En esta ocasión me encuentro más que contento. Escribo esta columna desde el ombligo del mundo, la ciudad de Londres. A partir de aquí es que se divide el uso horario en nuestro planeta, para ser precisos a partir del meridiano de Greenwich. Londres permite realizar operaciones financieras el mismo día desde ciudades distintas alrededor del mundo.
Londres ha causado una grata impresión para mí. Desde siempre Londres era la ciudad que más anhelaba conocer. Probablemente por mi gusto por los Beatles, o por la fascinación del acento inglés. Afortunadamente, Londres causó una mayor impresión de lo que realmente pensaba. La ciudad es una de las más caras del mundo. Tan solo en los días que estuve en esta ciudad debí pagar algo así como 200 pesos por día para utilizar el sistema de transporte público (metro, sistema sobre rieles y/o autobuses).
Londres es una ciudad muy bien planeada que engloba una magia en su arquitectura que aún recuerda la buena bonanza de los tiempos pasados. Así como los grandes rascacielos y departamentos lujosos de la era moderna.
Los londinenses no son del todo amables, y el acento inglés deja de ser entendible cuando los ingleses empiezan a hablar rápido y en una especie de acento como el que usa Brad Pitt en el Club de la Pelea, es difícil seguir una conversación así.
Esta ciudad como buena metrópoli lleva un ritmo de vida muy agitado. Los trenes del metro se vuelven un caos en horas pico, gente corriendo por doquier y letreros que indican que debes tener cuidado por todos lados.
Londres cuenta con la tienda departamental más famosa del mundo: Harrods. Muchos, aunque no sabíamos de su existencia podemos recordar que el enamorado de la Princesa Diana, Muhamed Al Fayed (quien murió con ella en el accidente automovilístico) era el dueño de esta tienda. Hoy en día, la tienda pasó a manos de la familia real de Qatar por la módica cantidad de mil 600 millones de euros. En este almacén se puede comprar de todo. El slogan de la tienda dice que se puede ordenar cualquier cosa y será entregada en menos de 48 horas.
Aquí es posible entender a qué se refiere la globalización, tan sólo el área de comida contiene un espacio para cada uno de los más grandes mangares de cada espacio de este planeta tierra, es posible encontrar desde los Baklava (pastel árabe tradicional) hasta los más finos jamones y embutidos de España.
Al visitar la página de Internet me encontré que en Harrods puedes adquirir una chamarra de piel de cocodrilo de marca Alexander McQueen en 15 mil 500 libras esterlinas. Poco más de 400 mil pesos. Una locura para la gran mayoría de nosotros los mexicanos, pero un simple artículo personal para una gran cantidad de personas árabes, que compran bolsas y joyas de una manera simplemente fuera de serie. Se puede observar a las mujeres islámicas cubiertas de pies a cabeza comprando al por mayor todo tipo de artículos de lujo.
En este viaje es donde puedo constatar el poco valor de nuestra moneda y nuestra carencia de infraestructura y cultura. La libra esterlina está a un tipo de cambio de 27 pesos; es normal ver en Londres a gente comiendo en cualquier banca, en la calle o en el metro. Nadie tira la basura y siempre se mantiene el orden a pesar de los tumultos en el sistema de transporte.
Una ciudad que sigue creciendo y que se encuentra en los primeros lugares en calidad de vida. Es impresionante la cantidad de turistas que hay en la ciudad. Únicamente en el cambio de guardia del Palacio de Buckingham se pueden contar miles de personas.
Un aeropuerto magnífico, sistemas perfectamente sincronizados y una calidad de vida envidiable…no me equivocaba.
Londres seguirá siendo la mejor ciudad del mundo. México requiere de un trabajo arduo por varias de nuestras generaciones, debemos cambiar nuestra forma de pensar en bien del país.
Leía también una nota en el periódico El País, menos del 32 por ciento de nuestros connacionales sabe que nos independizamos de España. Es por ello que el 16 de septiembre celebramos la Independencia de México.
Fomentemos la lectura por favor.
Mañana…ya estaré en mi país…
Nos leemos la próxima semana, no olviden enviar sus comentarios al correo [email protected] o seguirnos a través de Twitter como @JoshJasso. ■
