A nombre del autoempleo se dicen cosas distintas. Un significado es el famoso proyecto del changarrismo que promovió el gobierno de Vicente Fox, que consiste en desempeñar pequeños oficios de venta de servicios sin que se constituya en pequeña empresa. La nula capacidad para que el Estado genere estrategias serias de creación de empleos decentes, hizo que la calamidad foxista fuera un fracaso. Lo poco que se generaba eran iniciativas de muy corto alcance y muy poca vida. Otra cosa puede ser la constitución con seriedad de micro y pequeñas empresas que pueden ser de corte familiar o de redes de conocidos. Esta estrategia sería de alto impacto si fuera elaborada con todos sus componentes. Se debe partir de un diseño basado en múltiples estudios ya elaborados por la academia. Primero se requiere de crédito flexible, el cual debe tener la cualidad de una correcta dinámica de selección, porque está el riesgo tanto de inaccesibilidad como de fondo perdido estéril. Depende de que se tenga contemplado un proceso anterior a la selección, la gestación misma de los colectivos productivos. Esto es, si fuera una política pública en serio, el Estado ya habría garantizado el impulso metódico a la gestación de grupos de emprendimiento, y una muy sólida incubación. Para esta última es esencial garantizar un acompañamiento a los emprendimientos, con asesoría técnico-profesional, financiera y sobre todo, organizativa. Una de las causas más importantes de la altísima mortandad de Pymes, que asciende a 9 de cada 10 a los dos años, es la destrucción interna por factores originados en los malos manejos organizativos (en la toma de decisiones) y organizacionales (en la estructuración del proceso productivo). Además, se requiere de la organización del mercado interno, interior y local. Es decir, detonar un esquema en torno a la llamada Economía Solidaria, como en algunas provincias de Centro América y Ecuador, que incluso tienen direcciones y gerencias estatales con este modelo económico, tal cual.
Para que el Estado pueda hacer una política de Economía Solidaria, se requiere un ejército de activadores sociales muy capacitados en múltiples disciplinas, pero sobre todo de las aplicaciones de la Teoría de la Organización. Pero nada de esto hay en Zacatecas. Sólo declaraciones sobre la necesidad del autoempleo. No se ha generado ninguna estructura de gestión que sea consecuente con este objetivo. Ni siquiera contamos con un programa que atienda la enorme mortandad de las Pymes, mucho menos toda una política de generación de la democracia económica que requiere el Desarrollo Local y nuestro mercado interno. La idea de promover las Agencias de Desarrollo Local (ADL) no era mala, pero se les abandonó muy pronto. En suma, el modelo de Economía Solidaria para gestionar el autoempleo es una excelente opción para un estado como Zacatecas, pero se requiere que se inyecte determinación, recursos y mucha inteligencia en la innovación para crear nuevas áreas de política pública, pero es justo lo que no se ve. Sólo declaraciones improductivas.
