello es necesario votar, y hay tiempo porque faltan dos años y medio para 2018. Se debe tomar en cuenta que el voto nulo no tiene impacto.

John M. Ackerman (en uso de la voz) y Raymundo Cárdenas Hernández ■ fotoS: ernesto moreno

Morena, una esperanza

Las candidaturas independientes son un nuevo ingrediente de la política electoral, y sobre ellas el articulista opinó que trabajan a favor de una transición del sistema político mexicano hacia un sistema totalmente privatizado y mercantilizado como el de Estados Unidos, donde gana el que gasta más dinero.

Justo eso son Jaime Rodríguez (El Bronco) o Cuauhtémoc Blanco, quienes son un espejismo del descontento, pero desviado hacia la derecha. Un ejemplo es Donald Trump que en Estados Unidos se quiere lanzar por esa vía.

Para el articulista lo correcto es que México opte por una vía más latinoamericana de un “movimiento partido”, es decir, un bloque social ciudadano que realmente logre llegar al poder y cambiarlo, porque un solo hombre no lo podrá hacer. Únicamente un movimiento grande y social que defienda cosas básicas como la soberanía nacional.

Ackerman dijo tener la esperanza de que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) sea un “movimiento partido” y es por ello que los ciudadanos tienen la obligación de participar y asegurar que ese instituto político no se convierta en otro PRD, PRI o PAN.

Aunque reconoció que en Morena hay personas que por su propia inercia empujan a convertirlo en otro más de lo mismo, también hay quienes trabajan para que no repitan las mismas reglas del pasado, sobre todo los jóvenes quienes no están dispuestos a darse por vencidos.

“Morena es un libro abierto, no sabemos lo que pasará, tengo en lo personal esperanza de que puede ser algo diferente”. En el entendido de que para el escritor hay conciencia crítica y los mexicanos exigen más, una muestra son las grandes movilizaciones con Javier Sicilia y su Movimiento por la Paz, el #YoSoy132, los maestros democráticos y las marchas por Ayotzinapa, lo cual demuestra que los mexicanos no son apáticos ni agachados, tienen la información y la conciencia está circulando.

Es así que la esperanza democrática es más fuerte que nunca, hay condiciones propicias, pero el problema es que los desarticulan, crean desconfianza y no se les permite abonar en un sentido positivo. Consideró por tanto que se debe aprender del fracaso de los últimos 30 años que ha sido de la clase política, de las instituciones, pero también de la población que no ha sabido articular un gran movimiento y no por falta de conciencia, sino por una gran depresión.

Por un lado se ha caído en el oportunismo de quienes llegan al poder y se dedican a robar, y por otro lado el sectarismo como lo ocurrido con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y otros movimientos importantes que viven aislados de la esfera política nacional.

Mientras que las grandes movilizaciones históricas como las de Ayotizinapa un 20 de noviembre se mandaron a las marchas encapuchados con bombas molotov, la policía se lleva a 11 estudiantes los mandan a cárceles de alta seguridad acusados de terrorismo, crimen organizado y botín liberándolos dos semanas después, pero con eso se intimida a los jóvenes.

Por todo lo anterior, Ackerman sostuvo que México está en una situación grave, donde el nuevo PRI es mucho peor que el viejo, no es moderno, es antimexicano y gobierna con un ataque directo en contra de la población mexicana con reformas como las impulsadas desde 2012.

A la par de hechos como el que en últimas elecciones intermedias 12 candidatos fueron asesinados, por lo cual lamentó que muchos no se dan cuenta de que el país va por una barranca y se quiere hacer creer que de alguna forma se avanza, las instituciones van a tomar su camino y lo sucedido son dolores de transición, sin embargo, consideró que si se sigue igual “nos vamos a quedar sin país”.

En la ley se tienen todas las herramientas para que las elecciones sean verdaderos ejercicios democráticos y haya una Constitución que da derecho al agua, al trabajo, la tierra, salud, cultura y otros derechos mejores que los de Francia y Estados Unidos, “pero lo triste y fuerte de la historia mexicana es que no nos dejan llegar”.

El mito de la transición democrática está dedicado a los 43 normalistas desaparecidos y los muertos en aquel trágico episodio, a periodistas, defensores de derechos humanos y otros caídos por la consolidación del autoritarismo.

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