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martes, 23 abril, 2024
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Ofrecen homenaje a Federico Sescosse Lejenune, a 100 años de su natalicio

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Por: ALMA RÍOS •

■ Fue hombre sencillo, que no buscaba el reconocimiento ni el aplauso, expuso su hija Beatriz

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“Estamos aquí para reconocer la labor amorosa de un señor que entregó todo por esta ciudad. Y si yo hablo de amor y de entrega siento que me quedo un poco corta, porque don Federico tuvo seis hijos, pero la verdad es que tuvo una hija que fue su consentida, que fue su predilecta, una hija que vio tan desvalida, tan abandonada, tan maltratada y tan expuesta a ser aniquilada, que le entregó la mayor parte de su tiempo, de sus conocimientos, de su dinero, a pesar de nosotros sus hijos y de su querida esposa, Pico”.

Así intervino a nombre de la familia Sescosee Pesquera, Guadalupe Beatriz, quien a pesar de advertir a la audiencia reunida ayer en el Museo Zacatecano para rendir homenaje a su padre, Federico Sescosse Lejeune, “que no era buena oradora”, fue quien logró ubicar en una dimensión humana y cálida, con el relato de una serie de anécdotas tanto familiares y profesionales, a quien se considera el mayor y más grande protector del patrimonio cultural en México, y que por tanto, entre otros reconocimientos, tiene el que se hubiera designado con su nombre al premio que en esta materia entrega cada año el ICOMOS mexicano.

Guadalupe Beatriz Sescosse Pesquera, recordó a su padre como un hombre sencillo, que no buscaba el reconocimiento, el aplauso o el interés económico, “ni siquiera la aprobación de los zacatecanos”.

El carácter con el que defendió la aplicación de la Ley de Conservación y Preservación del Patrimonio de Estado de Zacatecas, expuso también, costó a la familia recriminaciones y señalamientos.

“Hubo quien lo apoyó, hubo quien lo admiró, pero yo creo que el trabajo de este hombre lo vemos ahora. Gracias, en un porcentaje muy alto, Zacatecas vive de lo que él hizo, porque gracias a ello Zacatecas tiene un acopio de turismo muy grande. Y el que vende la comida y el que tiene el hotel viven de eso”.

Como invitación, Sescosse Pesquera propuso a los zacatecanos, “quieran su tierra, sigan su ejemplo”, y solicitó que la cuidaran “de propios y extraños”.

Otro galardón que también pende del trabajo realizado por Sescosse Lejeune, que se expuso ayer en el acto protocolario como el más destacado, es la integración en 1993, del Centro Histórico de Zacatecas en la lista de Patrimonio Mundial, un hecho que dijo el gobernador Miguel Alonso Reyes, logró sin pretenderlo así.

En una frase que sintetizó el legado del personaje, el mandatario se refirió a él como “el gran restaurador del orgullo de ser zacatecanos”.

Agregó que en muchas de las tareas que se han realizado a lo largo de los años recientes en materia de preservación y restauración de este patrimonio, y en los “últimos particularmente, siempre he buscado hacerlo con la mayor conciencia de responsabilidad y apego, precisamente a las instituciones, a la legalidad, pero también a la visión que Federico Sescosse aportara a Zacatecas”

La obra de Federico Sescosse, quien naciera en la capital del estado el 27 de septiembre de 1915, según expuso, José María Muñoz Bonilla, coordinador de Centros de INAH y representante en el evento de su directora general, María Teresa Franco, se expresó en facetas que fomentaron “el arraigo y conciencia de la identidad entre los ciudadanos zacatecanos”.

El funcionario federal expuso una larga lista de intervenciones en el patrimonio material de Zacatecas tanto histórico como arqueológico,que realizara Sescosse Lejeune, tanto en la capital del estado como en algunos de sus municipios, entre ellas, la del Antiguo Templo de San Agustín, misma que dijo, “se constituiría en el emblema del rescate patrimonial tanto de Zacatecas como del país”, pues se le considera, “el arranque de la titánica labor por recuperar las riquezas virreinales y el espíritu tradicional de la ciudad”.

Sescosse Lejeune recuperó también el pendón y escudo de armas, de una “tienda de antigüedades”, que le otorgara Felipe II como Muy Noble y Leal Ciudad de Nuestra Señora de los Zacatecas, pero entre otras acciones, también se dedicó al rescate del patrimonio inmaterial, sobre el que se destacó su respaldo a la Cofradía de San Juan Bautista, que cada año organiza la Morisma de Bracho.

Para asegurar que el patrimonio cultural de los zacatecanos se conservara y preservara, Don Federico, como se le conoce, también propuso el proyecto de ley en la materia y fundó la Junta de Monumentos Coloniales, que se convertiría en referente nacional, dijo.

La herencia del que fuera el primer delegado del INAH en el estado, nombrado en 1941 “sin recibir remuneración alguna”, expuso Muñoz Bonilla, “ha generado una conciencia en la ciudadanía y los distintos órdenes de gobierno” que impone un desafió para la implementación actual de políticas públicas en la materia, toda vez que deben armonizarse con el crecimiento económico, la inclusión social y el equilibrio ambiental.

“Ojalá que en nuestro país existieran muchos Federico Sescosse, porque con ello garantizaríamos la conservación y preservación del patrimonio cultual de todos los mexicanos”, expuso.

El día de ayer, fueron entregados postmortem, dos reconocimientos a Sescosse Lejeune por su labor en la conservación, protección y preservación del patrimonio material e inmaterial de los mexicanos y por tanto los zacatecanos, uno por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia, otro por el Gobierno del Estado de Zacatecas.

 

Archivo y Biblioteca Federico Sescosse

También ayer, fue finalmente entregada en comodato por 99 años, la biblioteca y el archivo de Federico Sescosse Lejeune al Instituto Nacional de Antropología e Historia, que lo conservará en un área destinada para ello ubicada en el Museo de Guadalupe.

El acervo consta de libros, separados en un fondo antiguo y uno contemporáneo,  fundamentalmente referidos a historia del arte y de Zacatecas, así como documentos fotográficos, planos, revistas y una gran cantidad de reconocimientos.

Este material duró en custodia de otra de sus hijas, Gabriela Sescosse Pesquera, los 15 años posteriores al deceso del protector del patrimonio zacatecano.

Luego de cumplir la encomienda de conservar lo que su hermana Guadalupe Beatriz, refirió como el tesoro, y el  “corazón de mi papá”, se mostró satisfecha con que sea el INAH quien lo guarde y preserve sin que salga del estado y para consulta de “cualquiera, cualquiera tiene acceso fácil para ir a tomar ahí la información que quiera”.

Josefina Nava, encargada de la archivonomía de esta Biblioteca, también comentó, que el acervo “nos habla de la conservación y restauración de Zacatecas y de algunos municipios que realizó don Federico Sescosse. Otra parte nos da idea, sobre todos los libros, de lo que leyó para formarse y poder aplicar este conocimiento en nuestra ciudad”.

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