■ Fuerzas armadas no están para cuidar a la gente y hacer justicia, señala el cineasta mexicano
La tragedia de Ayotzinapa fue un crimen de Estado que no se va a asumir como tal, porque en México hay un pacto de impunidad entre todos los partidos políticos para protegerse las espaldas mutuamente, a la par que el Ejército, la Marina y las policías no están para cuidar a la gente y hacer justicia, sino para resguardar al narco Estado.
Lo anterior es la premisa de Ayotizinapa, crónica de un crimen de Estado, documental dirigido por el guionista de Rojo amanecer, Xavier Robles, quien estuvo ayer en Zacatecas para presentar su más reciente trabajo, mediante el cual busca contribuir de forma “responsable, digna y congruente” a la difusión y entendimiento de la compleja realidad mexicana que se vive.
Robles ha escrito 36 películas mexicanas entre las que también están Los motivos de Luz, Las Poquianchis y Bajo la metralla, por lo que consideró en entrevista con La Jornada Zacatecas que el cineasta mexicano tiene la obligación de ser congruente con su país, su responsabilidad histórica, su arte y consecuente con su ideología política.
-¿Qué función cumple en estos momentos su documental y por qué se sacó tan rápido en tan sólo nueve meses cuando un trabajo de ese tipo lleva proceso largos?
Nos tardamos en elaborar el documental nueve meses desde la idea, hasta el momento en que se estrenó en la Cineteca Nacional el 30 de mayo de este año. Ninguno de los más de 50 técnicos y artistas han cobrado un centavo por su trabajo, pues el documental se hizo rápido porque hay mucha indignación, rabia, dolor y consternación por lo ocurrido en Iguala.
Al ser cineasta decidió hacer el proyecto sin dinero pero con la unión de todos los participantes de una cooperativa. Fue así que se sacó la prisa de darle a conocer a la gente y el mundo eso que ocurrió en México.
Robles sostiene en el documental la tesis de que México vive un narco Estado y una tiranía producto de los intereses del narcotráfico y de la oligarquía mexicana y la función que ha cumplido Ayotzinapa crónica de un crimen de Estado ha sido la de denunciar tal.
-¿En el documental qué planteamientos o revelaciones hace en torno a lo acontecido a Ayotzinapa?
Ahora no son ya muy novedosas las revelaciones porque afortunadamente está el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que ha aclarado cosas que se habían dicho meses atrás en la película.
De modo que el planteamiento central del documental es que los hechos de Iguala son el resultado de una política de Estado que tiende a desaparecer a los más desprotegidos, para quitarles sus tierras, su agua, sus minas y dejarlos totalmente desprotegidos. Un Estado donde cierta gente no le interesa porque no consume y de vez en cuando se rebela.
El escritor de más de 36 películas mexicanas y con una trayectoria de más de 40 años, narró como en el filme se describe que en México hay toda una política de Estado criminal, la cual crea terror en la población para apoderarse de los recursos naturales.
Descubrimos por ejemplo que Guerrero es el segundo productor de opio en el mundo, comparable con Afganistán, y es quizás este negocio del narco que mueve a 450 mil personas en México y el responsable del pacto de impunidad que tienen en todos los partidos políticos para protegerse las espaldas mutuamente, a la par que el Ejército, la Marina y las policías no están para proteger a la gente y hacer justicia, sino para proteger ese negocio. Eso es de las cosas lamentables que descubrimos elaborando del documental.
-Usted fue pieza clave para la película Rojo Amanecer hace ya casi cinco décadas ¿qué tan difícil sigue siendo la distribución de este tipo de películas que evidencian la realidad social, ha sido fácil (con Ayoztinapa un crimen de Estado), hay censura?
Desde luego que hay censura en México, pero ahora no se aplica por medio de una Secretaría de Gobernación como antes, sino en las formas de financiamiento. Es decir, si se tiene un proyecto político crítico de la realidad social de este país, en este momento no hay quien lo financie.
Los fondos de apoyo que da el Estado vienen de empresas de la oligarquía como Bimbo, Banamex etcétera y por tanto sólo benefician a los niños privados que hacen cine, los junior que no tienen mucho sentido político por lo que se limitan a hacer comedias y melodramas, muchas veces de muy mal gusto.
De esa manera el cine político y social están censurados abiertamente y la única forma de realizarlo es como nosotros le hizo con Ayotzinapa un crimen de Estado, es decir, de una manera independiente en su realización, producción, distribución y exhibición.
Xavier Robles lamentó la mentira vendida por Hollywood de que el cine es para relajarse y divertirse, si bien también es eso de igual manera es motivo de reflexión, análisis y trasmisión del pensamiento ideológico.
-¿Cuál debería ser la función del cineasta mexicano ante la realidad que vive el país?
El cineasta mexicano tiene la obligación de ser congruente con su país, su responsabilidad histórica, su arte y consecuente con su ideología política, porque es responsable ante la sociedad de lo que filma y trasmite. Debe ser muy claro en sus intenciones no sólo estéticas sino también políticas, porque todo cine tiene un fondo político.
-Usted se ha dedicado a realizar cine de denuncia social ¿Cómo ligar el 68 con Ayotzinapa toda vez que han pasado casi cinco décadas y pareciera que se vive en el mismo escenario?
Rojo Amanecer se filmó en circunstancias muy diferentes a Ayotzinapa. La primera película es un clásico del cine mexicano y vivirá en la memoria de algunos, muchos jóvenes se me acerquen y me dicen que gracias a esa película tomaron conciencia de la realidad del país. Lo mismo está ocurriendo con el filme de Ayotzinapa, dentro de algún tiempo seguro habrá jóvenes que me digan que con mí película empezó a darse cuenta de lo que pasa.
Eso es una de las grandes satisfacciones que me llevo como cineasta; el saber que puedo contribuir de una forma responsable, digna y congruente con el público y en especial con las clases trabajadoras. Yo no les vendo comerciales disfrazados, sino un cine que les será útil para el conocimiento de la realidad mexicana.
-¿A partir de su experiencia histórica que tiene, cree que van a continuar en México estos crímenes de Estado?
Mientras exista la oligarquía y el gran capital dominando los mercados del mundo y el mexicano seguirán ocurriendo crímenes de Estado como el de Ayotizinapa, crímenes del narco, el Ejército y la policía que son lo mismo.
Robles opinó que mientras no haya conciencia y organización de la clase trabajadora seguirán las desgracias para el pueblo mexicano. No se trata de que caiga Enrique Peña o no, pues seguramente caerá pronto, pero independientemente de eso, vendrá quizás otro igual o peor.
De modo que la lucha de los trabajadores para desmontar ese sistema todavía va a ser ardua y larga pero se debe tener conciencia de que se requiere organización y avanzar hacia un futuro mejor. Pero todos los movimientos se deben unificar y no tener una lucha sola aislada más.
-Finalmente ¿cuáles han sido las reacciones que ha tenido su documental, qué le dicen los padres de los jóvenes desaparecidos, normalistas y la gente en general?
Los padres de los normalistas casi siempre lloran y evocan recuerdos muy dolorosos cuando ven la película y ha sido más de una vez. Los estudiantes recuerdan, avivan su espíritu de lucha, se indignan y reaccionan. Las clases trabajadoras ven la manera de organizarse para distribuir la película.
El cineasta consideró que película ha funcionado bien como herramienta para la organización de los trabajadores y estudiantes. Esta semana la película se proyecta en más 150 ciudades en el mundo, 26 países y la Cineteca Nacional ha anunciado su reestreno.
Xavier Robles finalmente comentó que la película se exhibe gratuitamente, lo único que se solicita es un donativo voluntario de las organizaciones que lo pidan. De ese dinero 50 por ciento se destina a la normal rural de Ayotzinapa y el otro para recuperar los costos de producción de la película.
El guionista agradeció al Frente Social por la Soberanía Popular de Zacatecas (FSSPZ) y al Sindicato de Personal Académico de la UAZ (Spauaz) por haberlo invitado a presentar el documental a esta capital.
